Axel Kicillof logró zafar de la ola liberal, pero quedó en una situación incómoda

LA PLATA. – Axel Kicillof se impuso como el candidato individual más votado en la provincia de Buenos Aires. Logró, incluso, cinco puntos por encima de la suma de los dos candidatos opositores de Juntos.

Si bien quedó habilitado para su reelección no pudo apuntalar con una inmensa diferencia de sufragios a una victoria nacional de Sergio Massa. El proyecto de Unión por la Patria salió tercero en la carrera por la Presidencia a nivel nacional. Pese a ello Kicillof logró mantenerse a flote ante la ola a favor de Javier Milei.

Pero su victoria no tuvo el carácter que se esperaba, sobre todo si se la compara con el desempeño que tuvo el propio Kicillof cuando llegó al poder. Su victoria hoy fue a partir de conseguir el 36,6 por ciento de los votos contra el 52 por ciento de las PASO en que quedó ungido por primera vez candidato a gobernador, en 2019. Es decir que sufrió una fuga del 16 por ciento de los electores.

El mandatario provincial saldrá a buscar a cuatro millones de votos de los electores que no fueron a sufragar en este territorio para lograr mejorar su performance. Tiene el aparato del Estado a su favor para esta empresa.

Kicillof puede ganar por diferencia de un voto, en setenta días. En provincia de Buenos Aires no hay ballotage y no hace falta sacar diez puntos de diferencia entre el primero y el segundo de los candidatos, como a nivel nacional. En caso que se repita el resultado de las PASO, Kicillof será reelecto.

Pero en esta provincia más de la mitad de los 14 millones de electores marcaron un límite a su gestión con un universo del 23,9 por ciento de los votos que acompañó a Carolina Píparo más un 32,4 por ciento de Juntos. En este esquema, si es reelecto Kicillof en octubre tendrá una Legislatura en minoría. Y un gobierno nacional de signo adverso. Si se repite este esquema Kicillof será un gobernador acorralado.

Pero las heridas internas entre los actores de Unión por la Patria, lo exponen antes a Kicillof a dos meses de campaña tensa donde quedará expuesto al mal humor de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, del ministro de Economía, Sergio Massa y a los intendentes. Todos recordarán que Kicillof no quiso ser candidato a Presidente y se empeñó en quedarse en provincia con el argumento de traccionar votos desde abajo hacia arriba.

La tracción alcanzó, por ahora, para salvar solo su candidatura. Kicillof obtenía al cierra de esta edición el 36,8 por ciento contra el 32,1 por ciento de la suma de Sergio Massa y Juan Grabois en la provincia de Buenos Aires. La derrota nacional del proyecto de Unión por la Patria lo expone a Kicillof a una fragilidad nunca antes vista. Es el vocero de un proyecto en retirada.

“Hoy estamos eligiendo para los próximos cuatro años e incluso más allá”, admitió Axel Kicillof al ir temprano a votar en la escuela Superior de Formación de Salud situada en calle 4 entre 51 y 53, cuando todavía era optimista.

Tras emitir su voto el gobernador se desplazó a Tigre para reunirse con Massa y el candidato a jefe de gobierno de la ciudad, Leandro Santoro.

El gobernador almorzó en la residencia de esta capital y hasta allí se trasladaron la ministra de Gobierno, María Cristina Alvarez Rodríguez, el ministro de Justicia, Julio Alak y la senadora Teresa García, que estuvo a cargo de todo el operativo de fiscalización de Unión por la Patria.

Pasadas las 19.30 viajó junto a algunos de sus asesores más cercanos como Carlos Bianco al centro de cómputos. Antes de llegar al bunker de Unión por la Patria ya había hablado con la vicepresidenta Cristina Kirchner. Su mayor electora. Y quien más lo exigirá para retener un triunfo para la provincia.

Los votos de Kicillof se analizan desde este lunes en el prisma interno, con los de Massa y con los de los intendentes peronistas. Es decir: el aparato de Unión por la Patria observará si el discurso del gobernador de quedarse en su territorio para traccionar al candidato presidencial funcionó. O lo llevó a la derrota nacional.

En tanto Kicillof saldrá a buscar a los electores que pueden torcer el resultado de la elección general. Los ausentes, el 3,7 que votó a la izquierda y a una suma de 19 espacios que con menos de 1 por ciento de los votos no tendrán representatividad en el cuarto oscuro en octubre.

Históricamente la participación en las PASO de la provincia de Buenos Aires se mantuvo estable y ronda en tres cuartos sobre el total del electorado. En 2011 ausentismo fue del 20,5%. En 2015, del 25,75%. Disminuyó levemente al 24,99% en 2019.

El número del ausentismo hoy en torno al 33 por ciento es observado con atención por todos los políticos que necesitan capar a los que no fueron a votar: obligará a reformular propuestas de cara al 22 de octubre.

MySocialGoodNews.com
Logo
Enable registration in settings - general
Shopping cart