WASHINGTON.- Nueva información de los servicios de inteligencia norteamericanos revela que los combatientes rusos opositores al Kremlin que la semana pasada realizaron incursiones transfronterizas en Rusia desde Ucrania utilizaron al menos cuatro vehículos tácticos originalmente entregados por Estados Unidos y Polonia al ejército ucraniano, situación que ha generado inquietud sobre los usos no previstos del material bélico aportado por la OTAN y sobre el verdadero compromiso del gobierno de Kiev para garantizar su destino.
De los cuatro Vehículos Protegidos Resistentes a Minas y Emboscadas (MRAP) que los combatientes ingresaron a territorio ruso, tres fueron proporcionados por Estados Unidos y el cuatro por Polonia, según fuentes de inteligencia hablaron bajo condición de anonimato para referirse a una información que hasta ahora no se había difundido.
Según imágenes que fueron verificadas de manera independiente por el diario The Washington Post, esas milicias también cargaban rifles de fabricación belga y checa, y al menos un arma antitanques AT-4, de uso común entre las tropas occidentales.
Los gobiernos de Occidente le habían recalcado a Ucrania que llevara un cuidadoso registro del destino de los miles de millones de dólares en armamento y equipos que enviaron a ese país. La mayoría de los aliados de Kiev también ha prohibido que sus fuerzas usen esas armas para atacar suelo ruso. Sin embargo, las recientes incursiones en Rusia dejaron al descubierto que el material bélico puede cambiar de mano de maneras impredecibles, generando graves problemas de control que pocos en Washington y en Kiev parecen dispuestos a reconocer. Según las fotos e imágenes analizadas, durante la incursión los rusos parecen haber capturado dos de esos vehículos MRAP.
Las incursiones fueron lideradas por la Legión Libertad de Rusia y una segunda milicia llamada Cuerpo de Voluntarios Rusos (RDK), agrupaciones compuestas por combatientes de etnia rusa, incluidos muchos ciudadanos rusos, que se oponen al presidente Vladimir Putin y que dicen luchar para “liberar” a su patria. Se sabe que algunos de los integrantes son neonazis rusos o tienen opiniones extremistas.
Ilya Ponomarev, coordinador político de la Legión Libertad de Rusia, dice que el grupo formaba parte de la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania, una coalición de combatientes voluntarios supervisados y armados por el ejército ucraniano. Por su parte, el RDK es un grupo independiente que dice que algunos miembros forman parte de la Legión Internacional, aunque ésta negó su conexión con el RDK.
Las incursiones de la semana pasada se dan en medio de una fuerte expectativa por la inminente contraofensiva ucraniana y fueron seguidas por otros ataques sobre territorio ruso, incluidos los drones explosivos contra Moscú y los fuertes bombardeos en la región de Belgorod.
El jueves, el RDK se atribuyó los ataques más graves contra Belgorod, y en un video publicado en su cuenta de Telegram los combatientes anunciaron el inicio de la “segunda fase” de sus operaciones dentro de Rusia.
El jueves, el grupo Legión Libertad de Rusia también publicó un video que muestra lo que describe como ataques contra las fuerzas rusas, que The Post confirmó que fue tomado a menos de un kilómetro de la frontera, en la ciudad de Novaya Tavolzhanka, región de Belgorod. Al día siguiente, publicaron una imagen donde puede verse un tanque avanzando sobre la ciudad, y se atribuyeron las operaciones en el lugar.
El viernes, los funcionarios locales dijeron que la zona fronteriza de Belgorod sufrió un incesante bombardeo que dejó al menos dos muertos. Para los funcionarios y periodistas rusos locales, la ola de ataques en la región presenta el mayor bombardeo sobre territorio ruso desde que el Kremlin decidió invadir Ucrania.
El gobernador de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, dijo por Telegram que en Shebekino se incendiaron dos edificios de departamentos, y agregó que desde el jueves la región había recibido el impacto de al menos 850 proyectiles de mortero. Miles de residentes debieron ser evacuados, según los medios locales, y algunos reaccionaron indignados por la inacción de los funcionarios rusos.
“Nos obligaron a dejar nuestra casa, huimos del bombardeo, nos refugiamos con amigos, y ayer quisimos volver a buscar a los perros y no nos dejaron”, escribió un vecino de Shebekino en respuesta a la publicación del gobernador en las redes sociales.
El Kremlin, mientras tanto, sigue intentando proyectar una sensación de calma. De hecho, durante su sesión informativa diaria con los periodistas, el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, ni siquiera tocó el tema.
Cuando le preguntaron sobre el uso de equipo bélico de Estados Unidos en ataques transfronterizos, un vocero del Departamento de Estado norteamericano señaló: “Estados Unidos no alienta ni permite ataques dentro de Rusia. Hemos dejado en claro que no apoyamos el uso de equipos de fabricación norteamericana para ataques dentro de Rusia, incluidos los de la semana pasada”.
