El Gobierno pondrá en marcha desde mañana nuevas condiciones para acceder al denominado dólar contado con liquidación (CCL), más conocido como contado con liqui, como anticipó LA NACION. Se trata de un mecanismo que permite en la Argentina hacerse de la moneda norteamericana mediante la compra-venta de bonos, para luego sacar ese dinero del país.
A raíz del aumento del volumen operado en los llamados dólares financieros y la volatilidad observada en sus cotizaciones durante los últimos días, la Comisión Nacional de Valores (CNV) dispuso por Resolución General N° 959, en diálogo con actores de la plaza bursátil como el propio BYMA, dos medidas que modificarán la operatoria de este tipo de cambio.
En primer término, las sociedades de bolsa, más conocidas como ALyCs y Agentes de Negociación, no podrán dar curso ni liquidar operaciones de venta de valores negociables con liquidación en moneda extranjera a clientes que tengan cauciones o pases, cualquiera que sea la moneda de liquidación.
En segundo término, se establecerán límites a las carteras propias de las ALyCs en cuanto a la cantidad de valores negociables vendidos respecto de la cantidad de valores negociables comprados -con liquidación en moneda extranjera y en jurisdicción local o extranjera-, realizadas en el segmento de concurrencia de ofertas, con prioridad precio tiempo.
La idea es evitar la utilización de la rueda de cauciones para financiar la compra de títulos para luego ser liquidados en moneda extranjera, como se observó durante las últimas ruedas.
En tanto, ordenar la participación de las ALyCs en la liquidación de títulos tanto en pesos como en dólares estadounidenses a través de establecer un neteo de operaciones diarias para sus carteras propias, medida que ya rigió durante los últimos años, pero esta vez con alcance a los títulos en dólares ley extranjera como ley local.
Es decir, desde mañana, no se podrá operar en el mercado cambiario libre con papeles o garantías. En cambio, quienes accedan a la divisa por esa vía deberán “poner el dinero”, reconoció a LA NACION una de las personas involucradas en la redacción de las nuevas normas.
De esa manera, el Gobierno espera evitar los procesos que generan corridas y dejar operar con libertad a quienes efectivamente necesitan dólares financieros.
La nueva medida es una reacción a lo que ocurrió con el dólar la semana pasada. El contado con liquidación (CCL), valor de referencia que utilizan los economistas, terminó en $453. Así, en abril avanzó $46 (+11,5%), aunque en las últimas semanas llegó a registrar picos de hasta $469.
El MEP, en tanto, otro de los tipos de cambio financieros (que se ve fuertemente impactado por las intervenciones oficiales), cotizó a $436. Registró una escalada de $38 en el mes (+9,7%).
Ambos tienen mecanismos de transmisión del precio con el dólar blue, que alcanzó el martes pasado un número de pánico: llegó a $475. En ese momento, el Gobierno decidió intervenir. Se trató de uno de los peores días de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía.
El blue terminó la semana pasada en la city porteña a $469. Dos viernes atrás, antes de la corrida, cotizaba a $400.
Las decisiones que se verán a partir de mañana tienen su origen en un golpe de timón en el Gobierno que ocurrió el martes pasado. Gabriel Rubinstein (viceministro de Economía), Leonardo Madcur (jefe de Gabinete del Ministerio) y Lisandro Cleri (vicepresidente del Banco Central) mantenían una reunión con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) de manera virtual.
Sergio Massa entró en esa oficina completamente blanca del quinto piso del Palacio de Hacienda empujado por la suba del dólar blue. Había pasado en muy poco tiempo de $462 a $497.
En medio de la corrida cambiaria, Rubinstein, Madcur y Cleri, que acababan de cortar con Washington, le devolvieron a su jefe rostros de preocupación y una indicación taxativa: esto hay que frenarlo como sea, porque la suba del blue no tiene techo cuando “entrás en el dólar de pánico”. Es el término que se usó en esa conversación.
Los cuatro asumieron que debían intervenir ya, aunque el FMI estuviese en contra. Madcur, el dueño de ese despacho, volvió a conectar el Zoom con Washington para hablar con Luis Cubeddu, el hombre dentro del FMI encargado de llevar el programa con la Argentina. Massa le comunicó su decisión, en línea opuesta a lo que quiere el Fondo.