Después del encuentro que mantuvieron ayer el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, con Luiz Inacio Lula da Silva, fuentes oficiales confiaron que se acordó establecer un sistema de crédito con autorizaciones de importación en reales como el que se anunció la semana pasada con China. Falta, sin embargo, un paso clave: que el bloque BRICS (compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) autorice una garantía para poner marcha a su funcionamiento.
“Cerramos un esquema como el que anunciamos con China la semana pasada y vamos a establecer un sistema de crédito con SIRA [autorización de importaciones] en reales”, dijeron fuentes del gobierno argentino. Y se refirieron a garantías sobre flujos futuros de exportaciones incrementales de la Argentina para financiar las importaciones de este año.
“Es lo que faltaba para terminar un año pésimo”: estaban a punto de cosechar y el viento hizo un desastre
Brasil quiere que el banco de los BRICS funcione como garante financiero de las exportaciones de Brasil a la Argentina, para lo que habría que usar el fondo contingente para las crisis cambiarias que figura en el artículo 7 del estatuto de la entidad.
“Es un fondo que puede ser utilizado solo por los socios plenos de los BRICS y por eso Lula habló con Xi Jinping para que pueda usarse para respaldar a la Argentina en su actual situación económica”, agregaron desde el gobierno argentino.
Por el momento, las negociaciones continuarían la semana próxima en una reunión prevista entre el equipo económico argentino y el ministro de Hacienda brasileño, Fernando Haddad, el vicepresidente Geraldo Alckmin, el secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, Gabriel Galípolo y el presidente del banco estatal de desarrollo BNDES, Aloizio Mercadante.
El objetivo del acuerdo bilateral es que la Argentina pueda financiar importaciones sin usar dólares en un contexto en que el Banco Central (BCRA) se encuentra en una delicada situación en materia de reservas (las netas estarían en aproximadamente US$1000 millones, mientras que las brutas tocaron en abril un piso en siete años de US$35.000 millones).
El saldo comercial con Brasil en abril pasado fue deficitario, y continuó aumentando el rojo. En rigor, llegó a ser de US$776 millones, lo que implicó un crecimiento del 220,7% en relación con igual mes del 2022 -cuando el déficit bilateral había sido de US$242 millones-. De esta manera, ya son cinco meses consecutivos en que empeora el resultado comercial con Brasil, dejando atrás el anecdótico superávit de US$54 millones observado en noviembre de 2022.
El saldo del cuarto mes (US$776 millones) fue 133,1% más alto que el promedio del primer trimestre (US$333 millones), traccionado por la creciente importación de soja para molienda (+934,7% interanual). Así, se alcanzó el déficit comercial bilateral mensual más grande de los últimos cinco años: las importaciones y exportaciones -desde y hacia Brasil- alcanzaron los US$1665 millones y US$889 millones, respectivamente.