Dos cámaras ligadas a la industria molinera rechazaron el decreto de Alberto Fernández que ordenó el uso del 1,3% de las retenciones a la soja para solventar el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), un mecanismo de subsidio de la harina que llega a las panaderías. En tanto, la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (FIPPBA) apoyo el sistema de compensación para las empresas molineras.
“La Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) pone de manifiesto la desconformidad del conjunto mayoritario de molinos que la componen, acerca de la decisión del gobierno nacional de continuar financiando un mecanismo de compensación ineficaz y parcial para la harina”, dijo FAIM.
“La justificación para la intervención del mercado de trigo se basó en el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, pero -avanzado el conflicto- esa situación ya no tiene vigencia. Por ende, la extensión del FETA por medio del Decreto de Necesidad y Urgencia 288/23 es innecesaria e inconveniente, por lo que se solicita su derogación”, señaló la entidad.
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En un comunicado, FAIM dijo que “las medidas para asegurar el acceso al pan deben concentrarse en la demanda y no en la oferta”. Remarcó: “Carece de sentido mantener un sistema que no ha logrado su objetivo de estabilizar el precio del mismo, e inclusive de los otros productos farináceos”.
Según la federación, el FETA “dilapida recursos del Estado, perjudica seriamente la libre competencia en la industria molinera y fomenta inequidades comerciales en la cadena de valor del trigo; así como tampoco ataca las raíces del problema, ya que la incidencia de la harina en el costo total del producto terminado es insignificante y para comprobarlo existen infinidad de informes técnicos de distintas entidades”.
En ese marco, FAIM solicitó “desactivar con urgencia este sistema de subsidios que perjudica seriamente a la enorme mayoría de los molinos, todos ellos de capital nacional”. Se mostró dispuesta en “participar en la definición de la transición hacia un sistema que deje atrás la emergencia y que sea eficaz para resolver el problema de la seguridad alimentaria”.
Según surge de un pedido de acceso a la información que realizaron el diputado bonaerense Luciano Bugallo (CC) y Marcela Campagnoli, diputada nacional del mismo espacio, desde mayo de 2022 hasta marzo del actual se reunieron $35.370.482.216 para el FETA. Ese mecanismo en marzo de 2022 se creó con la suba de las retenciones a la harina y el aceite de soja de 31 a 33%. Del monto informado, ya se pagaron a los molinos $31.102.254.578,16. Por otra parte, según la información oficial, la cuenta del fideicomiso posee $13.508.167.576,77.
En tanto, la Cámara de Industriales Molineros (CIM) fustigó: “Nuestro sector rechaza una vez más, como lo hizo en los anteriores cuatro comunicados, la inexplicable extensión por parte del Gobierno del Fideicomiso Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), que se propone malgastar los ingresos por retenciones en una medida que no trae ningún beneficio a los consumidores”.
Añadió: “Desde el primer día hemos sostenido que, en todo caso, debía subsidiarse a los destinatarios finales de esa ayuda, es decir a la población más vulnerable, y no dilapidar las escasísimas reservas de nuestro país subsidiando supuestamente a quienes sí pueden pagar el verdadero precio del pan y de otros derivados de la harina”.
Esta cámara pidió derogar el DNU 288/23, “reorientando los recursos del fideicomiso para que beneficie realmente a quienes lo necesitan, en lugar de malgastar las divisas que tanto nos cuesta conseguir en una herramienta que ha demostrado ser totalmente ineficiente”.
Apoyo
Mientras FAIM y CIM expresaron críticas, la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (FIPPBA) expresó su “total apoyo” al FETA. Dijo que desde su implementación permitió “sostener el precio del pan espaciando en el tiempo los aumentos que inevitablemente se deben darse por la inflación”.
Dijo: “Si bien el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino podría mejorarse aplicándose a una mayor cantidad de tipos de harinas y establecer un porcentaje mínimo de gluten para la comercialización de harina con el subsidio del FETA, lo cierto es que su efectividad es indiscutible permitiendo que no falte en la mesa de los que menos tienen el alimento más consumido por los argentinos”.