El candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei, aseguró esta mañana que desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo llamaron tras su contundente victoria en las PASO para dialogar en medio del acuerdo que la Argentina tiene con el organismo por la deuda. Se mostró tranquilo al respecto, ya que planteó que su programa es incluso “más duro” que el que exigen desde Washington, y comentó que tiene la idea de avanzar con la privatización de empresas públicas.
“La contactaron a mi hermana para tener una reunión, estamos viendo cómo encararla”, contó en Radio La Red el libertario, a la vez que reveló que esa comunicación fue luego de las elecciones del domingo. “Igual, hay un tema no menor: el programa que proponemos es mucho más duro que el del Fondo, no tendría que ser un problema”, reparó.
Convencido de que la complicación que tiene el país es que pierde valor la moneda local y que hay una “montaña de pesos” dando vueltas, mantuvo su postura: “En ese sentido diría: no tenemos problemas en enfrentar el problema del Fondo porque tenemos una hipótesis de ajuste mucho más fuerte”.
Asimismo, el actual diputado nacional planteó que hay tres tipos de metas en cualquier convergencia con el FMI: en términos de resultado fiscal, de agregados monetarios y de reservas internacionales netas. “El Fondo te propone un número fiscal y cómo lo alcanzás es un problema tuyo. Históricamente los ajustes recayeron sobre el sector privado; los que pagamos los platos rotos de las desavenencias de los políticos fuimos los productores de riqueza. La gran diferencia en el programa que proponemos es que vamos a ir contra la política en los lugares donde roba”, contrastó.
Desglosó, entonces, que en la obra pública irá hacia un sistema de iniciativa privada similar a la de Chile, que eliminará las transferencias discrecionales -ya que consideró que esto implica “un robo entre la Nación y las provincias acordado”- y que suprimirá los subsidios, “recalibrando la ecuación económica financiera de los contratos” para que se minimice el impacto de esta última medida en los precios. “Después vamos a avanzar en la privatización de las empresas públicas y en la eliminación de jubilaciones de privilegio. Ahí tenemos para hacer un corte de 15 puntos del PBI”, aseveró.
Este achicamiento que piensa realizar en el Estado, de acuerdo a lo que aclaró, no recaerá en los trabajadores públicos. “No estamos planeando echar gente, sí reasignarlos”, comentó, aunque comparó: “Una parte tiene que ve con la planta política, esa planta no puede estar. Pero los cuadros técnicos y las personas de bien que trabajan, se quedan todas. Nosotros lo estamos redefiniendo, hay estrategias para resolverlo”.
Sobre eso indicó que ya tiene un plan creado que pretende evaluar una vez que desembarque en la Casa Rosada, si es electo. En ese momento, según contó, designará las tareas de los trabajadores y determinará quién se queda en la planta y cómo es el proceso de transición. “En principio [el ajuste] no cae sobre el empleado público que trabaja, las tareas se redefinen”, insistió.
También negó que el recorte del Estado vaya a afectar a los sectores vulnerables, ya que alegó que son parte del sector privado y que mantendrán “la protección” sobre ellos. “El ajuste fiscal lo tienen que pagar las partidas de donde roban. Por ejemplo en la obra pública roban políticos y empresarios prebendarios. El ajuste va a caer sobre los políticos y los empresarios prebendarios. Ningún argentino de bien va a pagar el ajuste, lo van a pagar los delincuentes”, afirmó.
Como ya había planteado, recordó además que su staff se dividirá en ocho ministerios: de Economía; de Infraestructura; de Relaciones Exteriores; de Capital Humano; del Interior; de Justicia; y de Seguridad y de Defensa -administrados por su candidata a vice, Victoria Villarruel-. Dentro de Capital Humano, a cargo de la licenciada en Ciencias de la Familia Sandra Pettovello, estará el área de salud, como así también administrará todo lo relacionado a la educación, la alimentación, la niñez y el trabajo, que pasará a ser una secretaría. “El ministro de Economía es alguien tan ortodoxo como yo”, señaló Milei.