“Bombazo”, “sorpresa”. El impacto del resultado de las PASO, con el triunfo de Javier Milei con el 30 por ciento de los votos, se sintió en los tribunales federales, donde tramitan las causas por corrupción contra funcionarios y exfuncionarios públicos, y en el Consejo de la Magistratura, encargado de elegir y remover a los jueces.
“¿Qué dijo Milei sobre el Poder Judicial?”, “¿Cuál fue su definición sobre la Corte?”, se preguntaron funcionarios y empleados judiciales cuando llegaron a sus despachos. Se tranquilizaban con las respuestas cuando descubrían en Google que el candidato había dicho que la elección de su ministro de Justicia lo iba a consensuar con la Corte o que no se iba a meter con el Poder Judicial. “Lo veo más dentro del sistema que antisistema”, se autoconvencía un funcionario judicial que prefería verlo como un dirigente conservador de las instituciones establecidas, sin “rarezas” como la elección popular de los jueces o la necesidad de ponerles un plazo temporal a sus mandatos.
Claro que en los tribunales evaluaban que el efecto Milei no es parejo en todos los fueros. Por ejemplo, en el laboral, ven con temor eventuales reformas que puedan impulsarse y que afecten los derechos de los trabajadores, o problemas ligados con lo que puede identificar como la “industria del juicio”. En los asuntos contenciosos, miran un eventual cambio con prudencia y expectativa.
Jueces y fiscales consultados por LA NACION señalaron que para ellos fue tan sorprendente la magnitud del crecimiento del libertario, como la derrota de Horacio Rodríguez Larreta, donde sus hombres interlocutores habituales del mundo judicial de pronto quedaron desautorizados por la falta de votos.
“Más que Milei, la mayor sorpresa fue Larreta, fue un shock completamente inesperado. Ese mundo ahora quedó deslegitimado. Pero veremos, hay incertidumbre. No dejan de ser tres tercios, y los grandes perdedores claramente fueron Juntos por el Cambio y el oficialismo”, dijo un fiscal federal.
Hay coincidencia en que primó el “voto bronca” y donde el kirchnerismo o el peronismo, y Juntos por el Cabio no supieron escuchar a la gente. “Nosotros miramos el micromundo de la cosa pública y no nos dimos cuenta de que había gritos, voces desaforadas, que nos indicaban que algo andaba mal, esas voces se transformaron en un alarido que nadie escuchó”, analizó un camarista, que dijo que esa gente quiere “que no haya privilegios, que no le mientan, que no le roben. Es un semáforo en amarillo para la dirigencia”.
-¿Y ese votante no interpeló a la Justicia?, preguntó LA NACION.
-No, nosotros estamos bien en términos de poder, estamos reconfigurandos con una matriz constitucional, una corte empoderaba, que baja línea con el Constitución Nacional, respondió el encumbrado juez.
La Corte Suprema de Justicia no prevé modificaciones. Funciona con una mayoría consolidada entre Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. Ricardo Lorenzetti mantiene con ellos sus diferencias. Todos están bajo fuego del oficialismo que avanza en la Comisión de Juicio Político en la Cámara de Diputados para firmar un dictamen de mayoría que no tiene ni antes y menos ahora, votos en el recinto. La última reunión la oposición no participó de la reunión de Comisión, lo que el kirchnerismo consideró un “vaciamiento”.
La misma sensación de sorpresa y cambio de época se registró en el Consejo de la Magistratura, donde al día siguiente de la elección, algunos consejeros miraban de reojo a sus colegas de los estamentos políticos verificando como había disminuido su grado de representatividad según los votos recibidos por la fuerza política que los respaldó para llegar hasta allí.
El resultado de las elecciones terminará asimismo destrabando causas judiciales que están retenidas en los tribunales federales. El tiempismo, una característica de la Justicia Federal, se verificó una vez en torno a este proceso electoral y exhibió ganadores y perdedores. Esa lógica atrapará las decisiones judiciales por venir.
Amén del caso Hotesur y Los Sauces, trabajo por la autoexclusión de Ana María Figueroa como jueza para firmar sentencias, aún restan por resolverse causas en la Cámara de Casación, en otras salas, y en la Cámara Federal como la relacionadas como el atentado contra Cristina Kirhcner y la pista que insiste en plantear la vicepresidenta en torno al diputado de Pro Gerardo Milman.
Asimismo están por resolverse incidentes de la causa por la Ruta del Dinero K, de las causas ligadas con los sobornos pagados por el gigante brasileño Odebrecht y otros del caso de espionaje ilegal realizado por agentes de la AFI en el macrismo sobre dirigentes oficialistas y opositores y el caso del espionaje sobre los familiares de las víctimas del submarino ARA San Juan por el cual fue sobreseído Mauricio Macri.
El efecto Milei se traducirá en descongelar asuntos relacionados con la política. El olfato entrenado de Comodoro Py, para detectar la pérdida de poder, funciona tan rápido como la lapicera. Hay causas que se activarán, no solo contra la vicepresidenta sino también otras contra el macrismo.