Con la guerra en Ucrania en la agenda, el papa Francisco recibió al presidente Lula

ROMA.- Con el objetivo común de encontrar una salida a la cada vez más dramática guerra en Ucrania, el papa Francisco se reunió hoy con el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva. El cara a cara, que tuvo lugar en la sala adyacente al Aula Pablo VI, cercana a la residencia de Santa Marta, duró 45 minutos, informó el Vaticano.

Según pudo verse por las fotos difundidas por la presidencia brasileña, en las que se lo ve a Lula abrazando muy emocionado a Francisco, que aparece a su vez sonriente y distendido, en la reunión hubo afecto y sintonía. A la hora de la presentación de su delegación y el intercambio de regalos su esposa, Janja, le obsequió a su anfitrión una imagen de la de “Nossa Senhora de Nazaré”, a cuya fiesta, en Belém, en el estado de Pará, fue invitado el Papa. A su vez Jorge Bergoglio, además de su Documento sobre la Hermandad y su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año, le obsequió a Lula una escultura de plata que representa una flor, junto a la leyenda: “La paz es una flor frágil”.

Se cree que durante el encuentro la guerra en Ucrania fue uno de los grandes temas. Fue el mismo Lula, que ya presentó un plan de paz que fue rechazado por Ucrania, quien adelantó que iba a hablar con Francisco sobre “Ucrania y una gran campaña global contra el hambre en el mundo”.

En una entrevista en video difundida en sus redes sociales, Lula subrayó: “[Francisco] está muy interesado en poner fin a la guerra que involucra a Ucrania y Rusia, y quiero discutirlo con él”.

“Lo llamé, tomé la iniciativa -reveló el presidente- y le dije que quería visitarlo, entre otras cosas para agradecerle la atención que me brindó cuando estuve preso en Curitiba”.

“Ya lo he conocido dos veces y creo que es inequívocamente el Papa que más se involucra con la gente que ha habido”, agregó. Con él “también quiero hablar de la lucha contra las desigualdades”, había agregado.

En una entrevista con el Corriere della Sera, publicada hoy, Lula contó que mandó a un enviado especial, su excanciller Celso Amorim, a Moscú y a Kiev. El papa Francisco hizo lo mismo con el cardenal italiano Matteo Zuppi, que ya estuvo en Kiev, donde fue recibido por el presidente Volodimir Zelensky –que fue recibido por el Papa en mayo pasado en el Vaticano- y se espera ahora que viaje a Moscú en los próximos días, donde parece difícil que pueda ser recibido por el presidente Vladimir Putin.

“Ahora me encuentro con el Papa con un conflicto en Europa que nos concierne a todos. Los dos países creen que pueden ganar militarmente, pero no estoy de acuerdo. Creo que hay demasiada poca gente que habla de paz”, lamentó Lula al Corriere della Sera. “Mi angustia es que con tantas personas que sufren del hambre en el mundo, con tantos niños sin comida, en lugar de ocuparnos de cómo resolver las desigualdades, nos estamos ocupando de guerra. Es urgente que Rusia y Ucrania encuentren un camino común hacia la paz”, agregó.

Fue la primera vez que el Pontífice recibió en el Vaticano a Lula como presidente de Brasil. La última vez que se habían visto había sido en febrero de 2020 cuando Lula debió pedir un permiso especial y postergar un interrogatorio judicial para viajar porque se encontraba procesado. Ese encuentro, que había tenido lugar en la residencia de Santa Marta –el hotel para eclesiásticos donde vive el Papa, en el Vaticano-, se había dado gracias a las gestiones de su amigo argentino, el presidente Alberto Fernández.

Entonces Lula, que estuvo acompañado por Amorim, también amigo de Fernández, había explicado que había querido agradecerle al Papa por su solidaridad en un momento difícil y “conversar sobre un mundo más justo y fraterno”. Y había subido a sus redes sociales dos fotos: una dándole la mano a Francisco y otra en la que aparecía con los ojos cerrados, mientras el Pontífice le impartía una bendición en la frente.

En mayo de 2019 el Papa le había enviado una carta a Lula en momentos en que se encontraba en la cárcel cumpliendo una condena de 8 años y 10 meses de prisión por corrupción pasiva, luego anulada. En la misiva, que había sido en respuesta de otra, el exarzobispo de Buenos Aires le había manifestado su “proximidad espiritual” y le había pedido al líder político “coraje” para “no desanimarse” y “seguir confiando en Dios”.

Lula -que ya había estado en el Vaticano en noviembre de 2008, cuando fue recibido por Benedicto XVI-, en días pasados anticipó que en la audiencia de hoy lo iba invitar al Papa al Cirio de Nazaré, una de las mayores celebraciones católicas de Brasil, que se realiza anualmente en Belém, en el estado de Pará. “Yo lo invito aunque no sé si querrá participar. Millones de personas se dan cita en ese lugar”, dijo. En este contexto, su esposa le obsequió una figura de una imagen de la de “Nossa Senhora de Nazaré”.

En los últimos meses el papa Francisco aseguró en diversas entrevistas su intención de visitar la Argentina, una asignatura pendiente, en 2024 y se especula que, en ese caso, antes que por Brasil –donde ya estuvo en julio de 2013 para la Jornada Mundial de la Juventud-, en verdad pasaría por Uruguay, donde también quedó pendiente una visita que debería haberse dado a fin de 2017.

Lula, que por la mañana se reunió con el presidente italiano, Sergio Mattarella, en el Palazzo del Quirinale, también tiene previsto reunirse con la primera ministra, Giorgia Meloni, con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri y con la líder de la oposición, Elly Schlein, del Partido Democrático. En el marco de una gira europea, mañana viajará a París, donde participará de una Cumbre para un nuevo Pacto Financiero Global organizada por su par francés, Emmanuel Macron.

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