En los últimos días, los precandidatos a presidentes de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, protagonizaron una especie de debate público por la velocidad a la que habría que levantar el cepo cambiario en un nuevo gobierno. Sin embargo, poco se discute acerca de cómo se saldría de él. En este sentido, desde el think tank Fundar plantearon que se podría encarar un desdoblamiento transitorio o una unificación cambiaria con más retenciones, aunque el horizonte debería ser un régimen de flotación sucia o administrada con mayor movilidad de capitales.
El informe realizado por Pablo de la Vega, Emiliano Libman y Guido Zack parte del diagnóstico de que el actual régimen cambiario no cumple con ninguno de los objetivos que suelen cumplir los regímenes cambiarios: no amortigua shocks exógenos, no fomenta la competitividad, no aporta a la reducción de la inflación y tampoco es capaz de acumular reservas internacionales.
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No obstante, los autores afirman que unificar de manera inmediata y sin políticas que compensen sus efectos puede llevar el tipo de cambio a un nivel extremadamente elevado, incluso más alto que el necesario para una estabilización. “Una unificación sin reservas corre el riesgo de espiralizar la inflación”, advierten.
En este sentido, proponen implementar un esquema transitorio de desdoblamiento (compuesto por un segmento con un tipo de cambio más bajo e intervenciones más significativas del Banco Central y otro segmento relativamente más libre con un tipo de cambio más alto) o una unificación compensada por aumento de retenciones (es decir, un único tipo de cambio, presumiblemente cercano a las cotizaciones paralelas, compensado con un aumento de los impuestos a las exportaciones).
El régimen cambiario de transición, como proceso hacia la unificación, debe estar ordenado por un objetivo primordial, según el think tank: mejorar la transparencia del proceso de intervención en el mercado de cambios. En el caso del desdoblamiento, esto implicaría definir quién puede intervenir en cada mercado, cómo lo hace y qué transacciones van a cada uno hasta converger a un mercado único. En el caso de la unificación con aumento de retenciones, implicaría definir este aumento y eventualmente el proceso de normalización.
Según Zack, “la acumulación de reservas es condición necesaria para el éxito del régimen de transición” entonces antes de aplicar cualquier política “es recomendable plantear escenarios de acumulación, considerando los riesgos de cada alternativa”.
“Una vez que el BCRA cuente con un colchón de reservas, entonces sí puede pensar en unificar de manera permanente. El objetivo es ordenar el mercado cambiario, que transmita las señales correctas, pero que la cotización del dólar no se ubique por encima de la necesaria para una estabilización exitosa”, agrega.
Por último, dice que la Argentina debe ir hacia un mercado de cambios unificado que desactive los incentivos actuales contrarios a todo proceso de crecimiento y desinflación. “La transición hacia ello no es trivial. Aun en las condiciones actuales de la economía, hay margen para la acción”, concluye.