LONDRES.- Un nuevo estudio publicado este martes en la revista Nature basado en observaciones satelitales de la NASA y en modelos de simulaciones climáticas advirtió que el hielo del Ártico podría derretirse por completo durante el mes de septiembre en las próximas décadas, inclusive si los gobiernos logran hacer reducciones significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático.
“Vemos que el océano Ártico estará libre de hielo en verano entre 2030 y 2050 en todos los escenarios de emisión que consideramos”, contó a El País el investigador del Laboratorio de Investigación del Cambio Climático de la Universidad de Pohang (Corea del Sur), Seung-Ki Min, coautor del estudio.
El grupo de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU ya había advertido que “es probable que el Océano Ártico en septiembre, el mes de superficie mínima anual de hielo marino, quede prácticamente libre de hielo” antes de 2050 en escenarios de emisiones medias y altas, a menos que se redujeran drásticamente las emisiones y se limitara el aumento de la temperatura global a los 2 grados.
Pero esta nueva investigación, advierte sobre un Ártico sin hielo “incluso en un escenario de bajas emisiones”, tal como menciona en su título, y adelanta este escenario a 2030.
Los científicos proyectaron a través de estos modelos un deshielo más rápido de lo previsto. Además, en los escenarios de emisiones intermedias y altas, el Ártico podría quedar sin hielo en agosto y octubre hacia 2080.
“Desgraciadamente, ya es demasiado tarde para salvar el hielo marino estival del Ártico”, afirmó a The Guardian el profesor Dirk Notz, de la Universidad de Hamburgo, Alemania, que formó parte del equipo del estudio. “Como científicos, llevamos décadas advirtiendo de la pérdida del hielo marino estival del Ártico. Ahora es el primer componente importante del sistema terrestre que vamos a perder a causa del calentamiento global. La gente no escuchó nuestras advertencias”.
“Esto supone otra señal de alarma, de que el tipo de proyecciones que hemos hecho para otros componentes del sistema terrestre empezará a cumplirse en las próximas décadas”, agregó Notz.
Estudios previos han detectado la contribución humana neta al deshielo observado en el Ártico durante el período 1953- 2006 con simulaciones multimodelo, que concluyeron que la actividad antropogénica influenció en el proceso de deshielo desde la década de 1990.
Este trabajo analizó la superficie real cubierta de hielo marino, “más apropiada para la comparación con las observaciones por satélite que la extensión del hielo marino” utilizada en otros estudios.
Así, identificó que el efecto de los aumentos de gases de efecto invernadero se detectan desde la década del 90 a lo largo de todos los meses del año, con amplitudes más fuertes en las estaciones cálidas que en las frías, lo que explica la mayor parte de la reducción de la superficie observada.
La novedad en este reporte es que confirma la responsabilidad del hombre en la pérdida masiva de hielo marino observada en el Ártico hasta en un 90%.
“Anteriores trabajos habían observado el deshielo a lo largo de todo el año, pero nuestro estudio confirma que la disminución del hielo marino del Ártico en todos los meses se debe principalmente al aumento de los gases de efecto invernadero inducidos por los humanos”, destacó Min a El País.
La principal consecuencia de estas averiguaciones no es el aumento del nivel del mar, dado que el agua extra simplemente reemplazará el volumen del hielo, pero sí acelerará el cambio climático por la capacidad que tienen los bloques de hielo para refractar la radiación solar, enfriando la región.
No obstante, Min indicó al medio español que “podemos evitar un Ártico sin hielo en verano si logramos reducir las emisiones de GEI de manera más agresiva, como en la ruta alternativa de calentamiento de 1,5º”, en referencia a la meta más ambiciosa del Acuerdo de París.