El kirchnerismo buscó en las últimas horas bajarle el tono a una serie de frases cruzadas que evidenciaron una tensión interna que complica la campaña electoral en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito y que Unión por la Patria apuesta a conservar. Una sutil y certera declaración del gobernador Axel Kicillof motivó una respuesta de Máximo Kirchner. Le siguieron las declaraciones de Mayra Mendoza y Juliana Di Tullio, ambas de extrema confianza del hijo de la vicepresidenta y referente de La Cámpora.
El puntapié de la discordia fueron las declaraciones del gobernador bonaerense en un acto junto al exprecandidato presidencial, Juan Grabois. Allí Kicillof pidió “componer una nueva canción” en referencia a la nueva etapa que él vislumbra que se abre en el peronismo. Fue la semana pasada, en la previa a que tanto Kicillof como Kirchner viajaran a Tucumán junto con Sergio Massa para el relanzamiento de la campaña del oficialismo. En el norte, con otros gobernadores, el peronismo escenificó una postal de unidad en medio de las tensiones.
La respuesta pública por parte de Kirchner a la postura de Kicillof llegó esta semana. “Más allá de los pentagramas, lo fundamental es la gestión de gobierno para que no haya confusiones”, dijo Kirchner ante la consulta por el tema, al tiempo que se definió a sí mismo como un “militante y no músico”. No hizo falta más para entender que fue una respuesta directa en alusión al cambio de era que proyectó el gobernador.
Luego llegarían las respuestas, en completa sintonía, de Mendoza y Di Tullio. La de la quilmeña fue durante una entrevista con Infobae al usar la frase de “El tesoro de los inocentes”, del Indio Solari, cantante preferido de Kirchner. “Juegan a primero yo, y después a también yo’”, cantó en referencia a Kicillof. Tras lo que agregó: “Hay que construir lo que viene, pero no es dejando de lado nada de lo que nos hizo llegar hasta acá. Porque Mayra no sería intendenta y Axel no sería gobernador. Así que hay que ser respetuoso, siempre con mucho cuidado de lo que se dice, porque genera sentido”.
“No es grave, pero a Axel a veces hay que ponerlo en caja”, dijo a LA NACION un hombre cercano a La Cámpora. “No puede salir a decir eso, todo sonriente, y con Grabois al lado”, completó. Tras lo que insistió en que no le daba mayor trascendencia. “Es un llamadito de atención para que sigamos todo alineados”, definió otro hombre del kirchnerismo.
Desde el massismo también buscaron bajar el precio y evitar coletazos en la campaña. Las filas de Massa son las más preocupadas por mantener la pretendida unidad del oficialismo y dejarle las diferencias y peleas a Juntos por el Cambio. “No nos metemos. Sergio mantiene excelente relación con los dos”, respondieron cerca del ministro de Economía y candidato presidencial.
Mientras en principio no se espera nuevos capítulos del entredicho, en un oficialismo que supo hacer de sus internas un espectáculo a cielo abierto, Kicillof y Kirchner podrían mostrarse juntos nuevamente en un acto en Ensenada, en el que trabajan, entre otros, el intendente de esa localidad, Mario Secco, y el de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Será un acto con todo el sello del peronismo tradicional. Y en el que ellos, y buena parte de otro grupo de intendentes, buscarán apoyar a Kicillof en su carrera a la reelección. La decisión del acto estaba tomada de antemano y no tiene relación directa con lo sucedido en los últimos días. Sin embargo, cerca de la ciudad de La Plata hay quienes ven como motor de ese apoyo la tensión vigente entre el kirchnerismo duro y Kicillof, agudizada desde el desembarco de Martín Insaurralde a la jefatura de gabinete bonaerense tras la derrota electoral de 2021.