“Nuestra política es proporcionarle a Ucrania el equipo y la capacitación que necesita para recuperar su propio territorio soberano, y eso es precisamente lo que hemos hecho”, apuntó el funcionario.
Un funcionario estadounidense dijo que “cada país toma sus propias decisiones soberanas sobre qué asistencia le brinda a Ucrania y bajo qué condiciones”, y agregó que “muchos otros países le plantearon a Ucrania los mismos requisitos que nosotros”.
Ponomarev, de la Legión Libertad de Rusia, reconoce que existen restricciones contra el uso de equipos occidentales en territorio ruso, pero afirma que los vehículos utilizados tenían una larga cadena de custodia verificable que en este caso lo hacía aceptable. Dijo que esas armas y vehículos occidentales eran “trofeos” que los rusos capturaron a los ucranianos en la primera etapa de la invasión, y que luego fueron recuperados y retenidos por la Legión. Pero Ponomarev no proporcionó ninguna evidencia para respaldar que el equipo occidental usado por sus milicias había sido recuperado de manos de los rusos.
A través de un comunicado enviado a The Post, las milicias del RDK negaron haber usado equipo extranjero en la operación. Sin embargo, las fotografías publicadas en la página de Instagram de RDK y los videos enviados a The Post por el propio grupo muestran a combatientes en Belgorod sosteniendo varios modelos de rifles, incluido el CZ Bren de fabricación checa y el belga FN SCAR, según Jonathan Ferguson, experto en armas de fuego y artillería del museo británico Royal Armouries, que analizó las imágenes a pedido de The Post.
Tanto Bélgica como la República Checa aportaron armas para Ucrania, y es probable que de ahí provengan estos rifles, señala Andrew Galer, experto en armas pequeñas de la firma de inteligencia de defensa Janes, que también estudió las imágenes, aunque aclaró que también podrían provenir de un país intermediario.
Los rifles Bren y SCAR se distribuyen de manera generalizada a los soldados ucranianos y a los combatientes voluntarios pro-ucrania que llegan de todo el mundo, según dos voluntarios estadounidenses que sirven actualmente en Ucrania.
Un vocero del Ministerio de Defensa belga no quiso revelar cuántos rifles envió a Ucrania su país, y también se negó a identificarlos en la foto que le proporcionó The Post.
“Las armas suministradas siempre fueron entregadas a las autoridades oficiales y al ejército regular, que es responsable de ellas”, dijo el vocero ministerial.
Las carteras de Defensa de Polonia y la República Checa se negaron a comentar.
Al menos públicamente, hasta ahora no había ningún indicio de violaciones al acuerdo de uso de las armas, pero el episodio obliga a preguntarse quién se hará cargo si algo pasa en el futuro y lo que Estados Unidos está dispuesto a tolerar, señala Mark Cancian, exmarine norteamericano y asesor del Centro de Asuntos Estratégicos y Estudios Internacionales. “Acá los ucranianos son claramente cómplices”, apunta Cancian, y agrega que en sus declaraciones “Estados Unidos ha señalado que esto es contrario a sus políticas.”
Las fotos y videos de las incursiones empezaron a circular el 22 de mayo y fueron promocionadas en las cuentas de redes sociales de los dos grupos de milicias. The Washington Post verificó de forma independiente un video y una foto publicados por el Cuerpo de Voluntarios Rusos, junto a otro video de una fuente alternativa, donde pueden verse al menos cuatro MRAP y un blindado Humvee con una ametralladora calibre 50 montada encima, reunidos en una ruta de Ucrania a apenas 8 kilómetros de la frontera con Rusia. Solo en base a esas imágenes, no es posible identificar la procedencia de los MRAP y el Humvee, ni si se trata de los mismos vehículos detectados por los servicios de inteligencia norteamericanos.
Pero sí se puede ver que los soldados llevan brazaletes amarillos, los mismos que suelen usar las fuerzas ucranianas. Los MRAP y Humvee están marcados con un signo “+” de color blanco, lo mismo que pintan las fuerzas ucranianas en sus vehículos de guerra.
En fotografías y videos publicados posteriormente en las redes sociales rusas podían verse al menos dos de los mismos MRAP, ambos con el signo “+” pintado en blanco. Uno de esos MRAP apareció más tarde en un video publicado por el medio de comunicación ruso Izvestia, que informó que el vehículo había sido capturado y a partir de ahora sería utilizado por el ejército ruso.
Por Alex Horton, Joh Hudson, Samuel Oakford y Isobel Koshiw
Traducción de Jaime Arrambide