¿Estás buscando mejorar tus finanzas personales? La capacidad de gestión financiera es una competencia fundamental que debería adquirir cualquier persona independientemente de su nivel de ingresos, puesto que con seguridad impactará en su calidad de vida.
Por ese motivo, en esta nota comparto dos consejos imprescindibles que te ayudarán a manejar tus finanzas con mayor eficacia y acercarte a la tan ansiada independencia económica.
¡Comencemos!
1- Utilizar tus ahorros para comprar más activos con flujos positivos de dinero
Aprender a distinguir entre activos con flujos financieros positivos y activos con flujos financieros negativos es clave. Sin embargo, la mayoría de las personas no sabe hacerlo o ni siquiera repara en la existencia e importancia de esa diferencia cualitativa que tiene consecuencias cuantitativas.
Los activos con flujos financieros positivos generan ingresos para su propietario, mientras que los activos con flujos financieros negativos generan costos.
Por lo tanto, conocer la diferencia entre ambos puede ayudar a una persona a tomar decisiones de inversión que le permitan construir una cartera de activos que la provea de los denominados ingresos pasivos y que no hacen otra cosa que engrosar año a año su billetera.
Algunos ejemplos de activos con flujos financieros positivos son los bonos de deuda pública o privada, plazos fijos, fondos comunes de inversión en renta fija, las acciones y Cedears (acciones de empresas extranjeras que cotizan en Argentina) que pagan dividendos, las propiedades en alquiler y los negocios por Internet que generan ganancias sin la necesidad de ponerle demasiado “el cuerpo”.
Estos activos financieros, reales y virtuales pueden convertirse en una fuente importante de ingresos para una persona, especialmente si sabe construir una cartera diversificada y creciente de activos de flujos financieros positivos.
Por otro lado, los activos con flujos financieros negativos son aquellos que generan costos durante su vida útil para el propietario.
Algunos ejemplos son los autos y camionetas que exigen gastos de mantenimiento y combustible, las suscripciones en plataformas de streaming, la compra de una casa o departamento en un destino turístico para veranear y la compra de celulares a precios más bajos que los de mercado, pero con planes de telefonía costosos e injustificados para el uso que les damos.
Estos activos suelen representar una carga financiera para su propietario y reducen su capacidad de ahorro e inversión en activos de flujos financieros positivos.
Como puede apreciarse, distinguir unos activos de otros es el paso inicial que toda persona debe dar si quiere tomar el camino de la inversión positiva. Sabrá dónde buscar para encontrar los activos que mejor le sienten y diversificar sus ingresos, a fin de depender cada vez menos del trabajo diario.
Si no adquiere este conocimiento inicial y prefiere seguir nadando en un océano de dudas, terminará por creer que la única salida para escapar de la inflación que devora sus ingresos es gastar todo lo que tiene cuanto antes, cayendo en un consumo compulsivo de bienes y servicios que tal vez no utilice jamás.
2- Entender la diferencia entre los distintos tipos de independencia laboral y monetaria
La independencia laboral, la independencia económica y la independencia financiera son conceptos relacionados, aunque claramente distintos entre sí. Para comprenderlo, analicemos cada uno por separado.
Independencia laboral: refiere a la capacidad de una persona de trabajar por su cuenta sin depender de un empleador y sin la obligación de cumplir un horario fijo. La independencia laboral puede lograrse a través de un emprendimiento, el teletrabajo o cualquier otra forma de ingreso que le permita al individuo tener control sobre su tiempo y su trabajo.
Independencia económica: refiere a la capacidad que tiene una persona de vivir de los ingresos pasivos generados por activos de flujos positivos, es decir, de los ingresos que generan sus inversiones, negocios y/o propiedades. Para lograrla, esos ingresos pasivos o semipasivos deben ser superiores a los costos totales (costos variables más costos fijos) que suele afrontar en forma mensual. La independencia económica puede lograrse a través de la inversión en bienes raíces, la inversión en acciones, bonos y otros activos financieros, la creación de un negocio rentable, etc. En esta nota encontrarás más precisiones al respecto.
Independencia financiera: refiere a la capacidad de una persona de vivir de los ingresos pasivos y tener ahorros suficientes como para mantener su nivel de vida durante un período prolongado de tiempo (mínimo 10 años) en caso de que por algún motivo todos los flujos de ingresos se vieran interrumpidos o cancelados.
En resumen, la independencia laboral nos habla de la capacidad de trabajar en lo que deseamos y tener control sobre el tiempo y la labor a realizar; la independencia económica indica la capacidad que tenemos de vivir de los ingresos pasivos; y la independencia financiera la conseguimos cuando podemos vivir de los ingresos pasivos y contar ahorros suficientes para mantener ese nivel de vida durante un buen tiempo.
Dicho esto, podemos apelar a la metáfora de la escalera donde cada escalón representa un paso más hacia la independencia financiera. En ese recorrido, es mejor no saltearse ningún escalón para que la experiencia nos permita ir adquiriendo conocimientos y fortalecer nuestra posición, sabiendo que no se trata de un camino libre de espinas.
Conclusión
Hoy la columna tocó un tema más genérico, pero siempre necesario. Aún quienes nos movemos en ambientes financieros donde se dan por supuestos estos conocimientos debemos repasarlos cada tanto, para evitar malos pasos y prevenir decisiones equivocadas guiadas más por impulsos que por la conciencia.
En consecuencia, me pareció importante traerlo a la mesa y te invito a hablarlo con tu familia y amigos, para ayudarlos a tomar mejores decisiones económicas e ir formándose en la materia.
Saber distinguir unos activos de otros nos permite organizar nuestra hoja de ruta en el mundo de las finanzas personales y comenzar a trazar objetivos económicos claros.
Quizá la simple lectura de esta nota no genere un cambio instantáneo de los hábitos financieros (muchas veces nocivos), pero es probable que plante una semilla más en ese sentido.
¡La seguimos la semana que viene con más consejos de finanzas personales e inversiones!