MAR DEL PLATA.- Un local partidario de Pro, frente a Plaza Colón, a menos de 300 metros de la rambla, terminó con sus vidrios destrozados con elementos contundentes y su fachada pintada con aerosol durante una movilización de agrupaciones políticas y organizaciones sociales contra la reforma constitucional que impulsa el gobierno de la provincia de Jujuy y fue aprobada hoy, en medio de fuertes protestas, destrozos y heridos.
Los manifestantes marcharon hacia la zona céntrica, hicieron una breve escala frente a esta sede de la fuerza política a la que pertenece el intendente local, Guillermo Montenegro, y un reducido grupo se ocupó de las acciones más violentas que redujeron los paneles de vidrio a casi polvo.
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A su paso dejaron también algunos mensajes sobre paredes linderas, en otros casos sobre piezas de cartón. “Morales (Gerardo) Asesino, viva la rebelión”, decía uno. Otros, sobre los paneles de que ofician como puertas, decía: “Viva la revelión (SIC)”.
Todo lo ocurrido quedó registrado por cámaras de seguridad de la zona, que poco después de mediodía pudieron grabar este paso de las columnas que en principio se detuvieron con cánticos. Y luego, con un grupo que pasó a la acción directa, con una faceta más agresiva sobre el local.
Este espacio de Avenida Colón 2010, donde además de reuniones partidarias se realizan otras actividades como cursos varios y charlas, quedó a salvo en sus instalaciones interiores ya que detrás de los paneles de vidrio del acceso disponen de una cortina metálica que cierra el paso.
Emiliano Giri, uno de los referentes locales de Pro, dijo que “es lamentable que justo en el Día de la Bandera, un día que debería ser de unidad, se dan estas agresiones que nada tienen que ver con la vida democrática”.
“Nos avisó una vecina que veía como lo rompían”, dijo y se preguntó qué tiene que ver esta protesta y esta violencia con lo que ocurre en Jujuy, eje del reclamo que aquí llevaron a las calles durante esta mañana. “El camino es el diálogo y lo que tenemos es que respetar a las instituciones”, insistió.
Resaltó que hace muy pocos días habían completado la reparación de las persianas que protegen el local, detrás de los paneles de Blindex. “No hubiese quedado nada”, arriesgó sobre consecuencias posibles si hubieran encontrado el lugar sin medidas de seguridad.