En un contexto en el que la tecnología transforma día a día casi todos los aspectos de la vida humana, la conectividad -capacidad de un dispositivo para conectarse y comunicarse con otro, con el fin de intercambiar información o establecer una conexión directa a base de información digital- se vuelve un recurso esencial para el desarrollo social y cultural de la sociedad.
Asimismo, esta capacidad de establecer una comunicación entre dispositivos es una aliada clave en la economía digital, puesto que actúa como un cimiento para la innovación, el crecimiento económico, la colaboración global y la mejora de la calidad de vida.
En el evento titulado “La revolución de la economía digital”, organizado por LA NACION, Pablo Orsei, experto en telecomunicaciones y director de Tlon Space -una startup que está desarrollando un lanzador de nanosatélites- conversó con Carla Quiroga, periodista de LA NACION, sobre los desafíos que implica el desarrollo de la conectividad y también lo beneficioso que puede llegar a ser su crecimiento para la prosperidad del mundo.
Los desafíos que atraviesa la Argentina para mejorar su conectividad
Hoy, el cielo se está poblando y términos como “economía digital” y “empresas del futuro”, que eran impensados 15 años atrás, ya son vocablos de uso cotidiano. Según explicó Orsei, la conectividad satelital es algo que se viene desarrollando desde hace años. “Hoy hay unos 8000 satélites activos dando vueltas y otros tanto que están inactivos”, contó, y explicó que se encuentran a distintas alturas: los geoestacionarios están a 36.000 metros de altura, luego están los de etapa media y los que están en la baja órbita, que es donde se están armando hoy las constelaciones para dar servicios de redes de conectividad sobre la Tierra.
Al ser consultado sobre si existe la posibilidad de que se acelere el proceso de conectividad, Orsei reveló que esto es totalmente posible y más sabiendo que el fin máximo del servicio es traer prosperidad a la sociedad. “Si analizamos lo que está pasando desde el punto de vista de la oferta y la demanda, hoy desde la demanda encontramos herramientas y conceptos tecnológicos que están acelerando la inversión de todas las personas dentro del campo de la tecnología”, destacó el experto.
Según relató, herramientas como inteligencia artificial, blockchain, machine learnig y realidad aumentada, entre otras, permiten que la gente produzca e intercambie conceptos y negocios que, al fin y al cabo, terminan manejando la economía digital.
“La conectividad es lo que permite levantar o disminuir la economía digital. Hablamos de tres etapas de un negocio: los que fabrican el equipo, quienes distribuyen y aquellos que consumen; es importante que esos períodos estén bien conjugados para que se pueda avanzar y se levante el nivel de la economía”, añadió.
Por otro lado, si de obstáculos se habla, para Orsei en la industria de la conectividad hay varios, entre los que mencionó: la brecha de uso, entendida como la capacidad que tienen las personas para aprovecharla; la brecha de acceso, que se da cuando no se tiene un punto para entrar o dispositivos para acceder; y la calidad de la conexión, ya que si es mala no se pueden realizar acciones esenciales, como hablar por teléfono o comunicarse.
No obstante, para el especialista en telecomunicaciones más que hacer énfasis en los obstáculos hay que centrarse en los “disparadores”, aquellos que son necesarios para poder achicar las brechas. “Uno tiene que ver con cómo se les permite a los actores que están en el midstream y en el upstream que tengan un horizonte de inversión. Como segundo punto, hay que hablar del marco regulatorio, porque si es uno que bloquea, entonces no se puede desarrollar la economía digital; en cambio, si el marco legal favorece, se obtiene una economía digital poderosa que colabora con el aumento de la prosperidad”, resaltó.
Al ser consultado sobre cómo se puede acelerar este proceso, Orsei respondió que hay que mirar la parte satelital con proyección a 2030. “Es una industria en la que actualmente se están invirtiendo 500 billones de dólares y se espera que para 2030 la inversión para desarrollar las redes de conectividad adecuadas sea aún más mayor”, dijo.
¿Qué significa todo esto en palabras simples? Según el experto, que de acá a 2030 se supone que el mundo va a estar cubierto por estas constelaciones que van a ampliar el mapa de cobertura, es decir, muchas áreas que hoy no están cubiertas van a poder estarlo y no solo van a favorecer a las personas sino también a las empresas chicas y a las grandes.