Antes de sentarse a la mesa de un conocido restaurante de Puerto Madero, el equipo económico de Javier Milei rogó que nada de lo que allí se esbozara trascendiera. “Confidencialidad” fue la palabra que usaron antes, durante y después del almuerzo que organizaron con un grupo de agroexportadores. Cada uno de los empresarios escuchó la petición de mantener en extrema reserva el encuentro que se realizó la semana pasada.
Uno a uno los empresarios fueron ordenando su plato preferido. La máxima figura del equipo de Milei pidió una ensalada con frutos del mar. En la extensa mesa estaban los 15 máximos referentes de la agroindustria del país. Pasados los minutos, la charla se fue distendiendo y los referentes del equipo económico del líder de La Libertad Avanza (LLA) adelantaron que se acercaban al sector para “conocerlos y presentarse formalmente”.
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El equipo económico se interesó por la perspectiva de ingresos de divisas que tiene el agro para 2024. Fue entonces que mostraron gran interés en entender el flujo mensual y las proyecciones de cara a lo que viene, tras el fuerte impacto de la sequía que pegó de lleno en la región agrícola de la pampa húmeda este año.
Era poco lo que conocían del campo y de las más importantes figuras de la agroexportación nacional. Por eso, los empresarios intentaron poner en números el peso que tienen en la economía del país y explicar por qué son los principales generadores de las divisas que ingresan al Banco Central (BCRA) todos los años. En el intercambio, los agroexportadores dijeron que son los encargados de traer US$65.000 millones todos los años [entre todos los productos del sector, desde los granos, la carne a las economías regionales, por ejemplo] y que “en términos reales representaban 7 de cada 10 dólares” que llegan a la Argentina.
“¿Solo ustedes?”, fue la repregunta que surgió en aquella mesa. Dicen que el equipo económico de Milei no daba crédito de que solo esa mesa fuera capaz de mover al país. “Sí. Solo los que están en esta mesa”, respondieron tímidamente en un extremo. El asombro del otro lado era evidente. Los exportadores habían llegado con las estimaciones que realizó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Luego de la sequía de este año, esta entidad prevé que solo por granos y subproductos ingresen en 2024 US$34.507 millones, una recuperación del 49%. El encuentro privado fue parte de otros que vienen haciendo con otros sectores de la economía nacional. A todos les piden extrema “confidencialidad”.
El año pasado, antes del fuerte impacto de la sequía, la agroexportación aportó US$55.516 millones a las arcas del Estado por todas las cadenas involucradas, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Esto representó el 63% de los más de US$88.000 millones alcanzados por el comercio exterior argentino en 2022, donde hubo un crecimiento del 8% en los envíos al exterior del sector.
Más tarde, los agroexportadores plantearon que “hay un plan de crecimiento productivo y exportador” que se presentó en el ámbito del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) a mediados de este año. Se trata de un anteproyecto de Ley de Desarrollo Federal Agroexportador para que las ventas al exterior del agro trepen hasta casi US$40.000 millones extra en 10 años. Las más de 60 entidades que integran el CAA buscarán después de las elecciones que el plan tenga tratamiento en el Congreso.
En el caso de la soja, puntualmente, dijeron que es imprescindible empezar a bajar los derechos de exportación que hoy tributan el 33% en el caso del poroto y el 30% para los subproductos. Esto, pidieron, como primera medida para lograr un despegue en este cultivo, ya que es “el único capaz de generarle divisas” al próximo gobierno en el corto plazo.
La Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), avalada por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (Cec), presentó una propuesta para bajar al 22% los derechos de exportación para alcanzar las 60 millones de toneladas de producción [por la sequía este año se produjeron 21 millones de toneladas] y generar US$3500 millones más anuales. Explicaron que la Argentina vende grano, harina, aceite y biodiésel al mundo.
El equipo económico de Milei se mostró bastante abierto e interesado en analizar las propuestas de reducción y eliminación de los derechos de exportación. Sin embargo, aclaró que dentro del espacio y en un eventual gobierno de LLA “no veían posible una eliminación automática de las retenciones, al menos en el primer año”.
Antes de levantarse, los 15 exportadores ofrecieron poner a disposición del equipo de la LLA a cualquiera de los referentes que estaban en aquella mesa. La intención: asesorar al equipo económico en temas relacionados con el agro. Un solo nombre, que se mantiene en reserva, fue de interés del equipo de Milei. “Es el único que queremos”, dijeron. Les respondieron: “No lo soltamos. Cualquiera menos él”, cerraron sin negociaciones ni espacio para el postre.
