Un pasajero que abrió la puerta de emergencia de un avión en pleno vuelo en Corea del Sur le dijo a la policía que se sentía sofocado y quería salir lo más pronto posible de la aeronave, mientras se preparaba para el aterrizaje, informaron distintos reportes hoy.
Doce personas sufrieron heridas menores después de que el hombre abrió el viernes la puerta del Airbus A321 de Asiana Airlines, lo que provocó el ingresó de aire a gran velocidad a la cabina. La aeronave, que volaba hacia la ciudad de Daegu desde la isla de Jeju, aterrizó a salvo.
El hombre de 33 años dijo a la policía que quería bajar del avión porque se sentía sofocado, según fuentes policiales en declaraciones a la agencia noticiosa Yonhap.
La policía de Daegu detuvo al hombre por una presunta violación a las leyes de seguridad de aviación. De ser encontrado culpable, podría pasar hasta 10 años en prisión. Yonhap dijo que el hombre les dijo a los policías que sufría estrés luego de quedarse sin trabajo hace poco.
LA NACION consultó a un experto sobre las posibles figuras legales que podrían aplicarse de acuerdo a lo establecido por el “Convenio sobre Aviación Civil Internacional”, al que adhirieron más de 150 países.
“Lo que ocurrió en el avión es un incidente sobre el que se pueden aplicar dos figuras en materia aeronáutica. Por un lado, está lo que se conoce como un pasajero disruptivo y, por otro lado, está la interferencia ilícita”, explicó el experto a este medio.
Luego diferenció las dos figuras: “El pasajero disruptivo es aquel que comete una acción que va en contra de la seguridad aérea, pero sin la intencionalidad de hacer un daño. Puede ser alguien que altera el normal desarrollo de la operación aérea. Se puede tratar de una persona con alguna patología mental o con pánico, fobia y hasta alterada por el consumo de alcohol o drogas. El pasajero disruptivo no es un delincuente”.
“El que comete un acto de interferencia ilícita sí comete un delito y se convierte en un delincuente. Es decir, se trata de una persona que es consciente de que su accionar implica un riesgo para la seguridad de los pasajeros y de la aeronave. Por ejemplo, una persona que ingresa adrede armas u objetos ilícitos abordo de la aeronave; o quien se apodera o desvío el curso”, explicó sobre la segunda categoría, que es la que se pena con penas de hasta 10 años de prisión.
Según la fuente consultada “va a ser muy interesante ver el análisis de la Junta de Investigación de este incidente, porque así hay varias cosas que intervienen. Primero, los pasajeros que van sentados en la zona donde están las salidas de emergencia, son pasajeros que deben aceptar las instrucciones que le da la tripulación respecto de que en el caso de una evacuación ellos colaboren con la tripulación. Para eso, deben estar en condiciones físicas, psíquicas”.
“El otro caso es, desde el punto de vista técnico, las ventanillas de emergencia, las salidas de emergencia, no se pueden accionar desde adentro, precisamente para evitar que a 10.000 metros alguien vaya y abra eso. Cuando están todos los circuitos activados no debería poder abrirse, por eso es interesante ver cuál es la parte técnica de esto, porque abrir una ventanilla así en vuelo está impedido”, dijo el experto.
Luego explicó: “¿Por qué está impedido? Porque como tiene mecanismos electrónicos, esos mecanismos tienen unos relés [interruptores] tierra-vuelo que se activan cuando el avión ha posado y está asentado en el suelo. El tren de aterrizaje empieza a activar una serie de switches y uno de esos switches son los que habilitan para que en cualquier momento, ahí sí, la ventanilla pueda ser expulsada desde adentro por una razón de emergencia en el aterrizaje o algo por el estilo. Por eso ahí hay dos o tres cosas muy interesantes como en todos los accidentes para analizar”.
La aeronave trasladaba a 194 personas, incluidos deportistas juveniles que se dirigían a una competencia de atletismo. El hombre abrió la puerta cuando la aeronave estaba por llegar al aeropuerto de Daegu a una altitud de 213 metros (700 pies). La mayoría de las personas que fueron trasladadas a hospitales recibieron atención por problemas menores como dificultades para respirar.
