De los mamuts a la “economía del ADN”: diez claves de la montaña rusa de la biotecnología

Hubo un tiempo (no muy lejano) en el que las noticias principales en el campo del negocio de las ciencias de la vida tenían que ver con mamuts que podrían volver a la vida (hubo inversiones por decenas de millones de dólares para lograrlo), conejos fluorescentes o cosechas de cereales en la luna. Eran tiempos de tasas bajas (y dinero barato) que luego se combinaron con la pandemia, para catapultar a los proyectos de biotecnología a un lugar protagónico en el mapa de la innovación, y promovían, de paso, alternativas de alto riesgo y ciencia ficción.

Pero el panorama cambió con las variables macro globales y los especialistas en el tema hablan de una “era de la madurez”, con iniciativas más realistas y menos rimbombantes, pero no por ello con una pérdida de envión en materia de avances y nuevos negocios.

De hecho, 2023 es el año récord en materia de lanzamiento de nuevos productos que tienen que ver con la biología sintética, a pesar de que el flujo de dinero hacia el sector cayó un 50% en 2022 en comparación con el año previo. La tendencia continuó en el primer trimestre de 2023 y parece haberse estabilizado algo en el segundo cuarto de este año. Se estima que solo en Estados Unidos las ciencias de la vida ya involucran un billón de dólares (un millón de millones), dos veces el PBI de la Argentina.

¿Qué factores están determinando las pendientes de esta montaña rusa? LA NACION consultó a varios especialistas para definir diez tendencias claves para este segmento en lo que va del año.

1) IA generativa. La bióloga argentina Marina Simián volvió días atrás de un “Hero Training” (un proceso inmersivo de aceleración de startups) en Silicon Valley, organizado por la Universidad Draper. Su empresa, Oncolic, se dedica a utilizar inteligencia artificial para la prevención de distintos tipos de cáncer. De 100 proyectos, Simián quedó en segundo puesto, contra competidores en promedio de 31 años (ella tiene 52, por lo que fue un triunfo de la Revolución Senior). “La explosión de la IA generativa, con ChatGPT en 2023 hizo que esta temática se masificara; ahora cuento que trabajo con machine learning y los no especialistas ya no me miran raro”, cuenta la bióloga en diálogo con la nacion.

2) Cambio climático. El negocio abrazó a la agenda de descarbonificación, que tiene su propio impulso por compromisos gubernamentales masivos en dinero ya asumidos, y cayó menos que otros sectores de inversiones de riesgo. “Necesitamos consolidar una ‘economía del ADN’ para 2050 o estamos fritos”, sostuvo el inversor en biotech Tom Baruch semanas atrás. “La posibilidad de aplicar biología y química para fabricar productos de otra manera y quitar de la mesa a las energías contaminantes es una oportunidad de oro”, dijo durante la conferencia SynbioBeta.

3) Geopolítica. El sector ya entró en la agenda geopolítica y en el radar de los gobiernos definitivamente, cuenta Francisco Buchara, director del fondo de inversión SF500, dedicado a iniciativas en el campo de las ciencias de la vida. Hace dos semanas, Darpa, la poderosa agencia de Defensa de los Estados Unidos, cerró un proyecto a cuatro años con Ginkgo Bioworks, una empresa estrella de este sector que se dedica a escalar productos de biología sintética, para producir en masa proteínas “vitales para los objetivos de seguridad nacional”, según se definió en un comunicado conjunto.

4) Adiós grandes plataformas. La baja en el flujo de dinero provocó una “vuelta a la realidad” (no más mamuts revividos) y el consejo que más se escuchó en SynbioBeta fue el de cuidar la plata al máximo y focalizarse en el mejor producto y no en “grandes plataformas de bienestar”, como era la norma hace dos años. Pensar en grande, accionar en pequeño y luego escalar. Con esta dinámica se está logrando el récord de lanzamientos en 2023: “Estamos al borde de una explosión cámbrica en este terreno”, dijo en esa misma conferencia Ursheet Parkih, CEO de Mayfield Fund.

5) Efecto Drop-Out. Una caída importante en esta montaña rusa tuvo que ver con el affaire Theranos, la caída estrepitosa de la empresa fundada por Elisabeth Holmes que está muy bien narrada en documentales y en series como The Drop Out. Holmes fue una megaestrella en Silicon Valley, y su caída en desgracia hizo que los fondos de inversión se volvieran mucho más cautelosos con los proyectos.

6) Descentralización. Es otra gran tendencia disruptiva de esta década, que también gana terreno en la interacción con las ciencias de la vida. El emprendedor argentino Facundo Garretón pensó su proyecto de biotecnología Terraflow como una “red de equipos”, “algo muy parecido a una DAO (organización autónoma descentralizada), cuenta a la nacion.

7) Tormentas cruzadas. La dinámica de este tipo de proyectos está atravesada por lo que algunos ven como una “crisis existencial de los VC” (fondos de inversión de riesgo), que fueron muy golpeados por la suba de las tasas de interés. “Este factor se combinó con el hecho de que es un año de elecciones en muchos países centrales y con que la explosión de IA generativa agregó incertidumbre al panorama, se acabó la ‘conversación vainilla’ y hoy está menos claro hacia dónde va la ola tecnológica”, comentó el CEO de Santex Juan Santiago, durante un recreo del último encuentro sobre Innovación organizado por la nacion. El empresario también es uno de los fundadores del fondo Kalei Ventures.

8) Consolidación. Vinculado con el tema del dinero más caro y con la era de madurez, hay expertos que anticipan un segundo semestre con muchas adquisiciones de startups sedientas de fondos, por parte de grandes laboratorios que quedaron muy fuertes financieramente en la pospandemia, y que saben que la innovación más valiosa está llegando por el lado de los jugadores más ágiles.

9) Fake news. Es un poco más lateral, pero el mundo de la biotecnología está convulsionado por los escándalos de investigaciones académicas fraguadas y conflictos de intereses con los negocios, según explica Juan Soria, de SF500. El último gran escándalo fue el de la renuncia del rector de Stanford, Marc Tessier-Lavigne, el 19 de julio, luego de que se comprobara que por años toleró la publicación de estudios académicos con serios problemas de manipulación de datos que, en muchos casos, beneficiaban a grandes empresas de biotecnología.

10) ¿No más conejillas de indias? Para el bioemprendedor de Staam Yuyo Llamazares, una de las noticias más significativas de este campo ocurrió hace dos meses, cuando la FDA aprobó metodologías para hacer ensayos preclínicos sin el uso de animales (con dispositivos microfluidicos de tejidos).

La caída abrupta de flujo de fondos para proyectos de riesgo que se dio en 2022 y los primeros tres meses de 2023 parece haberse atenuado en el segundo trimestre. Un informe de Sifted puntualiza que los acuerdos de proyectos de VC totalizaron casi US$15.000 millones entre abril y junio. “El mercado aún está convaleciente”, dicen en Sifted, aunque los rubros que mejor están funcionando para atraer capitales son la energía y la salud, dos segmentos en los cuales la biotecnología talla fuerte.

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