El desayuno se produjo ayer con perfil muy bajo. El ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió con Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint, y Marcelo Mindlin, presidente de Pampa Energía y de Sacde, cinco minutos después de las 10 de la mañana. La reunión fue tan privada que muchos de los asesores más cercanos ni siquiera se enteraron.
El ministro tomó un té y los empresarios café y tal como ocurre hoy en todos los temas sensibles de la Argentina el corto plazo se mezcló con el largo. De allí surgieron dos definiciones: el 20 de junio está confirmada la inauguración de la primera etapa del Gasoducto Néstor Kirchner y se realizará un acto privado de carácter técnico donde las dos principales empresas involucradas podrán celebrar el hito de haber construido en diez meses una obra muy compleja. La foto política tendrá otros tiempos. Inicialmente iba a coincidir el día de la Bandera con un acto de familia de los tres principales accionistas del Frente de Todos. Iba a ser el momento de plantar bandera en lo que suponían un hito fundacional para la tríada de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa.
Pero la obra más emblemática de la actual administración se ajustará al momento electoral. La nueva fecha elegida es, puertas adentro de la coalición gobernante, todo un símbolo de época. Será el 9 de julio, ni más ni menos que el Día de la Independencia. Para ese entonces, el Frente habrá migrado formalmente de piel a Unión por la Patria y la foto se la llevarán los candidatos, resumen dos de tres de los representantes del actual gobierno.
Otro de los puntos de los que se habló en el “desayuno de obra” es la fuerte preocupación pública y privada por la caída de la producción energética de Bolivia que hace que en 2024 si no se avanza con la reversión del gasoducto del norte se puedan producir problemas de abastecimiento energético muy serios en el norte argentino. De ahí que es muy factible que se lance la licitación para llegar con las obras al invierno que viene.
La agenda del fin de semana no terminó aún. A las definiciones electorales se suman los detalles de la estrategia a llevar adelante con el Fondo Monetario Internacional. Hoy se producirá una reunión del equipo económico para definir cronograma de fechas y viajes y el lunes habrá un zoom con autoridades del organismo. Aunque no lo admitan oficialmente la idea de llegar a un acuerdo aparece como un deber ser inminente y luego será el efecto dominó de las actividades a seguir.
En el oficialismo y la oposición hacen cuentas: de encuestas y de dólares. “Un mal agosto es un peor octubre económico y un buen agosto es un mejor octubre”, se entusiasman respecto de los posibles resultados. Los números del hoy Frente de Todos dan a Patricia Bullrich por encima de Horacio Rodríguez Larreta; a Javier Milei con un número muy competitivo a nivel individual que todavía lo muestra primero en las PASO y marcan como inoportuna la división del tándem Scioli-Tolosa Paz. Los designios de Cristina y Massa terminarán de delinearse el lunes con la llegada de la vicepresidenta desde Río Gallegos pero la danza de nombres y su velocidad de descarte sigue creciendo. Al igual que la incertidumbre y preguntas entre los empresarios.
“Alberto solo se dedica a tratar de seducir gente para la fórmula de Scioli y le hace un gran daño económico a su gobierno”, se enojan desde la Cámpora. La teoría en este caso es que la división y un resultado malo le puede restar poder de fuego al Banco Central post PASO complicando aún más la gestión del propio Fernández. Lo mismo con el poder de fuego de Economía.
El presidente, sin embargo, no parece muy preocupado al respecto: todavía no tiene ninguna actividad oficial confirmada para la semana próxima. El viernes tampoco la tuvo. Sus últimos hitos datan del jueves cuando recorrió un Centro Espacial por la mañana y estuvo con la Directora del Servicio Meteorológico Nacional por la tarde.
El Ministro de Economía, en cambio, tiene un perfil cada vez más alto propio de los tiempos de campaña. “No es mi momento de ser candidato. Hoy no hay mesas de discusión firmes y sólidas y a nivel personal no es tampoco el contexto”, le respondió a un operario en una de sus últimas visitas. Entre los propios no le creen. “Nunca pensé que un gobierno podría atentar tanto contra sí mismo como lo hace en este caso Alberto tratando de dividir. Es increíble y es algo que hablé con él en privado varias veces”, se le escuchó esta semana en un encuentro empresario con encuestas en mano. Su lectura es que esa posición no sólo debilita la gestión política del presidente sino que puede convertir en inviable lo económico financiero. A su vez hay negociaciones contrarreloj que no admiten errores tácticos. La situación es frágil.
Massa estuvo en Toyota adonde le anunciaron inversiones por US$ 50 millones para fabricar en el país el utilitario Hiace, visitó Ford donde puso en marcha la producción de la tercera generación de la pick up Ranger hasta llegar a las 110.000 pickups por año en su planta de Pacheco y cerró el viernes en Nordelta con el desembolso de US$ 30 millones de Coto para un nuevo Centro Comercial en Rincón de Milberg, en Tigre.
