SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Aunque por escaso margen, Walter Cortés (Partido Unión y Libertad) arruinó ayer en esta ciudad los festejos del oficialista Juntos Somos Río Negro, que postulaba a la actual gobernadora Arabela Carreras para la intendencia de Bariloche. Cortés fue legislador del Partido Justicialista (PJ) y lleva casi 30 años al frente del Sindicato de Empleados de Comercio (AEC) de la ciudad.
Anoche, pasadas las 23, luego de que Carreras admitiera la derrota, el candidato ganador destacó la recorrida “casa por casa” que hizo durante su campaña y el apoyo de sus “compañeros”. El apoyo al sindicalista –que recurrió principalmente a Instagram y a los carteles en diversos supermercados para difundir sus propuestas– fue muy alto en los barrios del sur de la ciudad.
Hace unos meses, no se descartaba que el líder de AEC acompañara la candidatura de la actual gobernadora, con quien mantiene una buena relación. Sin embargo, enfrentados en los comicios de ayer (de los que también participaron otros 10 espacios políticos), Cortés terminó siendo la sorpresa.
“Nosotros éramos una posibilidad chiquita y nos dieron la posibilidad de cambiarle la realidad a Bariloche”, dijo tras el triunfo (le ganó con el 19,61% de los votos a Carreras, que obtuvo el 15,28%). También se refirió a la necesidad de “hacer un gobierno pluralista” a partir del 10 de diciembre.
Cortés basó su campaña en un plan que promete llevar a cabo en 100 días, con el foco puesto en las obras de infraestructura. Conectar barrios de la ciudad, mejorar los accesos a las playas públicas y crear una fábrica de asfalto municipal que trabaje “sin parar” figuran entre sus propuestas.
“Se termina el alquiler de máquinas. Todos los barrios serán contemplados. Basta de romper autos en los baches. La solución para todos los barilochenses mediante el voto”, prometió en relación a la planta de asfalto que gestionaría la municipalidad.
Condenado a prisión por fraude
En 2016, Cortés fue condenado a 4 años de prisión junto con el exintendente Omar Goye y los sindicalista Ovidio Octavio Zúñiga y Víctor Ricardo Carcar. Ese año, la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la sentencia que los encontró culpables del delito de defraudación en perjuicio de la administración pública, ocurrido en 1999 en la ciudad de Bariloche.
Los imputados gestionaron fraudulentamente subsidios en favor de la Asociación Regional de Obras Sociales (ARBOS), cuyo directorio estaba integrado por ellos cuatro. También fueron inhabilitados por 4 años para ejercer cargos sindicales y condenados al pago de una multa.
En 1999, Goye, Cortés, Zúñiga y Carcar gestionaron dos subsidios por un monto de casi 2 millones de pesos (dólares) ante la Administración de Programas Especiales (APE) dependiente del Ministerio de Salud y Acción Social, para el Policlínico Arbos de Bariloche. Según la acusación fiscal, los subsidios fueron desviados a dos empresas fantasma, que luego se evaporaron.
En 2018, luego de que permanecieran presos en el penal de Esquel, un fallo de la Corte Suprema los sobreseyó y los cuatro imputados recuperaron su libertad. Las dilaciones en el proceso penal (pasaron 17 años hasta la sentencia) estuvieron entre las razones del fallo: los jueces Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco advirtieron que el proceso judicial no respetó la garantía del “plazo razonable”.
Durante el tiempo que pasó en la cárcel de Esquel, Cortés obtuvo una reducción de 5 meses en su condena por realizar el curso de auxiliar de carpintería y finalizar sus estudios primarios. Y luego restó otros 3 meses por un taller de teatro y por cumplir con el primer módulo de Nivel Secundario.
A nivel nacional, Cortés integra la federación de gremios mercantiles que lidera Armando Cavalieri, uno de los históricos de la CGT.
