La Casa de la Moneda confirmó hoy que el billete de $2000 ya está listo a pesar de que estaba previsto que saliera para junio o julio. Sin embargo, dijo que la decisión acerca de cuándo estará en circulación depende del Banco Central.
Según fuentes de la empresa pública, a cargo del massista Ángel Mario Elettore, el adelantamiento se debió a “mejoras en la planificación de producción” y que depende del Central su puesta en marcha.
En tanto, fuentes de la entidad presidida por Miguel Pesce dijeron primero que la Casa de la Moneda estaba en falta porque “tendría que haber entregado el viernes pasado”. Sin embargo, luego informaron que los billetes ya están en poder de los bancos, que tienen que hacer pruebas, pero podrían estar en circulación antes de fin de mes.
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La emisión del billete, que llevará la imagen de la doctora Cecilia Grierson y el doctor Ramón Carrillo, y del Instituto Malbrán, se conoció en febrero de este año y, si bien el BCRA habló de una función conmemorativa del “desarrollo de la ciencia y de la medicina en la Argentina”, la decisión fue una imposición de la realidad.
Es que, dada la muy elevada y sostenida inflación, el billete de mayor denominación que circula hoy en el país (el de $1000) ya era el de menor valor medido en dólares estadounidenses de la región. Y hoy vale aún menos: equivale a US$4,30 si se lo mide contra el dólar minorista del Banco Central, que cotiza a $232,5 (si bien es inaccesible para los particulares); a US$2,32 (al tipo de cambio MEP), a US$2,21 (al CCL) o US$2,13 (al blue).
Además, distintas entidades habían reclamado por los problemas y sobrecostos logísticos que provocaba el hecho de no contar con billetes de mayor denominación de $2000, $5000 y $10000 para abaratar costos logísticos y poder operar con mayor seguridad.
La Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba) expresó en su momento su “preocupación por la cantidad de billetes circulantes”, al tiempo que destacaron que su traslado genera gastos y situaciones de inseguridad, y solicitó aumentar la denominación de los papeles.
La exhortación al Gobierno y, en particular, al BCRA, que es el encargado exclusivo de la emisión de billetes y monedas en el país, se dio en el marco de un encuentro que mantuvieron las autoridades de Fecoba, donde las cámaras y federaciones que la integran manifestaron “la complejidad que afronta el comercio en la administración de un volumen de billetes cada vez mayor”.
“Transportar, movilizar, extraer cada vez más cantidad de billetes, además de generar complicaciones y gastos, provoca situaciones de inseguridad cada vez más frecuentes”, manifestó Fabián Castillo, presidente de la entidad.
La resistencia a emitir un billete de mayor denominación era presumiblemente política. Para una parte de la coalición oficialista, hacerlo significaba admitir la existencia de una inflación elevada, una rémora que quedó de los mandatos de Cristina Kirchner, cuando se intervino al instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Más allá de esto, en el BCRA ya se habían realizado diseños para estar listos ante la posibilidad de lanzarlo, lo que quedó reiteradas veces postergado por la administración de Alberto Fernández que, por el contrario, en mayo del año pasado, anunció que pondría al BCRA y a la Casa de Moneda a trabajar en un rediseño de la familia actual de billetes en circulación para “recuperar la memoria”, haciendo que la fauna y flora incluida en ella por la administración Macri sea desplazada por “los mejores hombres y mujeres que dieron todo por la patria”.
En febrero, el BCRA, de alguna manera, justificó su demora al decir que impulsa el uso de los medios electrónicos de pago en las transacciones y señalar que los pagos por transferencias inmediatas han crecido 98,8% en cantidades y un 18,7% en montos el año pasado, en tanto que los pagos con transferencias con QR interoperable lo hicieron un 41,4% interanual.
Empero reconoció que “mientras avanza el proceso de digitalización de los pagos, este billete de mayor denominación permitirá mejorar el funcionamiento de los cajeros automáticos y al mismo tiempo optimizar el traslado del efectivo”.