Los especialistas en opinión pública distinguen que no les será tan sencillo a Sergio Massa (Unión por la Patria) y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) retener la totalidad de los votos que sacaron sus respectivos espacios en las PASO. Interpretan que esto puede resultar una ventaja para Javier Milei, el candidato presidencial más votado el 13 de agosto y que no tuvo rival en las primarias. Las cifras definitivas quedaron de la siguiente manera: La Libertad Avanza sacó 29,86%; Juntos por el Cambio, 28% y Unión por la Patria, 27,28%.
La posibilidad de que Massa y Bullrich no retengan por completo los votos de Juan Grabois y Horacio Rodríguez Larreta alimentan el optimismo en La Libertad Avanza. En las filas del espacio conducido por Milei, perciben que la sorpresa dejó groggy a sus rivales y sienten que pueden dar el golpe: superar el 40% en las generales, distanciarse de la segunda fuerza por más 10 puntos y liquidar la contienda en un primer y único capítulo electoral, según comentaron fuentes partidarias a LA NACION. La posibilidad de que la elección no se resuelva en primera instancia y se traslade a un ballottage, entraña riesgos que en La Libertad Avanza prefieren evitar. Uno de ellos es que un mano a mano que prolongue los tiempos electorales genere la posibilidad para el surgimiento de un polo “anti-Milei”.
Un cambio profundo en la dirigencia y la sociedad
“Se pueden exagerar los rasgos negativos de Milei”, señala Lucas Romero, de la consultora Synopsis. “Todos los candidatos extremos son vulnerables en las segundas vueltas. Milei puede enfrentar el riesgo de que una segunda vuelta que pueda ser aglomeradora de un voto refractario hacia su figura”, explica el consultor, y traza un paralelismo con Francia y Brasil.
“Vimos lo que le pasa a Le Pen [derrotas en 2017 y 2022 frente a Macron] y la dificultad que tuvo Bolsonaro para juntar una mayoría en la segunda vuelta: Lula empezó a juntar actores diversos detrás de su propuesta en rechazo a Bolsonaro”, añade Romero.
Con perspectiva local, Mariel Fornoni, directora de Managment & Fit, imagina que esa chance –de alto riesgo para los libertarios– podría gestarse desde Juntos por el Cambio: cree que Bullrich está en mejores condiciones que Massa para construir y cargar sobre su figura un polo opositor que reúna políticamente todo la aversión que pudiera levantarse alrededor del libertario. “Podría ser la estrategia de Patricia. Que lo plantee desde el aspecto democrático, pero no me parece que sea el eje del votante de Massa. No es algo central dentro de su espacio”, arriesga Fornoni.
Romero añade otro riesgo de índole económica en caso de que sea el oficialismo quien se meta en un eventual ballottage con el libertario. “Si el proceso electoral se estira, el oficialismo va a seguir exigiendo la máquina, va a seguir consumiendo herencia y deteriorando las condiciones de inicio del gobierno entrante. Hasta en ese punto es inconveniente la segunda vuelta”, advierte el especialista.
Primera vuelta o ballottage
Con todo, y pese a que aspiran a dar un knock out tempranero, la posibilidad de confrontar con un solo rival en un segundo turno no es tan mal vista en la fuerza libertaria. Algunos, incluso, imaginan que podría llegar a ser conveniente. Las ambiciosas reformas y promesas que se desplegaron en lo que va de la campaña -la mayoría en boca de Milei, que ocupa casi exclusivamente el centro de la escena en el partido- podrían recibir un empuje adicional si la llegada a la Casa Rosada se diera a través de un ballottage. La hipótesis, optimista y a contramano de los riesgos mencionados, es que dicha instancia electoral le garantizaría a la fuerza un mayor caudal de votos que una victoria en primera vuelta; algo que de por sí otorga una plataforma de legitimidad alta.
Diego Reynoso, director de Opinión Pública en la UDESA, señala un “problema” en el seno de la hipótesis libertaria. Por más contundente que sea una victoria en un segundo turno electoral, la capacidad para impulsar leyes y reformas está atada a cuán poblado se tenga el congreso con los propios.
