Warren Buffett, de 92 años, y su mano derecha, Charlie Munger, de 99, acudieron este sábado puntuales a la junta de accionistas de Berkshire Hathaway. Los peregrinos del capitalismo llegaron de todo el mundo para escuchar las lecciones del Oráculo de Omaha, conscientes de que no quedan demasiadas oportunidades para ello. Antes de la junta, relegada al final de la sesión como un engorroso trámite burocrático, Buffett y Munger contestaron decenas de preguntas de todo tipo de los inversores. Buffett se explayó sobre cómo vivir de acuerdo al obituario que quieres tener o sobre si la inteligencia artificial será la que decida en un futuro dónde invertir. En una doble sesión maratoniana, se tocaron muchos más temas: el dólar, China, la crisis bancaria, Elon Musk…
“Cuando me desperté esta mañana, me di cuenta de que había una emisión de la competencia en algún lugar del Reino Unido”, dijo Buffett, en referencia a la coronación de Carlos III. “Estaban celebrando un rey Carlos, y nosotros tenemos hoy aquí nuestro propio rey Carlos”, dijo Buffett señalando a su socio y vicepresidente de Berkshire Hathaway, Charlie Munger. Como cada año, salvo por la interrupción de la pandemia, la junta se celebraba en Omaha, una ciudad de 475.000 habitantes en el estado de Nebraska, no muy lejos del centro geográfico de Estados Unidos. La asamblea tuvo lugar en CHI Health Center Arena, un pabellón multiusos con capacidad para unos 18.000 asistentes.
A Buffett y Munger les gustan las bromas. En una entrevista previa en la emisora local de la cadena financiera CNBC, que retransmitió la jornada de principio a fin, al inversor más prestigioso del mundo le preguntaron por la inteligencia artificial: “Es un poco raro”, contestó. “No creo que te diga qué acciones comprar. Puede decirme todas las acciones que cumplen un determinado criterio en tres segundos. Pero tiene determinadas limitaciones en algunos aspectos. Deberías ver las bromas que se le ocurren”.
El inversor explicó que estuvo probando ChatGPT hace tres meses, cuando Bill Gates le enseñó cómo funcionaba. “Es muy interesante”, continuó. “Puede traducir la Constitución al español en un segundo. Pero no podía contar chistes. Podrías decirle que hiciera un chiste sobre Warren y las criptomonedas. Se ha leído todos los libros y ha visto toda la televisión, pero no podía hacer eso. Le dije a Bill que lo trajera cuando pudiera preguntarle: ‘¿Cómo vas a deshacerte de la raza humana?’ Quiero ver qué dice, y desenchufarlo antes de que lo haga”, bromeó.
La pregunta sobre la inteligencia artificial salió también en la junta de accionistas. El que se mostró más desconfiado fue Munger. “Vamos a ver mucha más robótica en el mundo”, admitió. “Personalmente, soy escéptico ante algunas de las exageraciones de la inteligencia artificial. Creo que la inteligencia a la antigua funciona bastante bien”. Buffett dijo que aunque espera que la IA “lo cambie todo en el mundo”, no cree que vaya a superar a la inteligencia humana.
“Que vengan cosas nuevas no te quita las oportunidades. Lo que te da las oportunidades es que otra gente haga tonterías”, dijo. Y añadió “En los 58 años que llevamos dirigiendo Berkshire, diría que ha habido un gran aumento en el número de gente que hace tonterías, y hacen grandes tonterías”.
El Woodstock del capitalismo no solo deja lecciones de inversión a los asistentes, sino también consejos morales. Para evitar los mayores errores en la vida, este es el consejo de Buffett: “Debes escribir tu obituario y ver cómo vivir de acuerdo con él”. Buffett subrayó la importancia de la amabilidad, diciendo que conoce a gente rica que ha muerto sin amigos. También aconsejó evitar las deudas y, en los negocios, intentar no asumir tanto riesgo que un solo error pueda hundirte, aconseja. Las recomendaciones de Munger son: gasta menos de lo que ganas, evita a la gente y las actividades tóxicas, y sigue aprendiendo a lo largo de tu vida.
Crisis bancaria
Buffet y Munger hicieron otra broma a cuenta de la crisis bancaria, que estaba claro que sería uno de los temas estrella. Se pusieron delante una especie de carteles identificativos, donde en lugar del nombre aparecía en el caso de Buffet “disponible para la venta” y en el de Munger, “mantenido hasta vencimiento”. Son dos conceptos clave en la reciente crisis bancaria y la palabra vencimiento (maturity) significa también madurez en inglés. Un chiste con gracia y algo de humor negro, pero para financieros.
Buffett se mostró crítico con el modo en que se ha gestionado la crisis bancaria. No le gustó cómo los políticos, los reguladores y la prensa han manejado las caídas de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank, diciendo que su mensaje “muy pobre” asustó innecesariamente a los depositantes.
No obstante, también defendió que las autoridades garantizasen los depósitos de Silicon Valley Bank y Signature Bank más allá del límite asegurado de 250.000 dólares por cada depositante. No hacerlo, en su opinión, “habría sido catastrófico”. “Una cerilla encendida puede convertirse en una explosión o puede apagarse”, dijo Buffett. “Al Gobierno y al público estadounidenses no les interesa que quiebre un banco y que la gente pierda realmente sus depósitos”, afirmó también.
A la vez, reclamó asunción de responsabilidades. Señaló que las pérdidas de la cartera de hipotecas mantenidas a vencimiento del First Repubic Bank estaban ahí por ofrecer préstamos a tipos fijos muy bajos y largo plazo, una “proposición loca”. “Lo estaba haciendo a la vista de todos y el mundo lo ignoró hasta que estalló”, dijo Buffett. “Tiene que haber un castigo para la gente que hace las cosas mal”, concluyó.
