CÓRDOBA.- “Después de las elecciones hay que resolver una deuda que equivale a casi un PBI, reducir el déficit y recomponer capacidad de trabajo. La tarea es monumental”, dijo la economista Diana Mondino en un almuerzo con empresarios organizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba, entidad de la que es vicepresidenta segunda.
Massa, dispuesto a todo para llegar a agosto
Planteó que la Argentina viene “consumiendo capital” y, además, “ha destruido capital humano”. De cara a los deberes que tendrá que realizar el próximo gobierno, enfatizó que habrá que “recuperar la ganancia de las empresas privadas. Las que están en blanco ganan poco y las que están en negro, apenas sobreviven”. Graficó que “pocas veces se habla de la micro, solo se habla de la macro”, y pasan situaciones como la del dólar soja, en la que “nunca se tuvo en cuenta su impacto en el arrendamiento de campos”.
La economista fue la encargada de presentar el Balance de la Economía Argentina (BEA) que elabora el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa, documento que entre otros aspectos subraya que el esfuerzo fiscal que requerirá el Gobierno para alcanzar “cualquier meta fiscal” que se redefina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), “deberá ser mayor, justo en un año electoral donde esos esfuerzos no suelen hacerse”.
Mondino repasó que el déficit está “arriba del 8% y podría llegar al 10% del PBI sumando el fiscal, el cuasi fiscal y el financiero. La reducción de gastos que debería haber -después de haber pagado Anses- equivale a todo el gasto público. Es inviable, por supuesto. Nadie lo propone, es imposible”.
En el BEA, Ariel Barraud, director del IIE, analiza que la caída real de los ingresos que se registra transparenta que “ya no se cuenta con los extras que hubo en 2022 (ni aun con el dólar soja III); y el gasto ajusta en términos reales gracias a la inflación”. Señala que, teniendo en cuenta la estacionalidad de los últimos seis años, los datos del primer trimestre “encaminan a un déficit primario del 3,6% del PBI para todo el año si no hay cambios de política fiscal”. La meta hoy con el FMI es del 1,9%.
Como asesor estratégico del IIE, el expresidente del Banco Central Guido Sandleris -quien está en Estados Unidos- entiende que los riesgos de un “agravamiento de la crisis con una devaluación desordenada y una llamarada inflacionaria han crecido”.
Según su criterio, es “increíble” que el país se esté quedando sin reservas cuando los términos de intercambio están en niveles récord: “No hay cantidad de dólares que alcancen para que este esquema de política económica sea sostenible”. Estima que el Central tiene aproximadamente US$500 millones de reservas internacionales netas que alcanzan para cubrir “menos de una semana de importaciones”.
Después de reunir a gremialistas y piqueteros, Sergio Massa compartirá un anuncio con la liga de gobernadores
El BEA indica que la expectativa es de una política monetaria y cambiaria que sostengan el atraso del tipo de cambio real, por lo que el sector externo -muy afectado por la sequía y las restricciones al acceso al dólar- sufrirá un nuevo embate. La balanza comercial, según las previsiones contenidas en el REM, pasaría a aportar solamente US$3.000 millones frente a los US$7.000 millones del 2022 (y de los US$15.000 millones en 2019 y 2021, por ejemplo).