El dilema de Facundo Manes: competir como candidato a presidente o diluirse en la interna de Pro

Facundo Manes es uno de los interrogantes que quedan por resolver en el rompecabezas electoral de Juntos por el Cambio. Su nombre se cuela en las conversaciones que mantienen Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich con sus estrategas, que intentan descifrar si jugará o no en los próximos comicios. Lo ven como un outsider, un satélite dentro del universo radical, que no responde a ninguna jefatura. Desde hace meses lo tantean para reclutarlo y convertirlo en un activo electoral para sus proyectos.

En tiempos en que la política solo habla de efectividades conducentes, los jerarcas de la UCR se alistan para elegir un bando en la interna de Pro. El eje de Gerardo Morales y Martín Lousteau cierra filas con Larreta, mientras el grupo de detractores del jujeño que se forjó en la Vendimia auscultan las demandas del electorado antes de discutir los términos de un acuerdo con Bullrich. El radicalismo se encamina a una división ordenada después de la convención partidaria del lunes en Parque Norte.

A pesar de que enfrenta un panorama adverso, Manes mantiene sus ambiciones y no se resigna. Avanza casi sin aparato ni poder de fuego para pelear por el premio mayor. Es una cuestión de fe. Está convencido de que en la grilla de aspirantes de JxC debe haber un candidato a presidente de la UCR para terciar con el Pro.

Mientras los referentes radicales procuran persuadirlo para que desactive su plan, Manes acelera con la confianza de que encontrará una bala de plata antes del cierre de listas del 24 de junio. Prefiere ni pensar en un plan B. Ni ser candidato a vicepresidente ni encabezar la lista de senadores nacionales en la provincia, como le ofrecen los arquitectos políticos de los proyectos nacionales de Larreta y Bullrich. Convencido de que el país se encamina a un fin de ciclo, se enfoca en su cruzada para ser presidente. Se aferra a la creencia de que la sociedad demandará nuevos líderes ante el desgaste de la dirigencia tradicional por el colapso económico.

Quienes frecuentan con Manes lo notan decidido a permanecer en la carrera electoral, pese a que los popes radicales lo sacaron de la cartelería y apuestan secundar en la fórmula a Bullrich o Larreta, ante la ausencia de un postulante competitivo de la UCR en los sondeos. Los lugartenientes en las provincias presionan por un pacto con el Pro: es que quieren colgar sus boletas del postulante que les garantice acceder a bancas en el Congreso.

Esa resistencia a sostener sus ambiciones fue un punto de inflexión en su vínculo con los jefes radicales. En caso de que Morales decline su postulación y selle su alianza con Larreta, Manes lidiará con un dilema. ¿Mantendrá su candidatura o terminará optando por un acuerdo con el jefe porteño o Bullrich para integrar un casillero de las listas? Cerca de Manes no descartan que su nombre no aparezca en ninguna boleta en caso de que decida no disputar la presidencia para no quedar enredado en la interna de Pro. Otros allegados insinúan que podría competir incluso si el radicalismo no lo apoya. En ese escenario, enfrentaría un desafío mayúsculo: armar listas en los 24 distritos y diseñar una red de fiscales. “Está preocupado por el país y pensando en cómo contribuir. Todas las vías están abiertas”, dicen en el entorno del médico. En el larretismo intensificaron la presión para sumarlo al proyecto del jefe porteño. Descuentan que no se alineara con Bullrich por diferencias ideológicas.

Desde hace tiempo, Manes insiste en que JxC debe reformular su fisonomía y buscar una nueva narrativa. Propone cambiar el relato anclado en las promesas de ajuste y reformas a una propuesta centrada en la estabilización económica y un plan de desarrollo.

En el equipo de Manes repiten que la expresión de JxC no puede reducirse a la interna de Pro. Creen que sería un error que la oferta radical quede diluida en la propuesta de los candidatos amarillos. Notan un creciente desgaste de la marca de JxC en los sondeos por la lucha de poder entre Larreta y Bullrich que provocó el renunciamiento de Mauricio Macri. “Esa interna nos desgastó y nos achicó. No llegamos a los jóvenes. Si no hacemos lo de 2021 -cuando Manes compitió contra Santilli en la provincia-, JxC puede salir tercero”, aventuran cerca de Manes.

En el círculo de Manes deslizan que hace un par de semanas también quisieron seducirlo con una postulación a gobernador en Buenos Aires, en donde superó su primer test electoral en 2021. La creciente intriga que despierta su figura entre sus rivales lo estimula a seguir. Es que no nota una correlación entre los números de las encuestas, y el interés por explorar una alianza con él. “Acá hay algo que no muestran las encuestas, ¿por qué me quieren tanto si no?”, comentó en la intimidad.

Cuando faltan 48 horas para la convención partidaria, a la que los popes de la UCR llegan sin una estrategia unificada para negociar con Pro por el armado de las listas ni el futuro equilibrio del conglomerado opositora, un factor crucial para garantizarse que esta vez JxC tendrá un gobierno de coalición en 2024, en caso de que logre volver al poder, Manes prefirió bajar el perfil para meditar su futuro. Antes de recluirse en Salto, Manes juntó los avales necesarios para competir en las PASO y encabezó la presentación de sus equipos técnicos.

En plena implosión en Juntos por el Cambio por el intento de Larreta y Morales de incorporar a Juan Schiaretti, el neurólogo reunió en sus oficinas de Palermo a Marina dal Poggetto y Martin Rapetti, sus principales asesores económicos; Fernando Stefani (Desarrollo); Fernando Vilella (Política Científica); Carlos Pallotti (Economía del Conocimiento); y Viviana Dirolli (Industrias Creativas). “Mi voluntad es ser”, advirtió a los suyos.

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