Esta semana un hecho que tiene en vilo a los ciudadanos de Inglaterra podría concebir su final feliz tras la hipótesis de que los restos del “rey olvidado” se encuentran en un insólito lugar de complejo perteneciente al Ministerio de Justicia local. La investigación que lleva a cabo la historiadora Philippa Langley y su equipo de científicos, determinó que la tumba de Enrique I estaría próximo a ser descubierta.
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Luego de consagrarse como la responsable del hallazgo de parte de los restos del rey Ricardo III gracias a su constante seguimiento de hechos históricos y por pura intuición, ahora Philippa mantiene la misma corazonada con Enrique I, uno de los monarcas cuya tumba desapareció en medio de la civilización y el avance de los siglos. Cabe destacar que su muerte se remonta hacia el 1 de diciembre del año 1135.
En diálogo con el medio británico Daily Mail, la historiadora aseguró que parte de los huesos del difunto rey podrían estar bajo el estacionamiento de una cárcel en la localidad de Reading. Algo no tan llamativo para Philippa, ya que localizó el cráneo de Ricardo III en un sitio similar en Leicester.
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Según detalló la investigadora, a cada zona específica las nombra con la K, de king, y determina a un área como presunto cementerio y en donde podrían descansar los restos de gobernantes de siglos pasados. “Hay argumentos poderosos para la ubicación de la tumba del rey aquí. Por lo tanto, mi argumento es que tenemos otro rey en un estacionamiento en Reading”.
En su primera expedición con el reconocimiento de la fosa de Ricardo III, la historiadora no tuvo tanta suerte y aceptación por parte del mundo académico y científico. En un comienzo se le cerraron todas las puertas, pero sin un no como respuesta, avanzó y creyó en sus corazonadas o mejor dicho: “escalofríos”. Ante tal insistencia, logró una financiación para producir un documental sobre el monarca por un total de 48.000 libras esterlinas (unos 14.949.720 de pesos argentinos al cambio oficial), de las cuales 18.000 destinó a excavar la tan misteriosa zona “K”.
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Tras su inminente éxito, el que generó confianza en el resto de la sociedad y sus capacidades para descubrir tumbas de reyes, prosiguió por la de Enrique I, aunque sin embargo admitió que en un primer lugar: “pensé que estaba enterrado en un sarcófago de piedra debajo del altar mayor en Reading Abbey”.
En tanto, Philippa remarcó al medio anteriormente mencionado: “Si se encuentra la ubicación del lugar de entierro de Enrique I, el objetivo es colocar un monumento sobre el suelo. Significará que Enrique ya no es el rey olvidado de Inglaterra”.
La historia de Enrique I
Henry (Enrique) I fue el hijo menor de Guillermo I el Conquistador y Matilde de Flandes. Se mantuvo en el poder desde 1100 hasta 1135 y también ejerció como duque de Normandía desde 1106 hasta su muerte. Se lo recuerda como Enrique Beauclerc (Buen Sabio en francés) por sus intereses culturales y su educación.
El rey gobernó con firmeza y creó importantes instituciones en Inglaterra, como el tesoro real y los jueces itinerantes. A lo largo de su vida se casó dos veces: con Matilde de Escocia y con Adela de Lovaina, pero solo tuvo un hijo legítimo al trono, Guillermo Adelin, que tristemente falleció en el naufragio del Barco Blanco en 1120. Luego de la desgracia que tocó de cerca al monarca, intentó que su hija Matilde fuera reconocida como su heredera, pero a su muerte le sucedió su sobrino Esteban, lo que provocó una guerra civil, conocida como la Anarquía, la cual dio un desplome generalizado a la ley y el orden.