GUAYAQUIL.– El vuelco electoral en Ecuador tiene nombre: Daniel Noboa. El candidato moderado, hijo de uno de los empresarios más ricos del país, confirmó la escalada meteórica que anunciaban algunos sondeos de última hora y se coló por la puerta grande de cara a la segunda vuelta de las elecciones anticipadas, a celebrar a mediados de octubre. “¡Se armó el despelote!”, resonó en las redes sociales, la plataforma desde la cual el candidato de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN) convenció a parte de su votante más joven en el tramo final de la campaña ecuatoriana más sangrienta, golpeada por ataques narcos y el asesinato de un aspirante presidencial.
La frase en cuestión, objeto de innumerables memes y stickers, es la más conocida de la familia, puro ADN de los Noboa y uno de sus trends de más éxito en Tik Tok. Palabras premonitorias además, confirmadas durante la jornada electoral y que en el imaginario ecuatoriano se asocian a su padre, el magnate bananero Álvaro Noboa, una de las mayores fortunas del país.
“Junto a ustedes inicia el nuevo Ecuador”, certificó el joven de 35 años, quien pese a contar con 900.000 votos menos que su rival, parte en igualdad de oportunidades. Incluso con una pequeña ventaja, en una contienda que promete ser cerrada, a pesar de que la ganadora del primer round fue Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana. La fórmula empleo+seguridad, que tanto éxito le dio en la última semana de campaña, volverá a ser su receta favorita para el ballottage.
Escrutado más del 95% de las actas, González cuenta con el 33,5% de los apoyos, frente al 23,5% del abanderado de ADN. De esta forma la Revolución Ciudadana del prófugo Rafael Correa confirma su voto duro, pero también su propio techo electoral en primera vuelta, establecido en el tercio de los votantes, tal y como sucedió hace dos años, lo que no pudo evitar entonces la remontada del actual presidente, Guillermo Lasso.
El duelo ya está servido: la primera mujer que sería presidenta en Ecuador frente a quien batiría todos los récords de juventud. Noboa ha cumplido 35 años, frente a los 43 de Correa al llegar al poder. En esos comicios de 2006, el exmandatario derrotó precisamente al padre de Noboa, por lo que el actual ballottage se convierte en una especie de reedición de aquellas elecciones.
“La propuesta popular de la Revolución Ciudadana se medirá en segunda vuelta a un planteamiento de un gobierno empresarial”, dictó Correa desde el exterior, tras las primeras declaraciones de júbilo de González. Son palabras que ya se emplearon hace dos años contra Lasso.
“La ciudadanía estaba buscando una cara nueva y Noboa goza de ser nuevo a la vez de que pertenece a una familia muy conocida. Es casi un outsider. Las dos dimensiones más importantes van a ser no sólo la figura polarizadora de Correa, sino también el tema de seguridad”, adelantó para LA NACION el politólogo John Polga-Hecimovich.
La irrupción de Noboa también supone cierta resurrección política para el expresidente Lenín Moreno, ya que ADN está apoyada por la nueva versión de su partido, Mover (antes Alianza País), y por el movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia (PID), encabezado por un familiar.
Para la historia queda el 16,47% de los votos obtenidos por el periodista Christian Zurita, reemplazante del asesinado Fernando Villavicencio, que gracias a la ola de solidaridad obtuvo el tercer lugar en el ránking electoral, por encima de lo que vaticinaban las encuestas. “Fernando, nuestro presidente valiente y eterno, tu memoria es honrada con respeto”, se congratuló Zurita tras conocer los resultados, que son incluso mejores para el Parlamento, donde el movimiento Construye se ha situado como el segundo grupo parlamentario más poderoso. Zurita también anunció que se tomará un tiempo tras acabar el proceso electoral.
En cuarto lugar, alejado de las expectativas que lo colocaban en el ballottage, terminó el populista Jan Topic, conocido como el “Bukele ecuatoriano”, con el 14,68%. Un éxito para alguien desconocido hace semanas, pero un naufragio para el Partido Social Cristiano (PSC), que pretendía luchar por la presidencia apoyado en la mano dura de su candidato.
“Noboa conecta con lo nuevo, con lo joven, y supone una ruptura con la diatriba correísmo frente a anticorreísmo, cambiándolo por lo nuevo contra lo viejo. Se trata de una figura que sale de esa estructura tradicional y además propone nuevas ideas y no confronta. Muchos han querido combatir el miedo con el terror, con una guerra, esa negatividad no caló en el electorado joven. Noboa también arrastra el legado de su papá, quien ha puesto mucho dinero en la campaña. Un candidato distinto a quien su propio padre le da el recambio generacional”, resumió para LA NACION el analista Matías Abad, quien también destaca el “fundamental timing” de Noboa: el punto de quiebre fue el magnicidio de Fernando Villavicencio, y su despegue, el debate de los candidatos. Hasta entonces, Noboa se situaba séptimo entre los ocho presidenciables.
De cara a la segunda vuelta, la Revolución Ciudadana parte con ese 33% obtenido por González, que se eleva por encima del 39% en el caso de las parlamentarias. Noboa juega con su 24% y sabe que los votos de la candidatura anticorreísta de Villavicencio (16%), más el 7% del centrista Otto Sonnenholzner, le supone una base ideológica de alrededor de 47 puntos.
“El voto de Topic puede ser dividido y también algo de Yaku Pérez, que no llega al 4%. Pero todo puede pasar, el correísmo sabe hacer campañas y tiene una base territorial que va a estar muy metida en campaña. Noboa tiene muchas probabilidades de ser el próximo presidente”, avizora Abad. En la noche electoral los dos dirigentes guayaquileños, Topic y Noboa, se lanzaron guiños para el futuro.
Quien ocupe el Palacio de Carondelet desde diciembre de este año hasta mayo de 2025 se enfrentará de nuevo a un Parlamento (137 escaños) fraccionado, que se convirtió en el gran enemigo de Lasso. La Revolución Ciudadana estima que obtendrá entre 51 y 54 escaños, frente a los 12 de ADN, los 28 del bloque Construye y Gente Buena y los 7 de Actuemos, el partido que presentó a Sonneholzner. El movimiento de Villavicencio anunció su separación de Construye nada más cerrar las urnas electorales.
El PSC dispondrá de nuevo de la llave del poder, gracias a sus 17 congresistas, capaces hace dos años de apoyar a Lasso en las elecciones para unirse al grupo parlamentario de Correa nada más iniciar la legislatura.