El presidente de Coninagro, Elbio Laucirica, alertó que los problemas que enfrenta el campo se han tornado reiterativos en los últimos diez años, como el estado de las rutas y la presión impositiva, y remarcó que, en el caso de las cooperativas, estos inconvenientes los sienten “en carne viva”.
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“Los cooperativistas sentimos en carne viva lo que nos pasa a todos”, dijo Laucirica luego de agradecer a los más de 150.000 productores de diversas economías regionales de todo el país en su discurso en el Congreso Internacional de Coninagro en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. “Desde el más pequeño hasta el mayor exportador, que son los principales generadores de divisas y puestos de trabajo del país, y quienes han demostrado su dedicación y optimismo para la elaboración de productos y alimentos”, añadió en su mensaje. Según explicó, los productores hacen eso “invirtiendo en tecnología e innovación a pesar de la inestabilidad económica, incertidumbre política y adversidades climáticas con las que se enfrentan día a día”.
“Estamos dolidos por el delicado y, a la vez, áspero momento que nos toca vivir; desde esta entidad, no somos ajenos a las vicisitudes que afectan a unos y otros. Por el contrario, junto con toda la comunidad, sentimos en carne viva lo que nos pasa a todos. En medio de todo esto, nos sostiene el faro y la guía: los principios y valores del cooperativismo. Por eso, hoy nos aferramos más que nunca a nuestra convicción de seguir adelante, fortalecidos, basados en la ayuda mutua, en búsqueda del desarrollo social y el bien común”, expresó.
Además, mencionó que la Argentina tiene un 7,4% de población rural cuando la media en otros países es de más del 20%. “Este dato nos preocupa y nos moviliza en temas como el arraigo a la tierra y la calidad de vida en el medio rural. Hemos caminado el país, tomando contacto con productores cooperativistas, sus cooperativas y federaciones para conocer aún más sus realidades”, puntualizó. Explicó que los problemas que les transmiten son variados. Entre ellos está el agua, recurso vital para producir en San Juan; o el impacto del granizo en Mendoza; la helada de las manzanas en Río Negro, además, enumeró las dificultades en otras provincias como Misiones o Corrientes o la falta de mano de obra en Chaco. “Ni hablar de la situación ganadera y de la lechería en Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. En febrero de este año estuvimos en Leones, provincia de Córdoba, y ya se avizoraba un gran daño por efecto de la sequía, generalizada en toda la zona pampeana, que inmediatamente denunciamos por sus efectos no solo en el bolsillo del productor y en las operatorias de nuestras cooperativas y federaciones, sino también en los comercios y servicios, en mayor medida, de los pueblos del interior”, sostuvo.
Por otra parte, añadió que tanto de las economías pampeanas, con producciones de granos, carne y leche, y en las economías regionales, todas transmitieron los mismos problemas. “El perjuicio ocasionado por la inflación, el atraso y brecha cambiaria, la alta carga fiscal, el conjunto de regulaciones y reglamentaciones que entorpecen burocráticamente la gestión administrativa, lo que llamamos comúnmente el ‘costo argentino’, la inseguridad, una educación insuficiente, y por supuesto la falta de caminos rurales y conectividad que dificultan la logística y el acceso a la salud de la población rural”, resumió.
Explicó que esto no solo afecta al bolsillo de los productores, sino en los servicios y comercios principalmente en los pueblos del interior del país. “Estas cooperativas invierten no solo en una mayor producción, sino en buenas prácticas para producir en procesos”, puntualizó y remarcó que es necesaria la implementación de políticas de Estado.
“Durante los últimos 10 años, observamos que las problemáticas se reiteran sin respuestas, a pesar incluso de la alternancia política, y que muchas veces nuestros gobernantes no han sabido resolver”, apuntó y puntualizó entre estos temas la presión fiscal, la logística, rutas, vías navegables y la infraestructura en general necesarias para el arraigo rural.
La presencia de Bahillo
En tanto, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, habló del impacto de la sequía en las economías regionales y el sector productivo en general. “Si el año pasado hubiésemos sabido de que nos iban a faltar 22 millones de toneladas de soja, 18 millones de toneladas de maíz, 8 o 10 millones de toneladas de trigo producto de la sequía, y si hubiéramos pensado que eso hubiese pulverizado la oferta forrajera, resintiendo fuertemente a los productores tamberos, si las heladas tardías o tempranas iban a perjudicar de manera importante los cultivos primarios y las economías regionales, en el peor de los escenarios que nos hubiéramos imaginado podía proyectar que esto iba a pasar, y lamentablemente, pasó”, sostuvo.
Explicó, a su vez que el perjuicio más grande lo tuvieron los productores y cómo esto los afectó emocionalmente. “Se quebraban emocionalmente, porque su proyecto productivo de familia, empresario, se perdía o había posibilidades de perderse”, expresó. Precisó que el fenómeno climático afectó la macroeconomía, en un marco de fuerte endeudamiento, y que falta el 50% de los saldos exportables. Destacó la decisión del ministro de Economía, Sergio Massa, de acompañar con asistencias directas al sector: “No concebimos el crecimiento si no es con nuestros productores y con un entramado productivo fortalecido”.
“Nos faltaron en el interior del país 1,5 millones de viajes de camiones a puertos, 1800 barcos menos que salieron de nuestros puertos y todo es menor actividad en el interior, menor trabajo en gomerías, estaciones de servicios, eso permite visibilizar la importancia del sector primario y las economías regionales”, afirmó.
El secretario hizo un análisis de las medidas que sacó el Gobierno para acompañar a los productores durante la sequía. “Si fueron muchas o pocas el tiempo nos lo dirá: si fue porque no fueron las mejores medidas o no en términos presupuestarios. Nuestro compromiso es seguir trabajando y estando cerca del sector, no concebimos el desarrollo del país si no es con un sector primario y las economías regionales con un entramado productivo, para que este desarrollo de nuestro país que nos permita crecer es creciendo, produciendo más, es ampliando la matriz productiva y teniendo otros vectores de crecimiento no solo la agroindustria”, sintetizó.