“Alfredo y Gloria son la demostración de que en la Argentina un carnicero se puede transformar en empresario multinacional, y a todos aquellos que hacen derrotismo permanente y que hablan de los fracasos y de los problemas de la Argentina, creo que (hay que mirar) a Alfredo, y podría nombrar a tantos otros empresarios argentinos que triunfaron en la Argentina, y triunfan en el exterior”, destacó en su visita que se extendió por casi dos horas.
A todos los cortes de cintas había sido invitado también el Presidente. No asistió a ninguno.
De la bolsa de cemento a las tres estrellas
En el mundo empresario se viven por estos días horas de hiperacción. Reuniones, encuentros y expectativas de cara a lo que viene pero sobre todo a dejar plasmadas cuáles deberían ser las principales ideas de un plan. “Busquemos una idea”, les dijo Darío Straschnoy, creador de The Juju y un nombre emblemático de publicidad cuando un grupo de empresarios tenía el objetivo de hacer visible “el peso del estado”. Sobre todo con un consenso que emerge cada vez con mayor fuerza y es que para arreglar la macroeconomía es imprescindible tomar al gasto público como un problema estructural.
“No se puede financiar ni con deuda ni con crédito. Hay que despertar”, resumió terminante el CEO de una compañía multinacional. Así fue como el peso del Estado se convirtió en 30 tablas de cemento de nueve kilos cada una. Unos 850 empresarios, profesionales y ciudadanos presentaron la particular misiva -tallada por especialistas en lápidas- al Congreso de la Nación reclamando que el presupuesto 2024 tenga foco en el equilibrio fiscal a lograr “a través de la baja del gasto público”. Las Comisiones de Presupuesto y Hacienda fueron dos de los principales receptores. Llegaron también indicadores con la gravedad de la situación y un listado inicial de firmantes que se incrementa en una plataforma digital. “Tal vez se pregunte qué es esto que tiene en sus manos y no es ni más ni menos que una carta impresa en una tabla de cemento de 9 kilos. Cuanto más tiempo pase leyéndola, mayor será el peso que esta tendrá sobre sus manos. Y es que esta es la forma que tenemos para graficar cómo el peso del Estado va llevando de manera continua al agotamiento de la sociedad”, destacaron.
En Viamonte 570 un grupo de los CEOs más influyentes de IDEA lanzaron el nombre del tradicional Coloquio que se realizará del 4 al 6 de octubre en Mar del Plata. “Argentinos: volvámonos a ilusionar. Hagamos que valga la pena”. El slogan que tiene tono de campeones del mundo llegó rápidamente con las vacunas del caso. “No nos referimos al cambio de gobierno sino a las oportunidades. Trabajamos en soluciones como aporte y no con la idea de suplir a las políticas públicas”, resumieron los titulares de las principales compañías al unísono.
“Queremos conectar la ilusión con los hechos del último mundial, donde nos encontró a todos los argentinos unidos, independientemente del origen y nuestra pertenencia”, agregó Santiago Mignone, presidente del 59° Coloquio. Cada semana se reúnen 65 líderes de empresas nacionales e internacionales para diseñar propuestas alrededor de siete ejes temáticos que consideran clave para salir de las crisis: marco laboral, gasto público, modernización impositiva, cambio climático y reducción de emisiones, conversión de planes sociales a empleo y ecosistemas dinámicos. Una evolución del “a las cosas” de temporadas anteriores.
Por el lado de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) les tocó el turno de recibir a Patricia Bullrich como precandidata a presidenta por Juntos por el Cambio. En el Palacio Duhau y en el marco de una mesa cuadrada para los 32 asistentes hubo lugar para un ida y vuelta entre los empresarios más importantes de la Argentina y la exministra de Seguridad. Ella, rodeada por Luciano Laspina, Enrique Cristofani y Alberto Fohrig, les habló de un “capitalismo de reglas” y que cree en la “seguridad jurídica, que la actividad privada tiene que ser mucho más importante que la pública, en las empresas grandes, medianas y pequeñas y que necesitamos tener un país que despliegue sus capacidades de inversión, que defienda lo privado. Hay que desarmar la trampa de las leyes que traban la producción”, afirmó.
Además de Jaime Campos (director ejecutivo de la entidad) participaron Luis Pagani, Paolo Rocca, Héctor Magnetto, Sebastián Bagó, Federico Braun, Luis Perez Companc y Eduardo Elsztain, entre otros líderes de compañías. “Queremos que implementen políticas que dejen atrás las anomalías que significan la altísima inflación, la presión tributaria excesiva sobre el sector formal, la carencia de una moneda respetada, la vigencia de varios tipos de cambio, las restricciones arbitrarias en el comercio exterior, los controles de precios. Queremos un plan para salir del pozo macroeconómico”, describió uno de los asistentes ante la consulta de LA NACION. Por lo bajo es cada vez mayor la preocupación en el mundo privado. Se estima que por el cepo existen a nivel nacional unos US$30.000 millones sin girar entre dividendos, regalías y pagos postergados a proveedores del exterior (deuda comercial) que complejizará desenredar la macro. Al punto que mientras los precandidatos y candidatos pelean por un lugar en las boletas todavía no está claro si en un mercado tan restringido habrá suficiente papel para emitirlas.