En los campos del partido bonaerense de San Nicolás, los productores denuncian que viven una situación cada vez más recurrente y perturbadora: desconocidos que, sin permiso, merodean sus establecimientos. “Estamos cazando”, responden esos sujetos a los productores que ven que, pese a que las autoridades suelen hacer actas de contravención ante estos hechos, al poco tiempo regresan.
“Estamos cansados de sufrir constantes violaciones a la propiedad privada por parte de desconocidos que ingresan a nuestros campos y ocasionan daños estructurales o libremente estudian nuestros movimientos y lo que tenemos para luego ingresar a robar”, sostiene Javier Lazzari, un productor que forma parte de un grupo de más de 130 autoconvocados que se unieron para pedir mayor seguridad en la zona.
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Asegura que a diario encuentran algún extraño en uno de los campos, y en los feriados y fines de semana esta situación se intensifica, llegando a darse momentos en los cuales se encuentran simultáneamente cinco, seis o incluso siete campos con desconocidos.
Respecto a los perjuicios que ocasionan, Lazzari explica que en los establecimientos donde hay ganadería, como ingresan con perros o armas, los animales se asustan y rompen los alambrados. “Encontramos animales mordidos, lastimados, dentro de los cultivos”, sostiene.
A su vez, denuncia que muchos de estos individuos no son realmente cazadores, sino que utilizan esta excusa para estudiar las propiedades, rastrear movimientos e identificar oportunidades de robo.
“Necesitamos que el hecho de encontrar una persona sin autorización en una propiedad privada sea tomado como delito, que en lo posible tenga alguna pena, porque les hacen el acta, pero la liberan y a la semana la volvemos a encontrar en otro campo de la misma manera. Son reincidentes”, dice.
Frente a esta problemática solicitaron una reunión al jefe de policía de la división Patrulla Rural con el fin de conocer sus inconvenientes para un adecuado patrullaje. También van a pedir una audiencia a las autoridades del municipio y la Fiscalía Departamental para hacer conocer su problemática y conseguir una pronta solución.
No obstante, el productor aclara que la policía rural, dentro de sus limitaciones debido a la escasez de recursos y medios para patrullar y supervisar, se esfuerza por cumplir su función. “Los recursos que reciben del Estado son insuficientes. Entre los vecinos estamos contribuyendo en la medida de lo posible, como por ejemplo proveyéndolos de combustible para las patrullas”, señala el productor a este medio.
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Sin embargo, subraya que este año, luego de la sequía, para muchos productores la situación es delicada y se les dificulta el aporte. “Después de tres o cuatro cosechas malas hoy el productor se está endeudando para poder volver a sembrar y no es fácil tampoco poder aportar todos los meses combustible para que la policía pueda recorrer sus campos”, afirma.
“Nuestro objetivo principal es descubrir cómo podemos trabajar en colaboración entre los vecinos, la policía, las autoridades municipales y el sistema judicial”, indica.
En junio pasado, LA NACION contó que productores agropecuarios del partido bonaerense de Chascomús denunciaron la organización de viajes para que personas de diferentes lugares realicen carreras de galgos clandestinas y caza furtiva de animales autóctonos, lo que les genera graves daños.
Aseguraron en ese momento que la patrulla rural no da abasto y que, si bien realizan las denuncias, la Justicia no actuaba. Frente a la falta de respuestas de las autoridades, crearon un Foro de Seguridad Rural como un espacio de discusión y propuestas.