Predispuesto a integrarse a la campaña, según reconocen en ambos bandos de Juntos por el Cambio (JxC), el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no ha salido aún a militar a fondo por Patricia Bullrich. Con un discurso que apelaba al diálogo y a la moderación, el alcalde porteño quedó al margen de las preferencias de un electorado que se volcó mayoritariamente por opciones menos buscadoras de consensos.
Larreta recibió el apoyo de más de 2,5 millones de votantes en las PASO, pero de cara a las generales de octubre, en las filas bullrichistas, donde apuestan a heredar esas adhesiones, no se abalanzan sobre el alcalde. Con el objetivo de sostener a la exministra en el centro de la escena, procuran capitalizar ese caudal electoral prescindiendo de exponer a Larreta en primer plano. “La gente eligió que sea el discurso de Patricia”, señala una figura bonaerense de la exministra.
Desde su derrota en las PASO, al jefe porteño se lo vio abocado al último tramo de su gestión en la ciudad y solo algunas fotos y acompañamientos -como en la presentación del libro de la exministra el jueves pasado- dieron cuenta de que los puentes no estaban rotos entre los dirigentes que protagonizaron la interna partidaria más álgida en el primer turno electoral. “Horacio suma desde la gestión”, entienden en un sector del ala dura de Juntos.
Después de aquella postal en el Jardín Botánico días después de las PASO, con la que se buscó alejar la incertidumbre respecto a la profundidad de las fisuras que dejó la interna, no hubo más que un puñado de discretas muestras de apoyo del alcalde hacia Bullrich.
En aquella reunión, que duró poco más de una hora, la candidata de JxC lució un look enteramente blanco, mostró apertura para la integración, pero no bajó ningún pedido concreto para su rival en la interna, según señalaron del lado del alcalde. Desde ambos lados, se encargaron de transmitir un mensaje de unión. “Horacio está disponible. Pero el tango se baila de a dos”, sostienen, sin ocultar perplejidad en un sector del larretismo.
A poco más de un mes de las PASO, el alcalde, que según refieren no atraviesa sus mejores horas, solo tuvo para con Bullrich un par de menciones en su cuenta de X (exTwitter) –las felicitaciones tras la victoria y otra por el lanzamiento del libro- y compartió algunas coincidencias fortuitas, como en el Council of the Americas el 24 de agosto. La celebración conjunta de la victoria de Maximiliano Pullaro en Santa Fe, fue otras de las muestras de una unión entre los dirigentes de JxC. Por estos días, Larreta se encuentra en New York, donde mantendrá reuniones con alcaldes de distintas ciudades en el marco de una asamblea de la ONU.
El intrépido “piromaníaco” y el “loco” de la motosierra
En el entorno de la exministra no se precipitan para sumarlo a la primera línea de la campaña. Entienden que todavía hay tiempo de cara a octubre para, llegado el caso, ofrecerle un rol más protagónico en el armado político. “Sería un error sumarlo ahora, faltan 40 días”, sostiene una fuente partidaria.
En este tramo de la marcha electoral, desde el seno de la exministra buscan imponer una nueva concepción. La prevalencia del “método” por sobre la “política” y la acumulación de nombres con peso y “autonomía” propia, forman parte de un estilo de conducción que ligan al alcalde porteño, distinto al que apuntan a desplegar de cara a octubre. “Cuando se termina un liderazgo, se cambia la lógica”, señalan, para agregar: “Lo nuestro es más tropa propia”.
Por el momento, en la campaña de la exministra apuntan a sumar volumen político por debajo de la figura del alcalde. Fernán Quiroz, Soledad Acuña, y Silvia Lospennato, son algunos de los nombres larretistas apuntados desde el ala dura de Juntos como muestra de una integración que se está dando “naturalmente”.
Diego Valenzuela, intendente de 3 de Febrero, Julio Garro su par en La Plata y Ezequiel Galli, jefe comunal de Olavarría, son otras “palomas” que ya militan activamente la candidatura de Bullrich. Ituzaingó y La Matanza, también son señalados como algunos distritos en los que, luego de internas reñidas, se trabaja políticamente “en serio”. “La cúpula política larretista está integrada”, aseguran cerca de la exministra.
La incorporación de Carlos Malconían como el líder de los equipos económicos de Bullrich también es vista en esa sintonía. Algunos conciben al economista como una figura con un perfil más afín al jefe de la ciudad. “Larreta no es lo mismo que larretismo”, señalan en alusión a la estrategia para captar las adhesiones del jefe porteño.
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En la mayor muestra de ensamblaje político, Diego Santilli, luego de algunos resquemores que dejó la ajustada derrota a manos de Néstor Grindetti, tendió puentes con la mesa chica de la campaña bonaerense. El diputado nacional y excandidato a la gobernación de la provincia por el larretismo se sumará a la campaña de Grindetti, ganador en la interna, para darle volumen político al sueño de desplazar al kirchnerismo en su casa electoral. Sin embargo, por estas horas, evitan subir a Larreta al centro de la escena. “No pueden compartir el cartel estelar”, explica una figura bonaerense del ala dura.
Encuestas
Las primeras mediciones post PASO indican que una parte del caudal de votos del alcalde porteño podría emigrar hacia otras fuerzas. Según pudo reconstruir LA NACION, el peronismo no kirchnerista del gobernador cordobés Juan Schiaretti, Unión por la Patria con Sergio Massa como candidato y puente político, y hasta el Frente de izquierda, se suponen con chances de tomar parte de ese electorado. Otro segmento, sin ser convocado y bajo el aura ganadora de Javier Milei, fluye hacia La Libertad Avanza.
En algunos sectores del larretismo, sumidos en el desconcierto, ven falta de reflejos para construir y exhibir un armado político cohesionado en todas las líneas que contenga la deriva de votos que señalan aquellas mediciones. Entienden que, ante la falta de opciones afines, desde el bullrichismo se recuestan sobre la creencia de que el traspaso de votos se dará naturalmente. “A duras penas retienen la mitad”, remarca una fuente larretista.
La designación de Larreta como jefe de campaña la misma noche del domingo de las elecciones, creen que hubiera sido un movimiento bien orientado. “Hubieran abrochado votos y estructura, que es infinitamente más grande que la de ellos”, deslizan.
Del otro lado, no se incomodan por una posible fuga. “El 70% es de Juntos por el Cambio”, refieren confiados cerca de Bullrich, en donde ya manejan algunas nuevas mediciones que muestran los primeros signos de consolidación del voto de Juntos por el Cambio. “Están integrados hasta donde están integrados, es la campaña de Patricia, no la de Horacio”, sugieren. Una figura de ala dura, que relativiza la inclusión del jefe porteño, señala lo que entiende es el verdadero desafío de la coalición. “Nuestro problema es que quedamos en el medio”, apunta, en alusión al corrimiento que generó le meteórica suba de Javier Milei.