El suceso de ayer en el hall de la Secretaría de Comercio, con el empresario Ariel Pérez que, disfrazado de payaso, se encadenó para denunciar que hace tres meses el Gobierno no le aprueba permisos de importación, “es la punta del iceberg” de la crítica situación que atraviesa la aviación agrícola. Así lo aseguró Gustavo Marón, abogado de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca), quien detalló que al menos once empresas del sector no pueden pagar equipos comprados en el extranjero debido a las trabas impuestas por el Gobierno. El caso de Pérez, que protestó porque no puede importar para un rubro crítico como el combustible para los aviones, dejó a la vista así un problema más general en la actividad.
“Hay empresas de trabajo aéreo que ya están siendo embargadas porque no pueden girar a fábrica los dólares necesarios para pagar las cuotas de los aviones agrícolas que han comprado”, denunció. “Desde agosto de 2022 estamos con este problema, avisando y gestionando ante la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para que interceda ante las autoridades de comercio exterior para destrabar esto, pero no hemos tenido respuestas”, agregó.
En una carta enviada a ese organismo para pedir su intervención, se detallaba que al 2 de noviembre del año pasado los valores comprometidos por las 11 empresas totalizaba US$1.530.064
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Indicó que ya hay empresas con riesgo concreto de pérdida de los aviones. “Imagínense la angustia, la preocupación que esto genera en la comunidad aeronáutica de trabajo aéreo”, dijo el abogado.
Según detalló, las empresas cuentan con el dinero para afrontar los pagos, a través de las entidades bancarias con las que operan, pero no pueden hacerlo debido a los criterios restrictivos impuestos desde enero de 2022 a las entidades bancarias por el Banco Central (BCR) para operaciones de comercio exterior.
Marón explicó que esta problemática tiene su origen en el hecho de que en la Argentina prácticamente todos los insumos aeronáuticos son importados. “El país carece de una producción propia que pueda satisfacer la totalidad de las necesidades de la aviación, e históricamente estos insumos se adquirieron en el exterior”, afirmó.
Añadió: “Con las restricciones a los giros de divisas hacia el exterior para pagar al dólar oficial, la actividad de la aviación general de trabajo aéreo se freno de manera muy importante. Esta actividad implica el uso comercial de aeronaves para diversas actividades productivas, excluyendo el transporte”.
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“A principio del año pasado varias empresas asociadas a Fearca empezaron a plantear que no podían enviar el dinero en dólares necesarios para pagar a las fabricas las cuotas de los aviones agrícolas que habían comprado hacía muchos años”, recordó.
Según detalló, en todos los casos se trataba de unidades de la fábrica Air Tractor Inc., que es una empresa de fabricación de aeronaves para tareas relacionadas con la aviación agrícola (pulverización, siembra, fertilización) de origen norteamericano.
“En todos los casos estamos hablando de bienes de aeronaves importadas regularmente, nacionalizadas e inscriptas en el Registro Nacional de Aeronaves de la Administración Nacional de Aviación Civil. Es decir, son operaciones que tienen su origen con anterioridad a la entrada en vigencia de las normas restrictivas de pagos al exterior”, reclamó.
Esto fue manifestado en una carta que Walter Malfatto, presidente de Fearca, le envió a Paola Tamburelli, presidente de ANAC, en donde además de presentarle la situación del sector le pedía “su pronta intervención”. Sin embargo, según indicó Marón, aún no han recibido ninguna respuesta.
En ese contexto, el abogado manifestó su solidaridad con Pérez, que ayer se encadenó en la Secretaría de Comercio para conseguir dólares oficiales con la intención de que su empresa pueda seguir funcionando. El hombre, que denunció que hace tres meses el Gobierno no le aprueba permisos de importación y trabaja al 5% de su capacidad, es titular de Aerogálvez, una empresa que provee combustible para el 40% del mercado de aviones agrícolas.
“Merece toda la solidaridad de toda la comunidad aeronáutica, primero, porque el combustible es un insumo fundamental, y segundo, porque es una persona muy querida en el ambiente. Es muy serio y correcto. Esto de la peluca y disfraz de payaso es para llamar la atención, pero es un empresario del que dependen muchas familias”, concluyó.