Con los números del escrutinio definitivo ya publicados y las prioridades definidas, se inaugura una nueva etapa en la campaña bonaerense de Juntos por el Cambio. A diferencia de la dinámica hacia las PASO, Néstor Grindetti se despega de la campaña nacional y asume una mayor autonomía respecto de Patricia Bullrich. No obstante, ambos trabajan para recuperar las adhesiones que el espacio perdió desde 2019, así como en darle cohesión a la integración de los equipos después del desgaste que provocó la interna. El trajín electoral tendrá una pausa el sábado, día en que se celebrará el casamiento del intendente de Lanús en uso de licencia con Karina Spalla, funcionaria del gobierno porteño.
Sin ballottage, en la provincia de Buenos Aires se juega a todo o nada el próximo 22 de octubre y, ante una eventual derrota en el plano nacional, podría ser el lugar de repliegue desde donde el kirchnerismo planee una vuelta en la próxima contienda presidencial. Por eso, los estrategas de la campaña bonaerense de Juntos por el Cambio hablan de apelar al “voto útil” y presentarse como la única fuerza con posibilidad de ganarle al actual gobernador y derrotar definitivamente al oficialismo. El foco estará puesto en transmitir que desbancar a Axel Kicillof implicará quitarle su “último refugio” de poder. Una remontada a nivel provincial, además, favorecería las chances de que Patricia Bullrich pueda ingresar en una eventual segunda vuelta.
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Los motivos detrás de la reconfiguración de la campaña bonaerense son varios. Por un lado, la bifurcación de las agendas de Bullrich y Grindetti permite ampliar las zonas a recorrer. “Estamos tratando de cubrir todo el territorio que podamos”, admiten desde el campamento de la exministra de Seguridad. Por el otro, se busca simplificar las caminatas. “No queremos salir con muchos dirigentes, sino caminar y escuchar. La gente está cansada de ver a políticos pelearse”, agregan en sintonía con el discurso “anticasta” de Javier Milei.
Por eso, Grindetti arrancó la semana con una reunión con referentes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el martes mantuvo un encuentro con más de 70 empresarios enrolados en el Club del Petróleo de Buenos Aires, mientras que ayer compartió un encuentro en San Isidro con educadores, directivos y padres, con quienes analizó la situación educativa de la provincia. “Ni privatizar la educación ni ser rehenes de [Roberto] Baradel (titular de Suteba), tenemos que ir hacia una escuela publica moderna y de calidad”, dijo para diferenciarse tanto de Kicillof como de Milei. Se encontraba junto a Ramón Lanús, postulante local, y el exministro de Educación bonaerense y su principal asesor en la materia, Gabriel Sánchez Zinny. Para hoy, agendó una caminata junto al candidato a intendente Pablo Domenichini en Esteban Echeverría.
Su compañero de fórmula, Miguel Fernández -intendente radical de Trenque Lauquen- será el encargado de consolidar el voto en el interior bonaerense. “En esta nueva etapa se pondrá el foco en mantener reuniones sectoriales: con docentes, asociaciones rurales como Carbap y referentes de la salud”, precisó Fernández a LA NACION.
En paralelo, Bullrich desplegó una agenda con la mirada puesta en aquellos lugares en los que apunta a crecer: estuvo en Río Cuarto el miércoles, este jueves viajará a Paraná y el viernes recorrerá sin su candidato a gobernador las ciudades de Mar del Plata, Necochea y Miramar. El domingo volará hasta Santa Fe para acompañar en el búnker de campaña a Maximiliano Pullaro, con altas chances de suceder a Omar Perotti en la gobernación. Su victoria reforzaría la idea de mostrar gobernabilidad y “un cambio viable” como estrategia para contrastar con Milei.
Los desafíos
Con el foco puesto en la primera y tercera sección electoral del conurbano, así como en las grandes ciudades del interior bonaerense, como Bahía Blanca, Tandil y Junín, en Juntos por el Cambio se perfilan para el reto mayúsculo de dar vuelta los resultados y recuperar los votos que se perdieron desde 2019. “La primera sección te marca el termómetro de toda la provincia y en las PASO perdimos”, indicó, preocupado, uno de los referentes de esta porción del territorio.
Se le suma la dificultad de cohesionar los equipos que se disputaron la interna para consolidar los votos que sacó el espacio en su conjunto. “Necesitamos del primero hasta el último dirigente. No se puede desperdiciar ninguna estructura ni ningún candidato”, sentenció uno de los armadores políticos de la primera sección electoral quien precisó a LA NACION que el lunes está previsto que los aspirantes a intendente de los 24 distritos del conurbano bonaerense se junten en San Miguel para afianzar la unidad.
Si bien de un lado y del otro de la interna aseguran que Diego Santilli “se puso a disposición desde el primer momento”, la especulación se cuela hacia adentro del armado, donde algunos dirigentes se juegan su lugar en la Legislatura provincial. No obstante, el excandidato larretista y actual diputado nacional se muestra al margen de estas conjeturas y ya se introdujo de lleno en la mesa chica de la campaña, compartida con Adrián Urreli, Maximiliano Abad y Sebastián García de Luca, quien recientemente se sumó también como coordinador político de la estrategia nacional.
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“Va a recorrer entre 20 y 30 distritos de toda la provincia, tanto conurbano como interior, y acompañará a los candidatos a intendente que ganaron en las PASO. También tendrá actividades con Néstor y otras con Néstor y Patricia. La idea es salir más en los medios para apoyarlos. Arranca la semana que viene”, señaló un miembro del equipo de Santilli a LA NACION.
A pesar del trajín que supone descontar los cuatro puntos que le faltan a Juntos por el Cambio para imponerse sobre Kicillof, Grindetti, quien pidió licencia en la intendencia de Lanús, pero aún continúa como presidente de Independiente, festejará el sábado su casamiento con Spalla. Será un día de tregua en medio de la batalla voto a voto por ganar la provincia de Buenos Aires.