En la era de la industria 4.0 y la digitalización de la economía, la interconexión dejó de ser una opción y se convirtió en la columna vertebral de todos los procesos de producción. Sin embargo, la situación económica y las reglamentaciones vigentes no contribuyen en la Argentina a la ampliación de la red de banda ancha en todo el territorio.
“En la actualidad, una de las grandes cuestiones es la conectividad. En muchas zonas, el tendido del sistema no es rentable por distintos motivos. Por eso, encontramos jurisdicciones muy separadas entre sí que no cuentan con enlace”, explica Ramiro Fernández Varela, profesor de las licenciaturas en Comunicación Periodística y en Comunicación Digital e Interactiva en la UCA.
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Esa situación se comprueba simplemente viajando en ómnibus desde Rosario a Buenos Aires. “En ese trayecto se detectan muchas áreas muertas, sin señal. Pasa lo mismo en la ruta 2 a la Costa Atlántica. Hay que imaginarse qué sucede con la aplicación de traqueo de carga de un camión que debe estar conectado todo el tiempo”, agregó Fernández Varela.
En la actualidad, el desarrollo socioeconómico depende del acceso a una red informática de alta velocidad y al servicio de datos. La trasmisión debe ser veloz para acceder a herramientas como internet de las cosas (IoT), big data o inteligencia artificial (IA).
A prueba de fallas
Frente a este escenario, cada vez es más necesario contar con entramados robustos a prueba de fallas. En caso contrario, una mínima interferencia en las líneas de producción se traduce no solo en pérdidas monetarias sino que también pone en riesgo a los trabajadores.
“Para el nuevo modelo industrial se necesita una muy buena conectividad. Más aún cuando el empleo de esas aplicaciones ya es parte de la vida cotidiana. La internet de las cosas puede ser aplicada en cualquier pequeño desarrollo, industria o pueblo para obtener información y luego analizarla”, marcó Lucas Samyn, coordinador Técnico para Cono sur de Furukawa Electric.
Un dato no menor: el gasto en la tecnología digital crecerá en América Latina 32 veces más que la economía en 2023, según la consultora IDC.
Nuestra superficie
“La Argentina no es un país fácil. Somos la octava superficie del mundo y nuestra población es un poco más de 47 millones de habitantes. La penetración de Internet en los hogares es superior al 72% por lo que nos ubicamos en el segundo puesto en la región. El 28% restante no se ha podido aún cubrir por diversos factores”, resumió Ariel Graizer, presidente de la Cámara Argentina de Internet (Cabase).
Esta expansión dispar es una fuente de desigualdades entre las provincias y termina desalentando el desarrollo de actividades productivas en muchas regiones, precisa un informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
“En la mayoría de los parques industriales del Gran Buenos Aires existe un buen margen de interconexión. Pero más allá de sus instalaciones, queda mucho por hacer”, indicó el coordinador técnico de Furukawa.
En el escenario nacional, las región más relegada es el norte del país, aunque la falta de conexión también se sufre en buena parte de las áreas rurales de todo el territorio. Para algunos expertos, esta falencia se podría resolver empleando el espectro radioeléctrico. Este sistema consiste en la trasmisión de información a través de ondas aéreas electromagnéticas. En esa órbita entran las redes inalámbricas (WLAN). Las antenas 4G están unidas por este tipo de enlaces.
A pesar de lo relegado que se encuentran algunas regiones en este materia, también existen proyectos para empezar a buscar soluciones. Un caso es la iniciativa para prolongar el tendido entre Salar de Olaroz- Cauchari (Jujuy), apuntando a atender a las mineras que operan en el negocio del litio.
Una situación similar se registró en Vaca Muerta (Neuquén), donde la alianza de Telcosur, unidad de negocios de telecomunicaciones de TGS, y el grupo tecnológico Datco permitió desplegar el servicio de fibra óptica para el yacimiento.
“En la Argentina, existe una discusión sobre si se debe fomentar la oferta o la demanda del servicio. Al mismo tiempo, la fibra óptica pasa por la puerta de muchas casas del conurbano de las grandes ciudades y, lamentablemente, la gente no la contrata porque no tiene una computadora o porque no cuenta con dinero para solicitar esta prestación”, señaló el presidente de la Cabase.
Telefonía móvil
Un estudio de la IICA señala que el teléfono móvil es el dispositivo más empleado a nivel nacional y su participación se potencia sobre todo en los parajes rurales.
“Llegar a lugares remotos con fibra óptica requiere un plan de negocio, una gran inversión y, por sobre todo, reglas claras en todos los ámbitos”, señaló Ariel Graizer.
Al ser una nación federal, el tendido de las redes se norma tanto por ordenanzas nacionales, provinciales y municipales. Algunas veces estos permisos se demoran o se niegan. Además, si se atraviesa una línea férrea o un camino se debe solicitar, respectivamente, permisos a Ferrocarriles Argentinos y a Vialidad Nacional.
San Francisco en Córdoba es un claro ejemplo de esa cadena burocrática casi interminable. La empresa Internet Services inició, en 2015, los trámites municipales para construir una red aérea de fibra óptica, con una inversión proyectada de U$S1,3 millones y el objetivo de atender a 6000 clientes. Hasta el momento, el municipio no autorizó los trabajos. Tras ocho años de espera, la compañía pidió una cautelar ante la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo de la localidad.
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“El resto de los países de la región son más eficientes y apoyan, el desarrollo del servicio en los lugares remotos. Una de las alternativas más usadas es Internet por microonda que requiere un enlace visual”, puntualizó Fernández Varela de la UCA.
“Respecto al resto de América Latina, la Argentina está retrasada en el despliegue de la fibra óptica para banda ancha. Estamos por debajo del 40% mientras Brasil supera el 60% y Chile acusa una cifra similar donde la industria minera empuja al sector”, advirtió Lucas Samyn.
Acceso satelital
Los especialistas destacan que el acceso satelital a Internet podría ayudar a la evolución de la industria 4.0 en zonas de difícil acceso. “Aunque hoy es caro y difícil conseguir, se estima que se masificará en dos años. De cumplirse estas proyecciones, cualquier persona con una antena podrá conectarse desde cualquier punto con el mismo ancho de banda de las grandes metrópolis”, explicó Ramiro Fernández Varela.
En agosto de 2022, se inscribió en el registro nacional de prestadores Starlink (SpaceX). Brinda sus servicios por medio de una constelación de 1700 satélites de órbita baja, conocidos en inglés por sus siglas LEO (low earth orbit). Para marzo de 2023, ingresó al mercado local también Kuiper de Amazon. Contempla despegar 3236 satélites para prestar servicios de banda ancha. Para ello diseñó tres tipos de antenas de dimensiones pequeñas con distintas capacidades de transmisión. Estas operan con un chip exclusivo.ß