LIMA.- Un contingente de 300 militares del Ejército peruano fueron desplegados en tarde de este viernes en la frontera con Chile, en medio de la crisis humanitaria que se vive en la zona, donde cientos de migrantes -en su mayoría venezolanos- se encuentran varados en su intento de ingresar a Perú, luego del endurecimiento de los controles migratorios en Chile.
La llegada de los efectivos se enmarca en el estado de emergencia que el gobierno de Dina Boluarte decretó tanto en Tacna como en el resto de sus provincias fronterizas, a fin de controlar el ingreso irregular de migrantes.
Así, los militares se posicionaron en una “segunda línea” de contención, justo detrás de la línea conformada por la Policía Nacional de Perú (PNP), que ya cuenta con unos 390 efectivos.
De acuerdo a las autoridades peruanas, las Fuerzas Armadas sólo cumplirán una función de apoyo a las policías, y “de ninguna manera” tienen autorizado hacer uso de sus armas reglamentarias.
El encargado de monitorear el despliegue de los militares en la frontera fue el ministro de Defensa de Perú, Jorge Chávez, quien explicó algunas de las labores que desempeñarán las Fuerzas Armadas en la zona. “Tenemos la misión, nuevamente, en un frente de la patria para llevar a cabo el apoyo a nuestra Policía Nacional del Perú”, dijo. Chávez aseguró que “no significa que se va a militarizar la zona, no significa que se va a inundar de militares toda la región de Tacna”, y recalcó que sólo tendrán labores de colaboración.
Corredor humanitario
En tanto, Perú, Chile, Ecuador y Venezuela están considerando abrir un corredor humanitario para que cientos de migrantes que salieron de territorio chileno puedan cruzar hacia sus países de origen, informó este viernes el ministro peruano del Interior, Vicente Romero.
Los gobiernos intentan encontrar una solución para los migrantes, en su mayoría haitianos, venezolanos, colombianos y ecuatorianos, que dejaron Chile en las últimas dos semanas tras el endurecimiento de los controles migratorios.
Perú les impide el paso alegando falta de documentación, incluso decretó el miércoles el estado de emergencia por 60 días en sus fronteras y ordenó el envío de militares para reforzar la vigilancia y enfrentar la inseguridad asociada a extranjeros, según Boluarte.
”A nivel de la cancillería se está trabajando tanto con Chile, Ecuador y también con Venezuela para poder ver y de qué manera puedan pasar esas fronteras y no tener ningún problema”, dijo Romero a la radio RPP.
Lo importante es “darles la seguridad necesaria a todos los extranjeros que voluntariamente quieran regresar a su país”, agregó. “Una vez que se establezca el corredor humanitario, se va a llevar a cabo como debe ser”, prometió el ministro.
La situación migratoria entre Perú y Chile se ha tensado en las últimas semanas llegando incluso a afectar al panorama político, ya que tanto Lima como Santiago han convocado a los respectivos embajadores del país vecino para expresar su insatisfacción por la situación.
El alcalde de la ciudad peruana de Tacna, Pascual Güisa, denunció la oleada de migrantes que tratan de cruzar a Perú por su frontera sur, y llegó incluso a tildar de “innombrable e irresponsable” al presidente chileno, Gabriel Boric.
Amnistía Internacional llamó a los gobiernos de Chile y Perú a poner fin a la militarización de sus fronteras en respuesta a la crisis migratoria. El organismo humanitario recordó que se trata de una crisis de personas en necesidad de protección internacional, quienes requieren una atención integral que ponga los derechos humanos en el centro de la respuesta de ambos gobiernos.
El vocero de Naciones Unidas (ONU), Stéphane Dujarric, dijo que el Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional de Migraciones (OIM) están “preocupados” por los migrantes que esperan en la frontera chileno-peruana ingresar a Perú o volver a Chile y no tienen sus papeles legalizados.
El representante de la ONU se refirió particularmente a la situación de menores que esperan con sus padres y madres en la frontera y que “en muchos casos carecen de cobijo, de agua, de alimentos y de servicios sanitarios”.
”Lo realmente crítico es que los dos países encaren este problema con diálogo y tengan en el centro de sus preocupaciones el bienestar de los seres humanos, sean migrantes o refugiados”, dijo el portavoz de la ONU.
Dujarric no mencionó a ninguno de los dos países específicamente, ni emitió críticas contra las autoridades, pero si les pidió poner por delante la “dignidad” de los migrantes. ”Debe ser respetada, así como sus derechos como refugiados, y estaremos ahí para garantizar que se atienden sus necesidades más básicas; pero esto es un asunto que debe tratarse directamente entre los dos países”, recalcó.
Agencias DPA, AP y AFP