ROMA.- Control de daños. Es lo que el Vaticano se vio obligado a salir a hacer este martes, después de que algunas palabras del Papa, que en una videoconferencia llamó a jóvenes católicos rusos a no olvidarse de su gran herencia histórica y de “la gran madre Rusia”, provocaron reacciones airadas en Ucrania. Allí, en efecto, ese elogio al gran pasado ruso –que el Vaticano eliminó de la transcripción del discurso-, cayó como una bomba: se interpretó como un respaldo a la agresión rusa, inspirada justamente en los sueños imperialistas de Vladimir Putin.
“En las palabras de saludo improvisadas ante algunos jóvenes católicos rusos en días pasados, como es claro por el contexto en las que las pronunció, el Papa trataba de alentar a los jóvenes a conservar y promover lo que hay de positivo en la gran herencia cultural y espiritual rusa y, claramente, no exaltar lógicas imperialistas y personalidades de gobierno, citadas para indicar algunos períodos históricos de referencias”, aseguró esta mañana el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
La metida de pata en verdad ocurrió el viernes pasado. Como los jóvenes católicos rusos no pudieron ir a la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar a principios de mes en Lisboa, se organizó una videoconferencia del Papa con un grupo de ellos en San Petersburgo.
El Vaticano el sábado dio la noticia de este encuentro virtual, al difundir entre los periodistas acreditados una transcripción del discurso del Papa, en español, en el cual llamaba a los jóvenes ser “constructores de puentes” y “artesanos de paz”, sin mencionar la guerra en Ucrania. En la transcripción, el Vaticano prefirió obviar el saludo final del Papa, al darse cuenta de que, en medio de una guerra que ya lleva 18 meses y en medio de los intentos del Pontifice de frenarla con un enviado especial –el cardenal Matteo Zuppi, que estuvo en Kiev, en Moscú y en Washington y se espera que viaje a Pekín-, podría generar polémicas, como efectivamente sucedió.
Las palabras de la polémica
Las palabras del saludo final con el elogio a la gran Rusia, en efecto, no solo fueron publicadas en el sitio de la Iglesia católica de Moscú, sino también salieron a la luz en un video que comenzó a circular en las redes sociales, provocando indignación no sólo en Ucrania, sino también en países como su vecina Polonia.
“No se olviden de su identidad. Ustedes son herederos de la gran Rusia, la gran Rusia de los santos, de los reyes, la gran Rusia de Pedro el Grande, de Catalina II. Ese imperio ruso grande y culto, de tanta cultura, de tanta humanidad. No se liberen nunca de esta herencia”, les pidió el Papa a los jóvenes. “Sean los herederos de la gran madre Rusia, sigan adelante y gracias por su modo de ser y por su ser rusos”, los alentó.
Francisco exhorta a la juventud católica rusa a honrar su legadoEl papa Francisco insta a los jóvenes católicos rusos a no olvidar su legado como “los herederos de la gran madre Rusia”. pic.twitter.com/Vfb8dM3fhR
— Sepa Más (@Sepa_mass) August 29, 2023
Las palabras del Papa enseguida causaron indignación. “Es realmente un pecado que las ideas de una gran potencia rusa, que en realidad son la causa de la agresividad crónica de Rusia, consciente o inconscientemente, salgan de los labios del Papa, cuya misión, según nuestro punto de vista, es justamente la de abrirle los ojos a la juventud rusa sobre el curso destructivo del actual liderazgo ruso”, escribió en Facebook el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko.
En sintonía se mostró el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk –que conoce bien a Jorge Bergoglio porque fue obispo en Buenos Aires-, que en un comunicado aseguró haber recibido con “dolor” y “desilusión” las palabras dichas por el Pontífice durante la videoconferencia con los jóvenes católicos rusos.
“Las palabas sobre la ‘gran Rusia de Pedro I, Catalina II, de ese imperio grande e iluminado, un país de gran cultura y gran humanidad’, se refieren al peor ejemplo del imperialismo y del nacionalismo extremo ruso”, indicó. “Tememos que esas palabras sean comprendidas por algunos como un aliento justamente a este nacionalismo e imperialismo, que es la verdadera causa de la guerra en Ucrania, que todos los días lleva muerte y destrucción a nuestro pueblo”, agregó.
Evidentemente consternado, Shevchuc destacó que “los ejemplos usados por Su Santidad en realidad no corresponden con su magisterio de paz”, al recordar que siempre Jorge Bergoglio denunció “cualquier tipo de imperialismo” y alertó en contra del peligro de los nacionalismos. “Para evitar que las palabras y las intenciones del Santo Padre sean manipuladas, esperamos de la Santa Sede una explicación de la situación”, agregó el arzobispo, que el 10 de septiembre próximo tendrá oportunidad de plantearle directamente el tema, en un encuentro previsto en el Vaticano.
En este clima, ya el lunes el nuncio –es decir, el embajador de la Santa Sede- en Kiev, el arzobispo lituano Visvaldas Kulbokas, intentó apagar un incendio. En un comunicado, rechazó las interpretaciones de supuesta propaganda imperialista realizada por el Papa con sus palabras. “El papa Francisco nunca apoyó ideas imperialistas. Al contrario, él es un convencido opositor y crítico de cualquier forma de imperialismo o colonialismo en todos los pueblos y en todas las situaciones”, aseguró Kulbokas. “Las palabras pronunciadas por el Pontífice deben ser comprendidas en este contexto”, aseguró.
Habrá que ver si funciona este control de daños puesto en marcha por el Vaticano. Por lo pronto el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, habló hoy favorablemente de los dichos papales. “El Papa conoce la historia rusa y esto es muy positivo”, dijo Peskov, según la agencia Tass.
Al principio de la guerra, Francisco –que es un amante de la literatura clásica rusa, especialmente de Fedor Dostoyevski- fue muy criticado por su posición ambigua, que muchos interpretaron como filo-Putin, porque prefería no mencionar claramente a Rusia como el país agresor para poder mantener abierto un canal de negociación con Moscú para una mediación, jamás querida por las partes. Desde el comienzo de la invasión a gran escala, de hecho, el Papa intentó hacer algo para frenar un conflicto que trastocó al mundo. Todos los domingos durante la oración del Angelus y todos los miércoles en la tradicional audiencia general, pide por el “martirizado” pueblo de Ucrania. En los últimos meses, puso al cardenal italiano Matteo Zuppi al frente de una misión especial para acercar a las partes. En una reciente entrevista con medios latinoamericanos, ante una pregunta de LA NACION, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky reconoció que el Papa, con quien se reunió en mayo en el Vaticano “nos apoya”. Y reiteró una invitación a viajar a Kiev que algunos creen que, sobre todo después de esta tormenta, podría cerrar heridas.