El “voto peronista” de Milei: suma adhesiones de los disconformes, pero también de partidos tradicionales

La emergencia de Javier Milei en la escena política nacional no deja de ser un fenómeno sorprendente para consultores y especialistas. Más allá de su núcleo original de adhesiones, en el que sobresale el espectro juvenil, la carrera por la Presidencia en 2023 parece volver al líder de La Libertad Avanza cada vez más atractivo para sectores que, en distintos puntos del país, históricamente fueron considerados potenciales votantes del peronismo.

En el marco de un clima adverso para el conjunto de la clase dirigente, el último sondeo de la consultora Opinaia, al que tuvo acceso LA NACION, ubica al actual diputado nacional como el único político con más imagen positiva que negativa. Además, se posiciona en el relevamiento como la figura más votada en las primarias de agosto: el referente de La Libertad Avanza recibiría votantes disconformes, que en 2019 se inclinaron tanto por Alberto Fernández como por Mauricio Macri, pero fundamentalmente por Roberto Lavagna, Juan José Gómez Centurión y su colega economista José Luis Espert.

“Por cada dos votos ‘amarillos’, Milei tiene un voto ‘azul’. Lo que se observa es que, mientras él crece, bajan las dos coaliciones, es decir, baja la oferta tradicional”, apunta, en diálogo con LA NACION, la directora de la consultora Trespuntozero, Shila Vilker. Es que, según varias encuestas, en comparación con las últimas elecciones presidenciales de 2019, tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio solo lograrían retener en las PASO algo más del 50% de sus votantes.

Vilker advierte acerca de que, a pesar de que el votante de Milei es un “ni-ni” (“ni kirchnerista, ni macrista”), su característica principal es que es básicamente “una sensibilidad antioficialista”. Lo precisa así: “Es primeramente antikirchnerista y recién después cualquier otra cosa”.

Así y todo, para la especialista, que la figura de Milei se lleve uno de cada cuatro votos, daría a entender que es un candidato catch all [atrapa todo]. “Es una figura que no apela tanto al voto de derecha sino al voto de la frustración y el hartazgo con la política en general”, sostiene. Y agrega que es en el espectro de los adultos jóvenes y mayores donde encuentra un público más reticente.

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Es una apreciación que coincide con la del sociólogo Carlos de Angelis. “Uno observa en los focus groups con sectores tradicionalmente peronistas que aparecen personas de 35 a 55 años que dudan mucho y que probablemente no voten a Milei”, indica el especialista a LA NACION. “¿Y por qué no lo votarían? Porque todos saben lo que dice Milei y le tienen miedo”, señala. Sucede que, para el académico, es esa misma “estética de la bronca” que entusiasma a los más jóvenes la que tiende a ahuyentar a eventuales votantes de mayor edad.

En ese sentido, de acuerdo a Vilker, la adhesión a Milei se encuentra entre las personas de niveles educativos intermedios, principalmente varones y de clase media baja. “Por supuesto que hay sectores con menos formación que también lo siguen, al igual que segmentos universitarios que también lo hacen, pero no son los preponderantes”, agrega.

Para Vilker, estaríamos en presencia de un debilitamiento en las “narrativas de herencia”, lo que habilitaría una nueva dinámica “de abajo para arriba”. “Durante mucho tiempo se definía la afiliación política a partir de la familia, de lo que decían los padres, pero hoy son los pibes recién llegados a la política, que están en familias de tradición peronista, los que interpelan a sus mayores”, apunta. Un fenómeno que, a su vez, “se observa más en las provincias”.

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En esa línea, De Angelis ejemplifica: “El voto de Córdoba siempre fue Schiaretti en lo provincial y Macri en lo nacional. Ahora aparece un voto Llaryora-Milei. Es un voto ecléctico, para nada programático”, analiza el consultor, quien además advierte acerca de un fenómeno que afecta al “voto peronista” clásico en las provincias: “La fuerte desconexión” entre la agenda local y la agenda nacional. “Eso facilita el voto por Milei”, apunta.

Milei y Perón

Lo cierto es que a Vilker no le resulta “ilógico” que existan votantes tradicionalmente peronistas que hoy puedan volcarse por el dirigente libertario. Y traza un paralelismo entre la emergencia de Milei y la de Juan Domingo Perón hace más de setenta años. “El peronismo también surgió en la escena pública como de un barrio adyacente, no proveniente de la política”, define. Y añade: “Milei, desde un cuadro técnico; Perón, desde el universo militar”.

En esa línea, Vilker sostiene: “Milei define un tipo de liderazgo compartido con la cultura peronista y basado en las tensiones “ellos/nosotros”. Y añade: “Ese carácter ordenador del antagonismo es algo que en Milei está muy presente, al igual que en el universo peronista, como sensibilidad y mirada ordenadora”.

Para De Angelis, en tanto, el líder de La Libertad Avanza “tiene un discurso populista, en el sentido de que le habla al pueblo directamente”. Y vuelve sobre las palabras de Cristina Kirchner en su acto en La Plata, en el que la vicepresidenta ubicó al libertario como su principal adversario: “Ella ve que Milei tiene el centro comunicacional y que tiene que polarizar con él porque es hoy el corazón del discurso político”.

“Cristina va a antagonizar con el centro del discurso político, como aprendió de las enseñanzas de [el filósofo Ernesto] Laclau, porque además, para los jóvenes de 20 a 30 años, el kirchnerismo es el statu quo. Ella se planta en ese lugar y les dice: ‘soy la Milei que puede gobernar’”, remató.

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