Banco Central: el duro quebranto que las distintas versiones del dólar soja y agro le generaron al organismo

El Gobierno emitió en los últimos días una nueva Letra Intransferible (LI) por vencer en 10 años para compensar al Banco Central (BCRA) por la pérdida patrimonial que le causó al volver a obligarlo a pagarle a los exportadores sojeros y maiceros -y de algunas producciones regionales- un tipo de cambio hasta 32% mayor al que le reconocía al resto de los exportadores y vendedores de dólares por el mercado oficial, durante la vigencia de las ediciones III y IV del denominado Programa de Incentivo a las Exportaciones (PIE), la propuesta con que buscó mejorar su posición de reservas.

Es un nuevo título de deuda en dólares, lanzado con fecha 15 de septiembre de este año y por vencer en igual fecha del 2033, por US$2165,8 millones para cubrir, aunque sólo de manera contable, el perjuicio que la entidad a cargo de Miguel Pesce debió asumir durante las ediciones del PIE III (dólar Soja y Economías Regionales) y el PIE IV (dólar maíz). Fue colocado de “manera directa”, según consta en el artículo 1º de la Resolución 1331/2023 del Ministerio de Economía suscripta por el ministro Sergio Massa.

🚨ATENTOS: El tesoro le emitió al BCRA una letra intransferible a 10 años.Es por u$s 2.165M.Se emite por la pérdida patrimonial que le generó al BCRA las ediciones del PIE III (Dólar Soja y Economías Regionales) y el PIE IV (Dólar Maíz), esto es por comprar a un TC más alto… pic.twitter.com/9K1eUVNAUM

— Salvador Vitelli (@SalvadorVitell1) September 23, 2023

La norma marca una diferencia con sus anteriores versiones al fijar esta vez el monto exacto de la pérdida generada en vez de ser sólo una autorización por emitir la nueva letra intransferible por hasta “el valor nominal en dólares estadounidense necesario para cubrir la diferencia patrimonial acaecida al BCRA por forzarlo a realizar estas operaciones ruinosas, buscando evitar una devaluación general que finalmente llegaría (como ocurrió ya reiteradas veces) luego de unas elecciones.

Eso no impidió que, en función de los rojos estimados, el experto en agronegocios, Salvador Vitelli, haya podido calcular en unos US$6200 millones el daño generado por el Gobierno al BCRA (a quien sometió además a actuar como su principal financista) y reconocido por este mecanismo de “compensación”.

“Tengo estimado US$2970 millones y US$1070 millones las pérdidas derivadas de comprar al dólar más caro durante el PIE I y el PIE II. Si se agregan a ese montos los US$2165,8 millones reconocidos ahora se puede establecer que el quebranto total sería algo mayor a US$6200 millones, lo que obligó a la emisión de letras Intransferibles por este monto”, estima el especialista de Romano Group.

Es un rojo que no se agrandaría ya más, dado que la nueva versión del dólar soja, si bien repite el privilegio de otorgar un tipo de cambio diferencial a un sector productivo, no obliga al BCRA a pagar más caro por cada dólar comprado a los beneficiarios del nuevo PIE.

Por el contrario, por primera vez, permitió a los exportadores no liquidar el total de las divisas obtenidas por un embarque al exterior sino sólo US$3 de cada US$4. A cambio, les otorgó la posibilidad de ingresar el dólar retenido por el canal financiero (’contado con liquidación) para cobrar más y llegar por esa vía a un cambio de $420/30, entre 20 y 22,5% superior al oficial congelado hoy y desde hace más de un mes en $350.

Esa decisión, al combinarse con una inflación que corrió a un ritmo del 12% mensual desde entonces, parece haberle quitado atractivo al PIE en las últimas cuatro ruedas (incluida la de hoy). En ese lapso, el BCRA apenas pudo adquirir US$1 millón por día, algo así como 0,22% de todo lo operado por la plaza oficial.

Un mecanismo con historia

Las LI (letras intransferibles) son títulos de deuda en dólares emitidos a una tasa de interés muy baja creados por la administración de Néstor Kirchner en enero de 2006 para darle al BCRA por usar US$9530 millones de sus reservas para cancelar de un pago toda la deuda que el país tenían en ese entonces con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Como dice su nombre, son intransferibles, lo que impide que el BCRA pudiera negociarlas en el mercado secundario. Están anotadas a valor facial (100%) en el balance de la entidad aunque su valor de mercado se descuenta que es muy bajo.

Aquel mecanismo, al que se recurrió de manera supuestamente excepcional para esa operación, lo adoptó y repitió luego -y hasta el hartazgo- la gestión de Cristina Kirchner de 2010 en adelante para pagar con reservas del BCRA (ya que no tenía superávit como para comprar esos dólares el propio Tesoro) deuda pública en dólares que estuviera en manos de tenedores privados.

Lo hizo apelando a lo que llamó “reservas de libre disponibilidad” (supuestamente, el excedente de la cantidad necesaria para cubrir la Base Monetaria), lo que provocó entonces el desplazamiento Martín Redrado de la presidencia del ente monetario. Así el BCRA llegó a tener a fines del 2015 letras intransferibles por un total de US$68.045 millones.

Discontinuado durante la gestión Macri, el mecanismo fue reestablecido por la denominada Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, a poco de asumir Alberto Fernández, uno de los factores que agravó una situación de insolvencia e iliquidez que para el BCRA ya era grave por entonces.

Al día 15 de septiembre pasado, el BCRA tenía en su activo letras intransferibles por US$23.519.707.747, lo que explica el 64,5% de su tenencia total de títulos públicos. “Las LI hacen de contrapartida al desfalco del BCRA”, explica al respecto Vitelli.

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