Pese a la recesión que comienza a golpear a la economía, el mundo del trabajo no se resiente aún profundamente, más allá de precarización y del estancamiento en el que se mantiene hace años, o de la necesidad de los trabajadores de sumar nuevos ingresos ante el intenso avance de los precios en la Argentina.
La tasa de desempleo mostró hoy una reducción a 6,2% en el segundo trimestre del año desde el 6,9% que registraba un año atrás. Sin embargo, la tasa de empleo se mantuvo sin cambios (en 44,6%), mientras la población económicamente activa (PEA) creció en tres décimas (47,6%).
“Pero cayó la PEA 188.000 en el Gran Buenos Aires y también los ocupados en 100.000. Por eso, baja la desocupación. No se registran grandes cambios en empleo informal y cuentapropista. La caída del desempleo no es por más puestos, de hecho, hay menos, ni por más formalidad. Crece el empleo público y cae privado”, dijo Juan Luis Bour, de FIEL.
“El empleo urbano total creció en 200.000 personas, de las cuales la totalidad fueron empleos asalariados privados registrados. Luego, el empleo público creció también en 100.000 personas que se compensó con una caída de empleo informal de 100.000 personas”, indicó el especialista de Idesa, Jorge Colina.
“El empleo asalariado privado registrado está en 6,3 millones. Viene creciendo desde la crisis cambiaria de Cambiemos en 2018, pero no presenta crecimiento neto. En el primer trimestre de 2018, justo antes que se desate la crisis cambiaria, el empleo asalariado privados registrado estaba también en 6,3 millones”, explicó el experto y completó: “Se puede decir que, en términos de empleo asalariado privado registrado, se superó las crisis cambiarisa de Cambiemos y la pandemia. Igual, si bien en cantidades absolutas el empleo asalariado privado registrado sube, hoy representa 31% del empleo urbano total, cuando hace 10 años, en 2013 representaba el 35%. Esto es lo que muestra el deterioro en la calidad de los empleos”.
Otros datos sobre el empleo
Los datos del empleo registrado indicaron que en junio hubo un crecimiento de 0,4%. Entre los asalariados, tanto privados como públicos, se incrementaron en 0,3% mensual desestacionalizado, representando la creación de 17.166 y 9.264 puestos de trabajo, respectivamente. En tanto, los asalariados en casas particulares y autónomos presentaron un leve crecimiento del 0,1% mensual desestacionalizado implicando 269 nuevos puestos de trabajo cada modalidad. “Los trabajadores bajo el régimen de monotributo tuvieron un crecimiento todavía mayor: 25.143, explicando más de la mitad del aumento mensual de la ocupación formal”, recalcaron en LCG.
El primer semestre del año, los puestos de trabajo registrado crecen al 4% anual, estimó la consultora en base al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). “Si bien el empleo formal se encuentra en niveles máximos de la última década (+2,3% per cápita desde principios de 2018) y en el último año se crearon casi 550.000 nuevos puestos de trabajo, la composición del mismo fue cambiando con el paso del tiempo”, indicaron en LCG y agregaron: “La calidad del empleo se fue perdiendo de manera progresiva, el empleo asalariado privado fue cediendo participación al empleo público y a ocupaciones independientes como el monotributo o autónomos. Los asalariados privados pasaron de representar un 56% en 2012 a un 48% actualmente.
Más allá de la resistencia del empleo a la caída de la economía, la otra cara de la moneda son los fenómenos de pauperización del mundo del trabajo. Casi el 10% de los trabajadores tiene más de un empleo (pluriempleo) y este fenómeno registra un crecimiento del 25% desde 2018, según de Ecolatina.
“El pluriempleo también está vinculado a la necesidad de sostener determinado nivel de vida, ya que muestra un crecimiento marcado en deciles más altos”, señaló la consultora en un documento publicado días atrás. “Esto agrega evidencia en que la Argentina no tiene un problema de empleo, sino de calidad del mismo”, dijeron en la consultora. Por otra parte, según un trabajo de la UBA y la UCA, la cantidad de ocupados pobres llegó a fines del año pasado a 27,3%. Para encontrar un dato similar, sacando el impacto de la cuarentena oficial por la pandemia (30,5% en 2020) hay que irse a 2006 (28,5%). El punto más bajo de la serie entre 2003 y 2022 fue 2017 (15,2%).