POSADAS.- El gobierno nacional está “estrangulando” a las empresas yerbateras, dicen en el sector. Por un lado, les hizo subir los costos más de un 50% en el último mes y, al mismo tiempo, les impone un control de precios muy estricto para garantizar yerba barata hasta las elecciones.
Todo esto deben cumplir si quieren acceder al dólar agro y la posibilidad de liquidar las exportaciones a 300 pesos de acá al 31 de agosto próximo. Las exportaciones de yerba vienen en caída desde hace un tiempo por el retraso cambiario y mientras las yerbateras paraguayas venden cada vez más a Siria, país que explica el 80% de las ventas al exterior.
Esta mañana, el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, recibió a cuatro importantes empresarios yerbateros que le fueron a pedir que interceda ante el ministro de Economía, Sergio Massa, y su subalterno, Matías Tombolini, secretario de Comercio, que quiere que los paquetes de yerba mate se abastezcan en las góndolas del conurbano y otros centros urbanos con aumentos no mayores al 3 por ciento mensual.
“Es una catástrofe”: empezaron a cosechar y se encontraron con algo peor a lo esperado
A la reunión en la “Rosadita”, como se conoce a la Casa de Gobierno de Misiones, fueron Victoria Szcychowski, presidente de La Cachuera (marca Amanda); Martin Hreñuk, titular de Rosamonte; Miguel Gerula, titular de Romance, y Raúl Karabén, presidente de Piporé. La Cachuera y Piporé son las segunda y tercera exportadora de yerba mate de la Argentina, respectivamente, con fuertes ventas al mercado de Siria.
Sorpresa
El lunes pasado, en Misiones todo el mundo, incluido el gobierno provincial, esperaba que la yerba mate fuera incluida en el Programa de Incremento Exportador (PIE) para el dólar a 300 pesos. Sin embargo, la yerba mate quedó excluida del beneficio.
Inmediatamente, las autoridades y el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) empezaron a buscar explicaciones. En la reglamentación del decreto que establece el PIE, a través de la Resolución 466 de la Secretaría de Comercio Interior, se establece que las empresas que entren al programa [de una veintena de productos donde no figura la yerba] y exporten hasta un 30% de su producción deben firmar un acuerdo para comprometerse a no aumentar los precios más del 3 por ciento mensual.
“Necesitamos al menos un 30% de incremento ahora para absorber la suba de costos que tuvimos en el último mes y que fue del 50% solamente en la materia prima, el principal componente”, dijo a LA NACION Raúl Karabén, titular de la Cooperativa de Productores de Santo Pipó (más conocida como Piporé) y contador.
En las empresas yerbateras explican que la resolución de Comercio Interior muestra un desconocimiento sobre cómo funciona el mercado yerbatero, ya que habla de empresas -si bien la yerba no fue incorporada- que exportan entre el 30 y el 50% de su producción y otras que exportan más del 70%. Esto no se verifica en los hechos, ya que casi todas las yerbateras están fuertemente volcadas al mercado interno. La yerba mate es una cadena que solamente exporta entre un 10 y un 15 por ciento de lo que se produce, explican en las empresas yerbateras.
Según datos del INYM, el año pasado se vendieron 275,8 millones de kilos de yerba mate en el mercado interno, con exportaciones por 40 millones de kilos (15 por ciento). La Argentina alguna vez fue el principal exportador de yerba mate a Uruguay y terminó perdiendo ese mercado a manos de los brasileños, quienes hoy producen y envasan marcas como Canarias o Sara. La primera se hizo famosa porque fue elegida por la selección argentina para llevar a Qatar, pero lo cierto es que crece cada vez más en el mercado local, incluso en las góndolas de Misiones, principal zona productora del país junto con el norte de Corrientes.
Laudo yerbatero
Hace dos semanas, la Secretaría de Agricultura, que conduce Juan José Bahillo, estableció un aumento del precio de la hoja verde a 107 pesos desde los 70 pesos, y además, dos aumentos graduales hasta llevarla a los 120 pesos desde julio a septiembre. En la yerba mate, el valor de la hoja verde y la yerba canchada se establece semestralmente y, si no se acuerda por unanimidad en el directorio del INYM, pasa al laudo de Agricultura.
Para los industriales, se trató de un incremento que solamente se puede absorber con aumentos importantes en los precios a las góndolas, algo que el gobierno nacional no quiere. Ahora, además, les niega a las empresas el “dólar agro” y exige que abastezcan el mercado interno casi sin tocar los precios.
“Tenemos que ir a Buenos Aires y decir basta de yerba barata”, dijo esta semana el diputado nacional Héctor “Cacho” Bárbaro, quien se identifica con el kirchnerismo pero pelea desde hace tiempo para que el pequeño productor yerbatero reciba un precio justo por su hoja verde. También para que las empresas puedan sincerar esos costos en el precio al consumidor.
Parece que se viene “una tormenta perfecta”, dijo a LA NACION Karabén, quien dialoga con los compradores sirios y de otros mercados. Vislumbra un horizonte muy poco prometedor para las exportaciones de yerba mate argentina. No así para las de Paraguay, cuyas empresas recién empezaron a codiciar los mercados que supo abrir la Argentina en estos últimos tres o cuatro años en que la yerba mate se pagó a un buen precio.
La tormenta de la que habla Karabén también incluye importaciones récord de yerba canchada de Paraguay y Brasil en 2021 y 2022, cuando las compras fueron de casi 40 millones de kilos en cada uno de esos años. Antes, las importaciones de yerba mate no llegaban a 1 millón de kilos anuales. Las distorsiones en el mercado son tales que la yerba canchada importada de Brasil y Paraguay quedó mucho más barata, ya que se paga a 1 dólar o 1,2 dólar (oficial), contra un precio de 400 a 460 pesos que estableció Agricultura en el laudo yerbatero.
“Hay muchas distorsiones en el mercado producto del desdoblamiento cambiario, que dejó la yerba canchada importada barata”, explicó a LA NACION Manfredo Seifert, consejero de Coninagro por Misiones y asesor de una importante cooperativa yerbatera.
Así, la cadena yerbatera se encamina hacia una “tormenta perfecta” con precios en góndola que no cubren los costos, caída en las ventas en el mercado interno, imposibilidad de acceder al dólar agro y las firmas paraguayas acechando al principal mercado de exportación.