El Gobierno tomó hoy otros $741.500 millones del mercado tras colocar entre inversores ocho bonos en pesos. De este modo, consiguió hacerse de otros $120.263 millones para financiar su otra vez creciente déficit, dado que había llegado a esta licitación afrontando vencimientos de distintos bonos de deuda por $621.253 millones, aunque llegando a tener que convalidar tasas nominales del 99,77% o entre 3,57 o hasta 9,73 puntos porcentuales por encima de la inflación que se registre.
Además, fue tras volverse a apoyar sobre la liquidez de los bancos (que ya realizan la integración de encajes prudenciales en un 20% con bonos del Tesoro), que le demandaron otros $61.400 millones del TG25, un bono que ajusta capital por CER (inflación) y pueden utilizar para esos fines para asegurar ingresos por una obligación que antes debían constituir sin retribución alguna.
Los rendimientos convalidados suponen los costos de financiamiento más altos en tiempos de la administración Fernández, un dato inquietante y no menor si se considera que ya en mayo -según la última información fiscal difundida oficialmente- el pago de intereses de la deuda pública, neto de pagos intra-sector público, alcanzó los $383.420,9 millones.
Hoy se llevó a cabo la primer licitación de deuda pública del mes de julio, en la que el Tesoro debía afrontar vencimientos por $621.253 M. En esta oportunidad, Economía obtuvo 1.089 ofertas por un VNO de $980.634 M, de las cuales adjudicó un valor efectivo de $741.515 M.
— Eduardo Setti (@EduardoSettiOk) July 14, 2023
Los analistas creen que esto se explica porque prácticamente la totalidad de los vencimientos de deuda que enfrentaba en esta oportunidad pertenecían a manos privadas, lo que convirtió a esta subasta en “un test interesante para analizar el futuro de la deuda en pesos”, coincidieron en alertar.
En ese sentido se notó que, tras conocerse el segundo descenso mensual consecutivo del IPC, los inversores buscaron compensar esa merma en los rendimientos esperados de los instrumentos ajustables por CER que tienen en cartera pidiendo mayor sobretasa.
A la vez porque el Gobierno estaba necesitado de asegurarse ingresos frescos dado que su “caja” estaba otra vez bajo estrés, pese a los $140.000 millones demandados el último viernes al Banco Central (BCRA) en concepto de Adelantos Transitorios, al comenzar a aumentar el gasto con fines electoralistas.
Todo ese combo de razones, explican, se reflejó en las tasas convalidadas a pesar de los esfuerzos oficiales por evitarlo, algo que se denota al observase que el total de ofertas de compra recibidas alcanzaba los $980.634 millones, muy por encima de los $640.944 millones nominalmente adjudicado.
El Ministerio de Economía destacó que con este resultado el financiamiento neto (eufemismo al que recurre para hablar de la deuda nueva que se suma al pasivo público) ya orilla los $2 billones en lo que va del año, lo que supone una “tasa de refinanciamiento del 134%”.
Sobre los plazos, detalló que el 56% del financiamiento obtenido correspondió a instrumentos con vencimientos en 2023 (82% al cuarto trimestre del año), 31% al 2024, y el 13% restante en compromisos por caducar en 2025.
En cuanto a su composición, el Palacio de Hacienda informó que el 55% correspondió a instrumentos ajustados por CER, 37% por instrumentos a tasa fija, y el 8% restante, por instrumentos ajustados al tipo de cambio oficial.
En el comunicado que reportó los resultados, el Gobierno recordó que el lunes próximo se efectuará la segunda vuelta de la licitación en el marco del Programa de Creadores de Mercado. Allí podría recibir y adjudicar ofertas por hasta un 30% del total del valor nominal adjudicado hoy de las letras X1803 y X23N3, ajustadas por CER, o la S31O3, colocada a tasa fija.