MENDOZA (Enviado especial).- Tras una campaña electoral que tomó temperatura en la recta final, los mendocinos irán a las urnas este domingo para elegir a su próximo gobernador. Favorito en los principales sondeos, el radical Alfredo Cornejo busca hacerse con el sillón de San Martín, el mismo que ocupó entre 2015 y 2019. De alzarse con la victoria, el candidato de Cambia Mendoza se convertiría en el primer exmandatario en volver al poder en los cuarenta años de democracia: Mendoza es, junto a Santa Fe, el único distrito del país donde no está habilitado la reelección. Un sistema que garantiza la alternancia, al menos en lo que a nombres se trata.
En las PASO provinciales del 11 de junio, Cambia Mendoza logró el primer lugar con el 43% de los votos, con una diferencia de más de 20 puntos por sobre La Unión Mendocina, el frente comandado por el diputado nacional de Pro, Omar De Marchi, y conformado por un variopinto abanico de fuerzas políticas, que van desde el Partido Demócrata y el Partido Libertario hasta la Coalición Cívica. La incógnita, de cara a la jornada de mañana, es si Cornejo logrará conservar la totalidad de los votos cosechados por Luis Petri (derrotado en las primarias y hoy candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio) o si, por el contrario, parte de ese volumen será capitalizado por su exaliado.
Sucede que en los más de tres meses transcurridos entre las primarias y las generales, el escenario político nacional se modificó. Horacio Rodríguez Larreta, el favorito de De Marchi para hacerse con la presidencia, perdió su interna con Patricia Bullrich, lo que obligó al candidato de La Unión Mendocina a calibrar la brújula de eventuales alianzas. Los coqueteos mutuos entre el dirigente mendocino y Javier Milei sembraron intrigas en la política cuyana en el último tramo de la campaña, sobre todo a partir del 45% logrado en Mendoza por el candidato de La Libertad Avanza en las PASO del 13 de agosto.
Según la mayoría de las encuestas, Cornejo figura primero en la intención de voto. Sin embargo, el entusiasmo abunda en la principal coalición opositora comandada por De Marchi, que cerró su campaña el lunes pasado con guiños explícitos a Milei, a pesar de que el libertario no salió a apoyar abiertamente la candidatura de su compañero en la Cámara de Diputados ni de ningún otro aspirante a la gobernación mendocina.
“Estamos más que nunca en un feudo y, para eso, hemos venido en búsqueda de libertad, de liberar todas las fuerzas creativas y el talento que tenemos allí dormido”, se lo escuchó decir a De Marchi durante su intervención, a comienzos de semana, en el estadio Arena Maipú de la capital provincial, mientras en el público se entonaba, a modo de cántico libertario, “Cornejo tiene miedo”.
“Estoy convencido de que vamos a ganar”, enfatizó días más tarde De Marchi en una entrevista con LA NACION, en la que auguró una “fuerte polarización”. Un dato político podría matizar el optimismo que envuelve al candidato de La Unión Mendocina: en los comicios de Santa Fe, única provincia que celebró elecciones luego del batacazo de Milei, el resultado nacional pareció no incidir y se consolidó la tendencia de las PASO provinciales. A eso, además, se le suma la irrupción de una noticia reciente: Daniel Orozco, su compañero de fórmula e intendente del departamento de Las Heras, acaba de ser acusado por la Justicia mendocina de cometer fraude con cooperativas, tras ser denunciado por una empleada municipal.
Sin embargo, según pudo saber LA NACION, en las filas del cornejismo no deja de primar la incertidumbre. Vacilan entre la confianza de contar con un triunfo a la mano y el temor por la emergencia inesperada de un “efecto Milei” que catapulte a De Marchi a último momento. “Si fuera coherente con lo que pregona, Milei tendría que apoyar a Cornejo”, retrucó un encumbrado dirigente de Cambia Mendoza. Es que en el entorno del extitular de la UCR ponderan las medidas de ordenamiento fiscal que, como la baja de empleados de públicos, se habrían llevado adelante en los últimos ocho años, algo que es tajantemente negado por De Marchi. Así y todo, cerca de Cornejo admiten que, de haber existido un apoyo directo de parte del libertario, la situación hubiera sido muy distinta.
Durante su cierre de campaña, Cornejo apuntó contra los que “prometen cambio” a partir de la “mala fe”. Y calificó a La Unión Mendocina de ser una “mezcla” de distintas fuerzas políticas. Sin embargo, mucho más duro fue el actual gobernador, el radical Rodolfo Suárez, que disparó con munición gruesa contra el frente fundado por De Marchi: “Somos un equipo y no somos un rejunte hecho a último momento para acceder al poder por el poder mismo. Nosotros trabajamos en conjunto, somos un proyecto”.