Formalmente en carrera, pero muy lejos de tener chances reales, de acuerdo a los resultados de las PASO y a las encuestas camino al 22 d eoctubre, Hacemos por Nuestro País, el espacio del peronismo federal conducido por el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y el Frente de Izquierda, en cuya interna se impuso Myriam Bregman, tienen frente a sí el desafío de que el escenario de tercios que quedó constituido por las tres principales fuerzas no se convierta en un polo de magnetismo electoral que redefina los votos en función de la “utilidad” y se lleve parte de su cosecha en agosto.
“No son tres. Son cinco los candidatos [presidenciales] en carrera”, repiten en el Frente de Izquierda ante cualquier intento de trasladar la discusión electoral a la zona de definiciones.
“Aspiramos a pasar a la segunda vuelta”, dijo Schiaretti en su relanzamiento en la Sociedad Rural. Fue apenas unos días después de que Patricia Bullrich deslizara que “sería bueno” que el gobernador se bajara. El espacio recibió algo más de 900 mil votos, un 3,7% de apoyo en las urnas. “10 días antes de las PASO, nadie pensaba que Milei iba sacar esa cantidad de votos”, argumentó el gobernador de Córdoba para sostener su deseo electoral.
Lo cierto es que en las filas del peronismo cordobés no se hacen falsas expectativas y se fijan objetivos más accesibles en lo inmediato. En el largo, apuntan a consolidar una alternativa antigrieta de carácter “institucional”.
“Tratar de mantener los 3 diputados que el resultado de las PASO nos da y bajar lo menos posible”, blanqueó las expectativas una figura cercana al núcleo de Hacemos por Nuestro País.
“Hay un actor importante que ha quedado afuera que si se quiere tenía algún perfil parecido con nuestro voto”, señalaron en referencia la alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, de donde creen posible en el espacio de Schiaretti tomar cerca de 160 mil nuevas adhesiones. También miran al ministro de Economía, Sergio Massa. “Octubre va a dar 12 o 14 puntos de inflación. Nosotros también somos peronistas”, apuntaron cerca de Florencio Randazzo, el candidato a vicepresidente del espacio. “Creemos que va a salir tercero cómodo”, deslizó una figura del espacio, en relación a Massa.
La función territorial en este nuevo tramo hacia octubre recaerá sobre la figura del candidato a vice y posiblemente caminará los distritos próximos a la provincia matriz -La Rioja, San Luís, La Pampa-, la provincia de Buenos Aires -donde su figura no pasa inadvertida- y por aquellas otras provincias en las que creen que pueden mejorar los números, como Tierra del Fuego. “Al gringo [Schiaretti] no lo vamos a ver recorriendo las provincias. Es muy responsable de su mandato”, explicaron en el PJ cordobés.
“Vamos a tener no uno, sino tres debates que nos va a permitir visibilizarnos en igualdad de condiciones”, señalaron cerca del gobernador en lo que creen es una oportunidad para desmontar la lógica detrás de la idea del “voto util”. “El voto que vale para hacer un país normal”, reza el eslogan de campaña.
El desafío de la izquierda
El Frente de Izquierda, que entre sus dos candidatos cosechó un 2,6% en las urnas de agosto, evita verse arrastrado por especulaciones electorales que entienden prematuras y, en un mapa electoral fragmentado por las internas, sale a buscar votos de distintos colores.
“No hay tres candidatos, quienes votaron eligieron a cinco para que estén”, sostuvo Myryam Bregman en Futuröck. En línea con la candidata a presidencia con la fuerza de izquierda, el jefe de campaña y excandidato a la vicepresidencia por el frente, Cristian Castillo, señaló a LA NACION: “Enfrentamos el intento de transformar la general en un ballottage adelantado”.
Según una encuesta del Observatorio de Psicología Social aplicada, en línea con lo que indican experiencias electorales anteriores de otros espacios, cerca del 40 de los votos que recibió Bregman podrían redirigirse hacia Massa.
En las filas de la izquierda relativizaron los datos, alzaron otras encuestas que los miden creciendo, y señalaron que, llegado el caso, pueden compensar con creces una pérdida de votos con aquellos sufragios de izquierda que quedaron por debajo del piso del 1,5%.
Casi no descartan lugares en donde ir a buscar votos. “Un sector del votante de Milei no comparte el conjunto de sus ideas, lo votaron como bronca contra los partidos del sistema. Trabaja con el descontento con las dos coaliciones tradicionales y la falta de perspectiva de un sector y los ilusiona con una quimera, [pero] vende espejitos de colores. Una parte quiere creer en algo y se ilusiona”, señaló Cristian Castillo, jefe de campaña del Frente de Izquierda.
Al igual que el peronismo no kirchnerista, apalancados en el descontento con el oficialismo, no pierden de vista los votos de Unión por la Patria. “Juan Grabois levantó una agenda distinta a la de Massa, como el extractivismo y el FMI”, sostuvo Castillo, señalando consonancias en las agendas.
Como todas las fuerzas en carrera, conciben al alto ausentismo como una fuente potencial en la que apelar. “Somos la única formula que no plantea una política de sometimiento al FMI y una u otra variante del ajuste”, distinguió Castillo.