La claqueta cinematográfica, sostenida por una persona a quien solo se le ven las manos, lleva escrito un título sugerente: “La traición”. Esa fue la imagen que Lorena Scioli subió a sus historias de Instagram en la noche del sábado, cuando ya estaba claro que su padre, Daniel Scioli, no sería candidato a Presidente por una decisión consensuada del cristinismo, del ya postulante presidencial Sergio Massa y de quien había sido su principal impulsor hasta el viernes, el presidente Alberto Fernández.
La catarsis de Lorena Scioli, hija mayor y colaboradora de su padre en su breve “epopeya” por la Presidencia, incluyó otra imagen, esta vez con un texto igual de sugestivo. “Lo importante en política es poder mirar a los ojos de frente y no tener que agachar la cabeza”, rezaba la frase, por encima de una bandera argentina. Las publicaciones son una muestra el estado de ánimo del aún embajador en Brasil y su equipo de dirigentes cercanos, luego de semanas de pulseada directa con Cristina Kirchner y Massa, en las que reiteró su decisión inquebrantable de ser candidato a Presidente. “No se bajó, lo bajaron”, susurran, sin demasiados detalles ni deseos de hablar, dirigentes que conocen al “Pichichi” y vieron su determinación, truncada en las horas anteriores al cierre.
Quienes lo conocen aseguran que, por una cuestión de carácter personal, Scioli dirá poco y nada de la definición. Luego de un fin de semana con su familia en su casa de La Ñata, partirá esta noche rumbo a Brasilia para acompañar al Presidente y al canciller, Santiago Cafiero, en la visita de Estado presidencial del lunes a ese país. Por el momento, seguirá siendo embajador, aunque el vínculo con el Fernández y el canciller, que forma parte de las listas de candidatos a diputados al igual que la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, entrará seguramente en el terreno de la frialdad.
Testigos presenciales del hecho aseguran que el rostro de Scioli comenzó a virar de la expectativa a la sorpresa y el desagrado en la tarde del viernes. En sus oficinas de la calle San Martín, Scioli ultimaba los detalles de las listas de candidatos con Cafiero, Tolosa Paz, José “Pepe” Albistur, Aníbal Fernández y Alberto Pérez, entre otros dirigentes de su círculo íntimo. Estaban en la definición del candidato a compañero o compañera de fórmula cuando Scioli se enteró de lo avanzada que estaba la lista de unidad, encabezada por Massa, que lo dejaba fuera de carrera. Más tarde llegó el diálogo telefónico con Fernández, quien hasta el jueves a la noche (después del acto de lanzamiento de Scioli en el ND Ateneo) seguía sosteniendo en conversaciones privadas su apoyo a la postulación del ex gobernador bonaerense. Luego de la reunión del Presidente con los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero), el gobernador riojano Ricardo Quintela blanqueó que Fernández ofreció en ese almuerzo en Casa Rosada apoyar a Massa con la condición de que el vice lo “pusiera” él. Terminó siendo Agustín Rossi, hombre de su confianza y actual jefe de gabinete.
Sobrevoló, a modo de compensación, una candidatura para legislador del Parlasur (la lista la encabezará la cantante Teresa Parodi, a pedido de Cristina Kirchner), pero Scioli la rechazó de plano.
“Si el peronismo consigue una síntesis en la fórmula y una unidad, nadie se iba a oponer a eso. Las PASO servían si no existía la unidad”, sostienen cerca del Presidente, en defensa de su decisión de apoyar la lista, a cambio de la candidatura a vicepresidente de Rossi, y los lugares para Cafiero y Tolosa Paz en la lista de diputados nacionales. “La responsabilidad que tenemos nos exige explorar alternativas hasta el último minuto”, agregaron las fuentes cercanas a Fernández, sin desconocer el enojo del sciolismo por una decisión inesperada que se cocinó en secreto, entre jueves y viernes, y dejó a Scioli sin chances de reacción. Dirigentes que acompañan al exmotonauta recordaron la encendida defensa de la gestión de Fernández que Scioli hizo (“y hará”, dicen) desde su puesto diplomático.
“Con fe y esperanza, con optimismo, que vamos a salir adelante. Aunque nos apaguen el audio, nos pidan avales, no quieran las PASO, van a encontrar nuestra boleta en el cuarto oscuro el 13 de agosto. Esta es una carrera de obstáculos y venimos pasando algunos”, gritó Scioli en el cierre de su campaña, en la noche del jueves. “La gente está cansada de discutir el pasado, vengo a hablar de futuro”, dijo en su último posteo en las redes sociales. Horas después, se encontró en soledad y debió resignar sus aspiraciones de revancha en la carrera presidencial.
