PARÍS.- El Palacio de Versalles, sede de la monarquía en Francia antes de la Revolución de 1789 y que este año cumple cuatro siglos, volverá al centro de la política francesa por un rato este miércoles, cuando se convierta en el escenario elegido por el presidente Emmanuel Macron para agasajar al rey británico Carlos III, como ya se hizo con otros líderes en el pasado, de China a México, pasando por Rusia.
Emmanuel y Brigitte Macron ofrecerán esta noche a Carlos III y su mujer, Camilla, un suntuoso banquete de Estado en el Palacio de Versalles, al que asistirán 150 invitados, entre ellos políticos, empresarios y diplomáticos de ambos países, además de celebridades como el cantante Mick Jagger, el actor Hugh Grant, las actrices Charlotte Gainsbourg y Emma Mackey, el escritor Ken Follet y el futbolista Didier Drogba, entre otros.
La cena, con langosta azul, ave de corral de Bresse y macaron a la rosa como postre, tendrá lugar en la Galería de los Espejos, donde Isabel II ya fue agasajada durante un almuerzo en 1957. La difunta reina volvió a Versalles en 1972.
El palacio acaba de abrir al público la galería, cuya historia se remonta a su creación como modesto pabellón de caza en 1623 y fue escenario de eventos diplomáticos cruciales del siglo pasado, así como de las visitas de los predecesores de Carlos.
Catherine Pégard, presidenta del Palacio de Versalles, exaltó la “historia sin fin” del palacio, que “incluye visitas de niños franceses que vienen a Versalles con sus clases, así como visitas de Su Majestad el Rey de Inglaterra o de turistas que vienen de Asia y están menos familiarizados con la historia”. “Y a cada uno tenemos una historia que contarles”, dijo.
Sede del vínculo bilateral
Francia, que decapitó a sus propios reyes, mantiene desde hace mucho tiempo una estrecha relación con la realeza británica, a la que ha agasajado en Versalles durante los últimos 170 años.
En 1855, el emperador Napoleón III organizó un baile con 1200 invitados en Versalles para la visita de la reina Victoria, el primer viaje a París de un monarca británico en 400 años.
Casi un siglo después, cuando Europa se encontraba a las puertas de la Segunda Guerra Mundial en 1938, el rey Jorge VI y su esposa Isabel fueron recibidos en Versalles para almorzar.
Su hija, la reina Isabel II, realizó menos de dos décadas después su primera visita oficial a Francia junto a su esposo Felipe. Tras una noche en la ópera de París, la que llegaría a ser la monarca más longeva del Reino Unido, almorzó en la gran joya de Versalles, la deslumbrante Galería de los Espejos.
Sin “foie gras”
Por si el oro y los espejos no fuesen suficientes, Francia ha tratado siempre de conquistar a sus invitados por el estómago.
Sin embargo Victoria, conocida por su apetito voraz, escribió en 1855 que “aunque el ave y el caldo están bastante deliciosos”, la cocina francesa tenía “menos variedad” que la británica.
En 1903, su hijo Eduardo VII fue agasajado con un banquete de 16 platos, una cantidad reducida a cuatro o cinco en tiempos de Isabel II, aunque con un producto recurrente: el “foie gras”.
Es poco probable que este controvertido paté, obtenido alimentando a la fuerza a patos o gansos, figure en el menú de Carlos III, que lo prohibió en su hogar.
Plebeyos distinguidos
Versalles, que está abierto para visitas turísticas, también ha sido lugar de recepción de muchos distinguidos plebeyos.
En los años de posguerra, el presidente Charles de Gaulle escogió el palacio para recibir a John F. Kennedy y a Richard Nixon cuando eran presidentes de Estados Unidos.
Su sucesor, Georges Pompidou, invitó en 1973 al presidente mexicano Luis Echeverría, que pudo disfrutar de una cena en Versalles, seguida de un espectáculo de ballet. Los dos mandatarios acordaron entonces reforzar “el desarrollo de la cooperación franco-mexicana”, según el despacho de AFP publicado tras la visita.
En cambio, los mandatarios franceses Nicolas Sarkozy y Francois Hollande rara vez recurrieron a Versalles, con la excepción del difunto dictador libio Muammar Khadafy para el primero y del presidente chino, Xi Jinping, para el segundo.
Emmanuel Macron retomó la costumbre recibiendo en 2017 al presidente ruso, Vladimir Putin, o más recientemente a potenciales inversores, entre ellos Elon Musk, fundador de Tesla y propietario de X (antes Twitter).
La agenda del rey
Carlos III llegó este miércoles a Francia para una visita de tres días que busca demostrar que las bases de la alianza entre ambos países siguen sólidas tras el Brexit.
You visited as a Prince, you return as a King. Your Majesty, welcome. pic.twitter.com/HcDXHcylRl
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) September 20, 2023
Prevista en marzo, su primera visita al extranjero desde su ascenso al trono en septiembre de 2022 tras la muerte de su madre Isabel II debía ser a Francia, pero un conflicto social en París lo obligó a retrasarla. Finalmente, el primer viaje fue Alemania.
Esta tarde, Macron y su esposa, Brigitte, dieron la bienvenida a Carlos III y a la reina Camila durante una ceremonia en el Arco del Triunfo de París, donde se encendió la llama de la tumba del soldado desconocido.
An incredible welcome at the Arc de Triomphe to formally kick-off #RoyalVisitFrance! 🇫🇷Invited by President @EmmanuelMacron, The King symbolically lit the eternal flame, which burns in memory of those who perished in the First and Second World Wars. pic.twitter.com/FaGIJ9a3xv
— The Royal Family (@RoyalFamily) September 20, 2023
A continuación, ambos jefes de Estado recorrerán la icónica avenida de los Campos Elíseos a bordo de un descapotable Citroen DS7, escoltados por 136 caballos de la Guardia Republicana rumbo al Palacio del Elíseo, donde mantendrán una reunión. A la noche será la cena en el Palacio de Versalles.
Como hizo su madre, Carlos III visitará así el jueves el mercado de flores, cerca de la catedral de Notre Dame en París y que desde 2014 lleva el nombre de Isabel II, a quien le gustaba ir. El viernes visitará la localidad de Burdeos.
Agencias AFP y AP