Arrestado por segunda vez en un mes, el periodista cubano Henry Constantin Ferreiro recobró su libertad tras permanecer detenido cinco días por estar de “ilegal” en La Habana, la capital de su propio país, y ser conminado a volver a su Camagüey natal en una especie de deportación interna.
Constantin fue liberado el martes luego de ser detenido el viernes pasado en el marco de la cumbre del G-77+China y encerrado en la cárcel provisional del Vivac, en lo que fue el arresto número 12 en la carrera del joven director del portal de noticias La Hora de Cuba.
“Ya estoy libre, en las afueras del Vivac habanero. O medio libre, es verdad, porque quiero seguir en Cuba, y haciendo periodismo. Sin cargos ni nada más, sin explicaciones: como mismo me detuvieron, me soltaron”, escribió Constantin recién liberado en Facebook.
El también vicepresidente regional para Cuba en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) dijo luego en diálogo con LA NACION que estaba en La Habana por motivos personales, ya que los periodistas independientes no iban a poder cubrir la cumbre. “Pero bueno, yo sé que ese evento de todas maneras le traía estrés a la Seguridad del Estado y que mi persona cerca podría serles molesto”, señaló.
Periodista cubano Henry Constantín es liberado sin cargos tras ser detenido durante cumbre G77+Chinavia @martinoticias https://t.co/UsmsW4bC7L #periodista #periodismo #Cuba #LibertadDePrensa
— LatAm Journalism Review (@LatAmJournalism) September 20, 2023
Crítico del régimen, Constantin se ha dedicado a cuestionar tanto el totalitarismo represivo como la ineficiencia extrema del sistema comunista que rige en la isla desde 1959, y que ha resistido los llamados al cambio. También cuestiona costumbres y actitudes sociales que considera vinculadas a la decadencia generalizada de Cuba.
“Salí a almorzar y al doblar de donde estaba quedándome había parqueado un vehículo con agentes de la Seguridad del Estado. Se quedaron mirándome, me pidieron el documento y me llevaron sin explicación de por qué, ni para qué, ni a dónde, esposado a una unidad de la policía. De ahí me trasladaron a otra unidad, todo este tiempo sin ningún tipo de explicación”, relató.
Segunda vez
Era la segunda vez en un mes que lo detenía la policía. La primera ocurrió el 4 de septiembre, en Camagüey, donde fue detenido junto a otro periodista independiente, José Luis Tan, de Diario de Cuba, mientras cubrían el juicio contra la activista Ienelis Delgado Cue.
“Pasadas 24 horas de esta segunda unidad de la policía en condiciones terribles en temas de higiene, de los calabozos, alimentación, acceso a derechos, me trasladaron al Vivac, que es una especie de prisión de la policía en La Habana que usa como una suerte de depósito para acumular allí detenidos y aliviar las cargas de otros calabozos”, explicó.
Tras la nueva detención, La Hora de Cuba exigió la “inmediata libertad de Henry”, consideró su arresto como una acción arbitraria y lo declaró “secuestrado por la Seguridad del Estado”. A la condena del portal se sumó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que condenó enérgicamente la detención y exigió que lo liberaran sin demora.
También sumó su voz la organización Artículo 19 para México y Centroamérica, defensora la libertad de expresión. Dijo además tener “conocimiento de diversas agresiones a nueve periodistas” que sufrieron “cortes al servicio de internet, vigilancia, reclusión domiciliaria, interrogatorio y detención arbitraria” en el marco de la cumbre.
Autoridades de un centenar de países, entre ellos Alberto Fernández, acudieron a la cita que encabezaba Díaz-Canel. Además de los periodistas, según la organización de derechos humanos Cubalex, fue detenido Guillermo Fariñas, galardonado con el premio Sakharov que concede el Parlamento Europeo. A la líder de la organización de derechos humanos Damas de Blanco, Berta Soler, no la dejaron salir a la calle, y el historiador y activista Manuel Cuesta Morúa fue objeto de vigilancia en su casa.
Constantin permaneció en el Vivac hasta el martes, donde sin previo aviso, mientras estaba rodeado de presos por delitos en muchos casos violentos, le dijeron que recogiera sus cosas para irse. “Eso fue todo, ninguna explicación, solo vi documentos en los que se decía que yo había sido detenido por estar ilegal en La Habana”, señaló.
“Sufrí dos interrogatorios, que eran más bien encuentros para amenazarme, y me dijeron enfáticamente que no me querían en La Habana, que no podía ir a La Habana”, concluyó. A la pregunta de si no lo habían vuelto a arrestar en esas pocas horas desde su liberación, dijo: “No, todavía”.