Crece la controversia por una medición del Indec con la carne vacuna

Mientras se espera el dato de inflación para esta tarde que, según economistas, rondará el 9%, se generó una polémica en torno a un estudio elaborado por la Sociedad Rural Argentina (SRA) donde puso sobre la mesa una presunta errónea medición que tiene la carne vacuna en los ponderados que realiza el Indec.

Según la entidad ruralista, el organismo oficial toma una vieja ponderación cuando el producto cárnico representaba alrededor del 80% del consumo de carnes y no el 43% actual, donde la distribución está más equilibrada con la carne aviar y la porcina.

Eso era lo que surgió de esa encuesta de hogares y es lo que hoy está vigente para medir. La peor de las consecuencias es que, además, en esta ponderación se mide la CBA, que sirve para determinar la pobreza”.

Para el Indec, la información de la SRA “es falsa porque el IPC Nacional base 2016=100 tiene una metodología publicada que deja bien en clara las ponderaciones utilizadas”.

“No hay más elementos para analizar porque hay una confusión conceptual y metodológica. Todas las respuestas están en la metodología N° 32 del Indec”, remarcaron.

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En este contexto, Víctor Tonelli, consultor ganadero, coincidió con la SRA y explicó que en las últimas décadas hubo cambios en el consumo de las carnes que el organismo no los toma en cuenta. “Hay una sobrevaloración en el costo de la carne vacuna en el IPC y también en la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que no responde a la realidad”, señaló.

“Políticamente al gobierno que fuere esto le juega en contra, porque en definitiva cada vez que sube la carne vacuna le saltan los índices de la inflación y le saltan los costos de la canasta básica. Desconozco por qué no lo ajustan si está claro que la ponderación actual del consumo de carne tiene una incidencia muy grande”, dijo a LA NACION.

Sin ir más lejos, el especialista ejemplificó: “En el último mes, la ponderación de carne representaba el 28% del costo total de la CBA, una barbaridad”.

Tonelli explicó que el significativo crecimiento de la producción de la carne de pollo y cerdo, sumado a las modificaciones en los hábitos de consumo, generó cambios en el consumo de las carnes por parte de los argentinos.

“Los cambios ocurridos adquieren aún más relevancia cuando se los valoriza con los precios de cada una de las carnes al valor relevados por el IPC-Indec, por ejemplo en este cuatrimestre mostró precios para cerdo y pollo 30 y 60%, respectivamente, menores a los de la carne vacuna”, indicó.

“Hoy se está sobreponderando la importancia o el costo del consumo de carne vacuna, cuando en realidad ha bajado significativamente, gracias al consumo de las otras carnes que, además, en términos de costos son mucho más baratas”, indicó.

Para el experto, no está claro por qué no se realiza de una vez por todas dicho ajuste de la medición. “El actual sistema por el cual se ponderan los consumos surge de una encuesta de hogares, que tiene como origen el año 1996/1997, una encuesta nacional de gastos e ingreso de los hogares que la fueron validando con patrones de consumo de otra encuesta de hogares que hicieron en el 2004/005. Estamos hablando de una encuesta que tiene 19 años”, subrayó.

“En aquel momento le surgió que el consumidor de referencia, hombre de 30/ 60 años, de actividad física moderada llamado adulto equivalente que es la unidad de referencia, consumía 6,25 kilos al mes, de las cuales el 70% era carne vacuna, el 26% pollo y cerca del 3% de pescado, con un total de 75,24 kilos por habitante y por año. Eso era lo que surgió de esa encuesta de hogares y es lo que hoy está vigente para medir. La peor de las consecuencias es que, además, en esta ponderación se mide la CBA, que sirve para determinar la pobreza”, cerró.

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