YAKARTA.- La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, el primer ministro chino, Li Qiang, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, participaron este jueves en la Cumbre del Este Asiático en la que el presidente indonesio, anfitrión de la cita, lanzó una advertencia sobre las crecientes rivalidades entre las potencias.
La cumbre puso alrededor de la misma mesa a China y Estados Unidos un día después de que Qiang advirtiera que las grandes potencias deben manejar sus diferencias para evitar “una nueva Guerra Fría”.
La cita en la capital indonesia Yakarta reunió a dirigentes de 18 naciones, incluyendo a los de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) y las principales potencias presentes en la región.
Las interacciones entre las delegaciones de las dos mayores potencias mundiales fueron seguidas de cerca ante el riesgo de recrudecimiento de las tensiones sobre Taiwán, los vínculos con Rusia y la rivalidad por ganar influencia en el Pacífico, en vísperas de la cumbre del G20 que se celebrará en la India este fin de semana.
“Cada líder tiene la misma responsabilidad de no crear conflictos, no provocar nuevas tensiones y, al mismo tiempo (…) reducir los puntos de fricción”, afirmó el presidente indonesio, Joko Widodo, tras la cumbre. “Puedo garantizar que si no somos capaces de gestionar nuestras diferencias, seremos destruidos”, añadió.
A very warm welcome from the people of Indonesia. pic.twitter.com/W4kUIKk9fX
— Vice President Kamala Harris (@VP) September 7, 2023
La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris denunció “la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia”, los desafíos a la seguridad en el mar de China Meridional y la amenaza de los misiles norcoreanos, indicó a la prensa Daniel Kritenbrink, subsecretario de Estado estadounidense para el este de Asia.
Pero la declaración conjunta de la cumbre, consultada por la AFP, omitió cualquier mención al mar Meridional de China, reivindicado en gran parte por China, o a la guerra en Ucrania.
Se suprimió un párrafo que hacía referencia a esta zona marítima en disputa, afirmó un diplomático a la AFP. “China se negó”, explicó.
“Por eso tampoco hay un párrafo sobre Ucrania, porque Rusia se opuso”, indicó bajo condición de anonimato.
Esta cumbre fue también la primera ocasión de encuentro entre dirigentes estadounidenses y rusos en casi dos meses, tras una tensa reunión de la Asean en julio en la que el jefe de la diplomacia de Moscú, Serguei Lavrov, recibió reprimendas de sus homólogos occidentales por la invasión de Ucrania.
Lavrov habló de los riesgos de “militarización del este de Asia” y acusó a la OTAN de “penetrar” en la región, según un comunicado de la cancillería rusa. Tachó también de “conflictiva” la alianza militar Aukus, entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido.
En la cumbre también participaron, junto a los responsables de los países de la Asean, India, Japón, Corea del Sur, Canadá y Australia.
Attended the East Asia Summit being held in Jakarta. We had productive discussions on enhancing closer cooperation in key areas to further human empowerment. pic.twitter.com/UfN8LiR6Zk
— Narendra Modi (@narendramodi) September 7, 2023Advertencias sobre el mar de China
El presidente surcoreano Yoon Suk Yeol dijo que cualquier intento unilateral de cambiar el status quo en el Mar de China Meridional era “inaceptable” y pidió un “orden marítimo basado en reglas” para gestionar esta ruta de transporte clave.
Al margen de la cumbre, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, se reunió con su homólogo chino Li Qiang y confirmó que visitará Pekín este año.
Más allá de reunir a todos estos dirigentes, los expertos no esperan que la cumbre ayude demasiado a dirimir el amplio abanico de disputas regionales y globales.
Las grandes potencias usaron las charlas previas en Yakarta para trazar alianzas y ejercer presión en el bloque de 10 países de la Asean (Birmania, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam).
La cumbre de la Asean celebrada antes esta semana estuvo dominada por la crisis en Birmania, donde los líderes pidieron a la Junta militar que detuviera los ataques contra civiles.
Por su parte, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, aprovechó la cumbre para hablar de la liberación de agua radiactiva tratada de la planta de energía nuclear devastada por un tsunami en 2011. Declaró que el procedimiento se realiza bajo estándares internacionales de seguridad y con la ayuda del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y lamentó la prohibición de China a los productos pesqueros japoneses.
Agencias AFP y AP