Aunque Berkshire Hathaway es un accionista importante de Bank of America, a Buffet no le gusta demasiado el sector porque la regulación es “muy liosa y hay mucha gente interesada en que sea liosa… es una locura total”, afirmó. “Así que somos muy cautos”. En cuanto a su dinero, dijo: “Tengo mi propio dinero personal, probablemente por encima del límite de la FDIC [el fondo de garantía de depósitos], y lo tengo en un banco local y no me preocupa lo más mínimo”.
Polarización
Al hilo de que “el miedo es contagioso” y que “no se puede dirigir una economía” cuando la gente se preocupa de si su dinero está seguro en los bancos, Buffet también señaló que un enfrentamiento por el techo de deuda en Estados Unidos podría traer “turbulencias” al sistema financiero mundial y que espera que los políticos y los reguladores no lo permitan. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió de que el Gobierno puede quedarse sin dinero para cumplir sus obligaciones a partir del 1 de junio.
“Los retos son enormes”, dijo. “El problema ahora es que el partidismo se ha movido más hacia el tribalismo, y en el tribalismo ni siquiera se escucha a la otra parte”, dijo. Aun así, su mensaje es positivo: “Tenemos que perfeccionar, en cierto modo, nuestra democracia a medida que avanzamos”, dijo, “pero si pudiera elegir… querría haber nacido en Estados Unidos y querría haber nacido hoy”.
Munger dijo que es “algo menos optimista” y que el “mejor camino hacia la felicidad humana es esperar menos”. Sin embargo, cuando Buffett le preguntó si preferiría vivir hoy o en 1924, cuando nació, admitió que prefiere la actualidad.
El magnate también mostró su confianza en el dólar: “Somos la moneda de reserva, no veo ninguna opción para que ninguna otra moneda sea la moneda de reserva”. En geopolítica, criticaron las malas relaciones entre Estados Unidos y China, que han provocado que Berkshire Hathaway deshaga posiciones en el gigante asiático: “Todo lo que aumente la tensión entre estos dos países es estúpido, estúpido, estúpido”, dijo Munger.
Los negocios
Con 92 años, Buffett es presidente y consejero delegado de Berkshire Hathaway. Su sucesor, Greg Abel, alto ejecutivo del grupo, fue designado en 2021 como una solución continuista. “Greg entiende la asignación de capital tan bien como yo. Eso es una suerte para nosotros”, reiteró Buffett este sábado. “Tomará esas decisiones, creo, en gran medida en el mismo marco en el que yo las tomaría. Hemos establecido ese marco durante 30 años”, añadió. Buffett señaló que se siente más cómodo invirtiendo en Taiwán que en Japón.
Buffett se presentó en la junta con unos beneficios trimestrales de 35.504 millones de dólares, frente a los 5.580 de enero a marzo de 2022. El resultado operativo, más representativo, creció un 12,6%, hasta 8.065 millones. El grupo tenía a 31 de marzo 26.747 millones de dólares en caja y equivalentes y otros 103.869 millones en inversiones a corto plazo en títulos del Tesoro. En total, 130.616 millones disponibles para invertir.
Aunque las normas prohíben en teoría preguntar por inversiones concretas, al final siempre surgen comentarios sobre algunas participadas. De Occidental Petroleum, Buffett dijo que Berkshire Hathaway no aspira a tomar el control de la petrolera: “Se especula con la posibilidad de que compremos el control, no vamos a comprar el control. … No sabríamos qué hacer con ella”, dijo.
Buffett dijo que Apple, la mayor inversión del grupo, por importe de más de 150.000 millones de dólares, es un negocio maravilloso por lo devotos que son los consumidores a sus iPhones. “No entiendo el teléfono en absoluto”, dijo Buffett. “Pero sí entiendo el comportamiento de los consumidores”. “Nuestro criterio para Apple fue diferente al de otras empresas en que invertimos: pero es que resulta que es mejor negocio que cualquiera de los que poseemos”, dijo Buffett. “Apple tiene una posición entre los consumidores que pagan 1.500 dólares o lo que sea por un teléfono. Y las mismas personas pagan 35.000 dólares por tener un segundo coche, y [si] tuvieran que renunciar a un segundo coche o renunciar a su iPhone, renunciarían a su segundo coche. Es un producto extraordinario”, sentenció.
Musk se sobrevalora
Otra de las preguntas ha llevado a Buffett y Munger a comparar sus estilos con los de Elon Musk, el fundador de Tesla y SpaceX y actual dueño de la red social Twitter. “Elon Musk se sobreestima, pero tiene mucho talento”, dijo Munger, que, sin embargo, vino a decir que sus estilos son opuestos.
Musk ha alcanzado el éxito “asumiendo tareas imposibles”, dijeron Buffett y Munger, destacando sus diferencias con el ejecutivo tecnológico. “No habría logrado lo que tiene en la vida si no hubiera intentado sus objetivos irrazonablemente extremos”, continuó Munger. “Le gusta aceptar el trabajo imposible y hacerlo”. Por el contrario, dijo, “Warren y yo buscamos el trabajo fácil que podamos identificar”. “No queremos competir con Elon”, añadió Buffet. “No queremos tanto fracaso”, remachó Munger.
El año pasado, Buffett y Munger pusieron su diana en el bitcoin y las criptomonedas. La burbuja explotó y se ha llevado por delante a algunas de las grandes firmas del sector, destapando escándalos de todo tipo. Este año los malos presagios son para el sector inmobiliario comercial, en el que Berkshire no es un actor importante. Munger dijo que el “vaciamiento de los centros de las ciudades en Estados Unidos y en otras partes del mundo va a ser bastante significativo y bastante desagradable”.
Por Miguel Jiménez
El País