RESISTENCIA.- Hoy es un día clave en la investigación por la desaparición de Cecilia Strzyzowski, ocurrida el 2 de junio, y su presunto asesinato.
Gloria Romero, su madre, y Mercedes Flores, su tía abuela, se presentaron en el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses de Chaco (Imcif), a las afueras de Resistencia, para reconocer las pertenencias que serían de Cecilia y que fueron recolectadas por los fiscales en los diferentes rastrillajes y allanamientos.
Los elementos encontrados incluyen restos de huesos y pertenencias, incluyendo una valija con ruedas negras, bijouterie y un dije en forma de cruz.
Las muestras óseas deberán ser analizadas en el laboratorio y la confirmación de si pertenecen a Cecilia, o no, llevará unos días. La valija, la bijouterie y el dije, en cambio, podrían ser reconocidos por las mujeres que integraban el círculo íntimo de Cecilia y sería el primer rastro confirmado de la joven de 29 años.
Del operativo de reconocimiento de las pertenencias participan también los fiscales y los abogados que intervienen en la causa.
Por el caso están presos César Sena, de 19 años, el marido de Cecilia; Emerenciano Sena, su padre, y Marcela Acuña, su madre. Emerenciano y Marcela son líderes piqueteros de esta provincia y tienen muy buenos vínculos con el gobernador Jorge Capitanich. También están en prisión cuatro colaboradores muy cercanos del clan Sena.
Uno de ellos, Gustavo Obregón, es el único que colabora con los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Nelia Velázquez y Jorge Gómez, y brindó información clave para el avance de la causa al aportar el dato de dónde se habrían descartado los restos. El operativo con los datos de Obregón se llevó a cabo el martes en el río Tragadero, cerca del criadero de chanchos de los Sena.
Buzos tácticos de la policía de Chaco hallaron al mediodía del martes huesos triturados y otros elementos de relevancia, como el dije en forma de cruz que podría ser el que Cecilia llevaba siempre al cuello, incluyendo el día de su desaparición. En un rastrillaje anterior en la chanchería de los Sena se habían encontrado restos de una fogata y huesos calcinados, que también serán analizados.
La tragedia de Cecilia comenzó el jueves 1 de junio a las 23, cuando se despidió de Mercedes Flores, la tía abuela con la que ella y César compartían una humilde casa pintada de azul en el Barrio 500 Viviendas. Vivían allí porque a la mamá de César no le gustaba que Cecilia fuera su nuera y eso les impedía el acceso a las comodidades de la familia Sena.
En una repisa del cuarto de la pareja hay una colección de los libros que leía Cecilia. Muchos de ellos son sobre empoderamiento femenino, como Decididas, de María Florencia Freijo, y Recupera tu poder, de Rut Nieve. En otro estante están los apuntes con los que César estudiaba para maestro mayor de obras y algunas muestras de la relación en apariencia amable que mantenía la pareja. Allí descansan un ramo de flores falsas, un globo con forma de corazón y una nota amorosa de César a Cecilia. “Vamos por más aventuras”, escribió. El único elemento discordante era el arma que él dejaba sobre su mesa de luz.
“Abrazame fuerte y dame muchos besos”, relata Mercedes que le dijo Cecilia la noche en que se despidió. Le había dicho a su tía abuela que se iba con César a vivir a Tierra del Fuego y eso la inquietaba. En esos días, sigue Mercedes, su sobrina estaba temerosa por el vuelo en avión. “Se va a caer y me voy a morir triturada”, dice Mercedes que le dijo Cecilia.
Tras decirle adiós a Mercedes, la pareja pasó por un local que manejaba Cecilia y luego durmieron en el hotel Ruta 99. A la mañana fueron a la casa de los Sena y allí se inició el principio del fin para Cecilia y el agujero negro que aún investigan los ficales.
La teoría de los fiscales es que la habrían estrangulado -César Sena es el principal sospechoso- y que sus restos habrían sido quemados, triturados y arrojados al río en la chanchería de la familia Sena.