Alberto Fernández y Pedro Sánchez se vieron por última vez hace dos meses, en la cumbre iberoamericana, en Santo Domingo. Ambos mandatarios, con afinidad ideológica y estrecha relación política desde los iniciales e inciertos tiempos de la pandemia, coincidieron entonces en la necesidad de reimpulsar el acuerdo Unión Europea-Mercosur a partir de julio, cuando está previsto que España asuma la presidencia de la UE. Fernández repitió allí, sonrisas para la foto mediante, que pretendía “un acuerdo revisado con la Unión Europea, adaptado a la actualidad del mundo”.
La durísima derrota del partido socialista en las elecciones municipales y regionales de este domingo en España, y el adelantamiento de las elecciones generales para el 23 de julio anunciado este lunes por Sánchez, le sumaron incertidumbre a los deseos del Gobierno (en tándem con el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva) de avanzar en ese acuerdo, demorado entre otras razones por las exigencias ambientales agregadas por la UE al texto original, y a las reticencias de países como Francia y Polonia a ceder en el esquema de subsidios a sus producciones agrícolas. La reunión de presidentes UE-Celac, a mediados de julio en Bruselas, estará entonces contaminada por el proceso electoral en España, de cuyo resultado dependerá, en buena medida, la velocidad que tome (o no) ese acuerdo de integración entre Europa y el Mercosur.
La contrapartida fue el macrismo, que desde anoche festeja el triunfo de un “partido amigo” y espera por su pronta llegada al poder en España.
Sin comunicación oficial -el Presidente sí felicitó anoche al presidente de Turquía, Recep Erdogan, que logró su reelección- desde la Cancillería que encabeza Santiago Cafiero admitieron esta mañana que la derrota del socialismo convierte la situación política en “compleja”, aunque dejaron un resquicio para una resurrección en las elecciones del 23 de julio. “Lo que busca [Sánchez] es ganar iniciativa luego de los resultados de ayer”, agregaban fuentes cercanas al canciller, que acompaña esta mañana al Presidente en un encuentro, en la quinta de Olivos, con el electo presidente de Paraguay, Santiago Peña.
Desde Pro recordaron las históricas relaciones entre el expresidente Mauricio Macri y los sucesivos presidentes José María Aznar y Mariano Rajoy. “El Pro y el PP son partidos amigos”, coincidieron el exsecretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, y el senador Humberto Schiavoni. Ambos recordaron que, meses atrás, el actual secretario general del PP y candidato a la presidencia del gobierno, Alberto Nuñez Feijóo, se reunió en Buenos Aires con Macri y los dos contendientes de Pro a la Presidencia, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Con Nuñez Feijóo, Rodríguez Larreta dio una conferencia conjunta en la universidad Di Tella, y también se reunió dos veces con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, una de las grandes triunfadoras de la jornada electoral de ayer. “El PP logró, a partir de una identidad clara, ensanchar la base de sustentación de su partido, y vendieron exitosamente la imagen de buen gobierno frente a la improvisación de la actual gestión”, comentó Fernando Straface, referente internacional de Rodríguez Larreta.
Junto con la victoria del Partido Popular, el Gobierno ve con preocupación los buenos resultados obtenidos por la agrupación de ultraderecha Vox, que podría ayudar al PP a formar un eventual nuevo gobierno en España. “Es preocupante porque se trata de una derecha reaccionaria”, sostuvieron, tajantes, altas fuentes oficiales.
Más allá de la derrota electoral del PSOE, los vínculos entre ambos gobiernos fueron estrechos desde el inicio del gobierno del Frente de Todos. Sánchez, que visitó Argentina en junio de 2021 a la cabeza de una delegación que contó además con la presencia de empresarios de ese país, apoyó entonces la negociación del gobierno de Alberto Fernández con el FMI y la queja del Gobierno por las “sobretasas” del organismo internacional de crédito hacia los países deudores.
En agosto de 2020, Fernández designó al radical Ricardo Alfonsín como embajador argentino en España, en reemplazo de Ramón Puerta, que ocupó ese lugar durante el gobierno de Cambiemos. Alfonsín viene sosteniendo en su gestión un estrecho vínculo con funcionarios y dirigentes del PSOE, como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, habitual defensor del chavismo en los foros internacionales, y el exjuez Baltasar Garzón, que incluso participó la semana pasada de la celebración del 25 de mayo en la delegación argentina en Madrid.
El resonante triunfo de ayer del PP, que sostiene históricos y sólidos lazos con el macrismo (la UCR pertenece a la Internacional Socialista, al igual que el PSOE), fue leído con preocupación en la delegación argentina en España, al igual que en la Casa Rosada y la Cancillería.