El pronóstico sobre la Argentina de la prestigiosa publicación inglesa The Economist

La Argentina alcanzó una inflación del 114% interanual en mayo, el tercer dato más alto del mundo. Se trata de uno de los principales problemas que enfrenta hoy la economía local y que impacta de forma directa sobre el bolsillo del electorado. Eso, para la revista británica The Economist, favorecerá a los políticos que “ofrecen soluciones radicales al malestar económico que atraviesa el país”.

Mañana será el cierre de listas donde se definirán quiénes serán los precandidatos presidenciales. En tanto, el próximo 13 de agosto deberán enfrentarse en las urnas durante las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Si bien todavía queda un largo camino por recorrer antes del 10 de diciembre, cuando asumirá el próximo Presidente, The Economist consideró que “la profundidad” de los problemas económicos que atraviesa la Argentina significa que las elecciones 2023 son “particularmente impredecibles”.

El déficit fiscal bajó 39,6% en términos reales en mayo

“Desde 1946, cuando el general Juan Domingo Perón llegó al poder, la Argentina ha sido gobernada mayoritariamente por el movimiento populista que lleva su nombre. Pero el peronismo parece estar en su punto más bajo: poco más de una cuarta parte del electorado dice que votará por un peronista. Bajo la presidencia de Alberto Fernández, la inflación anual se ha más que duplicado. Los controles de capital se han endurecido, alimentando un gigantesco mercado negro de dólares, la moneda en la que ahorran los argentinos. El Banco Central ha impreso tanto dinero que la cantidad de efectivo en circulación casi se ha cuadruplicado a $3,8 billones”, enumeró.

De acuerdo con la revista especializada en economía, durante los últimos meses el candidato más fuerte de Juntos por el Cambio parecía ser Horacio Rodríguez Larreta. Sin embargo, por hacer énfasis en ir hacia un “cambio gradual”, hizo que pierda atractivo a medida que la economía fue empeorando. Eso provocó que Patricia Bullrich empiece a ganar terreno.

“Mientras que Larreta está tratando de atraer a peronistas moderados a Juntos por el Cambio, Bullrich se opone a cualquier alianza con el movimiento. Es partidaria de una fuerte devaluación y una rápida reducción del gasto público. Ambos quieren consagrar la independencia del Banco Central, reducir el déficit fiscal total (que se espera sea del 3,8% del PIB este año), recortar los controles de divisas y unificar la alucinante variedad de tipos de cambio de la Argentina”, agregó.

Algunos argentinos “encuentran este libro de jugadas poco atractivo”. Sobre todo, luego de la experiencia que generó la administración del expresidente Mauricio Macri. Durante su gestión, eliminó subsidios y el cepo cambiario, y acordó préstamos por un total de US$56.000 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), si bien recibió mucho menos, una fórmula que “terminó en crisis en 2018″.

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“En cambio, muchos quieren soluciones más extrema. Eso ha impulsado el ascenso de Javier Milei, quien llama a su programa un ‘plan de motosierra’, ya que es tan radical. Quiere desmantelar el Banco Central y cambiar pesos por dólares. Promete reducir los impuestos, privatizar las empresas estatales, eliminar los subsidios y las restricciones a la exportación y restablecer los fondos de pensiones privados. También quiere introducir un sistema de cupones en las escuelas y privatizar la atención médica. El número de ministerios gubernamentales se reduciría de 18 a 8″, detalló.

Milei fue atrayendo el voto de la población que se encuentra cansada de vivir en un país con una inflación como constante. En ese contexto, su plan de dolarizar la economía “ha ganado la mayor atención”, aunque muchos economistas consideran que la propuesta del precandidato presidencial es “inviable” porque el Banco Central debería tener grandes tenencias de dólares para respaldar el sistema bancario. En la realidad, actualmente las reservas netas se encuentra en torno a los US$1500 millones negativas.

“Se supone que la dolarización hace imposible saquear el Banco Central para financiar al Gobierno. Un esfuerzo anterior en la década de 1990 que fijó el peso al dólar detuvo la hiperinflación durante algunos años. Sin embargo, el sistema que respaldaba la paridad era demasiado laxo para contener al Gobierno, por lo que los déficits siguieron acumulándose. Cuando quedó claro que un peso no valía un dólar, los argentinos se apresuraron a retirar sus ahorros en dólares de los bancos en 2001. El Gobierno de ese entonces, en efecto, los confiscó. A los argentinos se les dieron pesos devaluados y se produjo la peor crisis en la historia del país. El PBI cayó un 17% y el desempleo casi se duplicó al 24%”, recordó.

A pesar de eso, The Economist resaltó que a muchos votantes les gusta el hecho de que Milei “ofrezca radicalismo”. No obstante, en las elecciones locales, a sus aliados de La Libertad Avanza no les ha ido bien. Eso podría dar la pauta que, en una elección general, puede ganar solo en las grandes ciudades.

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“Pero si Bullrich gana, ha dicho que haría una alianza con Milei. Quien sea el próximo presidente tiene una tarea difícil por delante. El gasto público ha pasado del 26% del PBI en 2000 a casi el 40% en la actualidad. Los ingresos del gobierno, sin embargo, no se han puesto al día. Representan el 32% del PBI. Pero la informalidad hace que la base imponible sea pequeña. Según la agencia de estadísticas, el 36% de los argentinos trabaja en el sector informal, aunque muchos economistas elevan la cifra. Los pocos argentinos que sí pagan impuestos están sobrecargados. El Banco Mundial estimó que en 2019 una empresa típica de tamaño mediano en Argentina debería impuestos y cargos sociales equivalentes a la friolera de 106% de sus ganancias antes de impuestos”, mencionó.

El país tampoco tiene muchas opciones para la obtención de dólares frescos. Tras haber incumplido durante nueve ocasiones con sus compromisos de pago, los mercados internacionales se alejan y no puede pedir nuevos créditos, excepto por los prestamistas multilaterales. Sí podrían ingresar billetes verdes a través de un aumento de las exportaciones. Pero “las sucesivas administraciones peronistas han construido muros por todo el país”, lo que dio como resultado que el comercio equivalga solo el 33% del PBI, una de las proporciones más bajas del mundo.

“Arreglar la economía requerirá dolor a corto plazo. Para reducir el déficit fiscal, el Gobierno deberá reducir el gasto público y los subsidios, en los que se gasta alrededor del 2% del PBI. Sin embargo, eso elevará los precios de la energía, lo que hará subir la inflación. De manera similar, para impulsar el comercio, la Argentina necesitará un tipo de cambio único. Pero eso probablemente requerirá devaluar el peso, lo que hará subir los precios. Eso podría generar malestar social”, advirtió.

Según The Economist, la implementación de tales reformas son un desafío político. Gran parte del aumento del gasto público en las últimas dos décadas fue impulsado por las provincias y no por el Ejecutivo nacional. Eso significará que, el próximo presidente, deberá negociar con los gobernadores que a menudo “dirigen sus regiones como feudos”.

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“Bullrich y Milei pueden promocionar soluciones rápidas. Pero se necesitará perseverancia para recuperar la confianza de los inversionistas extranjeros y los ahorristas argentinos. ‘Ninguno de nuestros problemas se resolverá con un gobierno’, dice Ricardo Carciofi de la Universidad de Buenos Aires. ‘El secreto es resolver los problemas de hoy y perseverar sin cambiar de dirección durante años, incluso décadas’. Para la política volátil de la Argentina, eso es una tarea difícil”, cerró.

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