“La aprobación de las leyes depende del respaldo en el Congreso, no del respaldo electoral. El problema de las ‘dobles vueltas’, es que le da al ganador, sobre todo cuando gana por mucho margen, la sensación de que tiene un amplio consenso, cuando en realidad, institucionalmente está limitado. Eso en general lleva a conflictos muy frecuentes, que terminan o con el impeachment del presidente o con intentos de pasar por encima del congreso que generan una tensión muy grande”
Algunas declaraciones que figuras de peso político dieron en los últimos días ensanchan la confianza en el espacio libertario y fortalecen esta peculiar hipótesis. Omar Perotti, gobernador oficialista de Santa Fe y Maximiliano Pullaro, que aspira al mismo cargo por Juntos por el Cambio, adelantaron su apoyo a Milei en un eventual ballottage que enfrentase al libertario con la fuerza rival.
Romero echa por tierra este tipo de especulaciones electorales: “De ninguna manera puede ser conveniente no ganar en primera vuelta. Ese razonamiento implicaría que tu rival obtenga un caudal electoral significativo y por más que vos tengas más del 50% no está claro que la mayoría de la sociedad esté con vos”. A su vez, le baja el tono al intercambio santafecino entre Pullaro y Perotti, lee ese juego de declaraciones dentro del marco de la disputa electoral provincial y pone el ojo en una estrategia que puede generar cortocircuitos con el diseño nacional de la campaña.
“Milei ganó en Santa Fe [en las PASO], por lo tanto hay un caudal electoral que está a disposición de los dos espacios que están confrontando provincialmente la escena política y esos dos candidatos quieren congraciarse con los votantes de Milei porque son votantes que están disponibles de un lado y del otro para la disputa. Esto es probablemente lo que le va a ocurrir a todos los que tienen por delante elecciones provinciales sin Milei protagonizándolas. Van a tratar de no pelearse con Milei y probablemente mostrar algún tipo de cercanía para tratar de seducir a sus votantes a nivel nacional”, dice Romero.
Con todo, el optimismo que reina en el campamento de Milei -reflejado en la proyección de ambas modalidades de victoria- no es infundado. Las primeras mediciones ampliaron los números del espacio y al intercambio entre Perotti y Pullaro -coincidente en un eventual apoyo al libertario- se agregan otros datos promisorios para LLA que alimentan el sueño de una victoria contundente en un ballottage -en caso de no poder concretarla en primera vuelta- y explican la estrategia de rivalizar con el ministro Massa.
Según una encuesta después de las PASO de CB consultores, más de un 50% de los votantes de Patricia Bullrich, llegado el caso, podrían votar por el libertario. Ese número se reduce drásticamente entre los votantes de Massa: poco más del 6% podrían acompañarlo en las urnas, pero aún así, ese porcentaje es superior al de aquellos votantes del ministro que podrían pronunciarse en favor Bullrich en las urnas.
Para Fornoni, detrás de los dichos santafesinos de apoyo al libertario, se esconde una sensación de que el “fenómeno Milei”, en tanto partido unipersonal, puede llegar a diluirse rápidamente: “Creo que sienten que, a la larga, la competencia va a seguir siendo la de siempre”, explica en relación a la grieta que parece sostenerse entre Juntos por el Cambio y Unión por la Patria, en las declaraciones de Perotti y Pullaro.
A su vez, advierte que es un error interpretar el mapa electoral en tercios, en la medida en que eso implica proyectar “linealmente” los votos de aquellos a quienes las PASO dejaron afuera de la carrera. Y aquí ve que el ministro le saca una luz de ventaja a Juntos por el Cambio. “No vemos que Bullrich retenga la totalidad de los votos de Larreta. Hay una parte que se va a Milei, otra que se va con Massa, a Schiaretti [Hacemos por Nuestro País], otra que no sabe. No es lineal esa suma. Massa sí retiene un poco más el voto de Grabois”, sostiene, aunque repara en que a las encuestas hay que tomarlas “con cuidado” en base a las diferencias observadas en las PASO.
En el frente libertario algunos prefieren no enredarse con especulaciones. “No puedo pensar en términos estratégicos eso [la conveniencia de una victoria en ballottage], porque te volvés loco. Más cuando estás tan cerca de ganar en primera vuelta”, dice una figura del espacio que, a partir de que en las generales el voto en blanco (5%) no se contabiliza y la base contra la que se mide se achica, ya va contabilizando el extra. “Los 30 puntos se convierten en 32″, señala, entusiasmado.