El 31 del actual, será el último día del tipo de cambio especial para la soja a $300. Hasta el momento, ingresaron 3136,2 millones de dólares, una cifra aún lejana de los US$5000 millones que esperaba el Gobierno para esa oleaginosa. Ese día también concluirá el beneficio del dólar diferencial para cebada, sorgo y girasol. La medida para la soja concluye esa fecha y, por el momento, no habría una intención en firme de eventualmente prorrogar ese beneficio. De todos modos, trascendió que el Gobierno haría una evaluación del monto que finalmente se liquide en divisas y si hay “margen” para continuarlo. Vale recordar que el dólar soja generó, desde su primera versión en septiembre pasado, un fuerte rechazo en las entidades del campo y otros actores de la cadena por un encarecimiento de los costos de la alimentación.
En ese marco, asoma, aunque no hay una decisión tomada, otra posibilidad: un dólar maíz, con un valor superior al vigente para el actual dólar soja. Una medida que podría, según algunas alertas, tener algún impacto en la inflación por las producciones que usan ese cereal para producir carnes y leche. Considerando la mercadería que falta anotar por los exportadores en las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), y ponerle precio a mercadería ya entregada por los productores, se trata de un valor de US$2970 millones.
Sigue sin cumplirse una promesa de Massa para la siembra de trigo
Aunque en Agricultura dicen que “no hay nada” al menos desde esa cartera y los exportadores señalan que no tienen “data”, fuentes al tanto de las habituales tratativas que lleva adelante el Gobierno indicaron que el dólar maíz es una opción.
Según expresaron, esa medida, si termina de tomarse la definición de llevarse adelante, se implementaría con la cosecha de maíz tardío. Vale recordar que por la sequía fallaron las siembras de fechas tempranas, esto es septiembre-octubre, y los productores volcaron más superficie al cultivo tardío, esto es de diciembre. Incluso, hubo regiones donde se terminó recurriendo al cereal sobre enero.
La fecha clave para que se empiece a generalizar la recolección del cereal con las siembras tardías es el 15 del mes próximo. De ahí en adelante se podría recurrir a esta medida.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, contra los 7,7 millones de hectáreas y una producción de 52 millones de toneladas en 2021/2022, en el ciclo 2022/2023 se implantaron 7,1 millones de hectáreas y la expectativa de recolección final es de 36 millones de toneladas. La recolección del cereal avanzó hasta ahora al 25% del área apta, con poco más de 7,9 millones de toneladas recolectadas, pero se espera que se acelere desde mediados del mes próximo.
La conveniencia de un dólar maíz es motivo de debate. Para este cereal, vale recordar, el Gobierno fijó el año pasado un volumen de equilibrio de 20 millones de toneladas. Es decir, los exportadores no pueden superar ese límite.
Según contaron a este medio analistas del mercado de granos, de ese número hoy hay DJVE, registradas por los exportadores, por 11,4 millones de toneladas. A su vez, de ese monto, 8,5 millones de toneladas corresponden a embarques de maíz temprano que, no obstante, fueron prorrogados por 180 días en medio del impacto de la sequía.
De acuerdo a los cálculos, si se observa el número de 20 millones de toneladas de volumen de equilibrio y que ya hay DJVE por 11,4 millones de toneladas, el “excel” da que pueden haber nuevas exportaciones por 8,6 millones de toneladas. Además, como de las 11,4 millones de toneladas con DJVE hay 5,3 millones de toneladas que no tienen un precio firme, esto también podría entrar al eventual “dólar maíz.
En este marco, si el Gobierno finalmente toma la decisión de ir con el dólar maíz, para estimular la venta desde mediados del mes próximo, en valor FOB la cuenta da unos US$2970 millones. En tanto, en derechos de exportación significarín unos US$356 millones.
Precios
Un tema no menor en la medida es la evaluación que haga el Gobierno sobre el posible impacto en precios de los alimentos, ya que una suba del tipo de cambio implicaría también un mayor costo de producción en las actividades que usan el cereal.
Sobre este tema, ayer la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) dijo en un informe que los granos tienen una baja incidencia en el valor final de los productos.
Natalia Ariño, economista de la institución, lo explicó así: “Es falso decir que el maíz hace subir la leche o la carne, cuando el grano es solamente el 5% del precio final del sachet de leche y el 11% de la carne vacuna que compramos. En el caso de la carne de cerdo es el 15% y 18% en la aviar. Si vamos al trigo, es el 13% del precio del pan”.
En tanto, Paulina Lescano, analista del mercado de granos, evaluó: “En este tema el Gobierno estaría en una encrucijada mayor aún a todas las que ya está o tiene. Si pone ese dólar para maíz, todas las distorsiones que genera hacerlo en soja se multiplican y va directo a inflación. Pero, quizás, si lo hace sale más maíz para poder exportar e ingresan más dólares”. Añadió: “Pero mientras pasa el tiempo, los valores FOB internacionales siguen bajando; me inclino más por el lado que no van a sacar el dólar maíz”.